La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) ha permanecido unida desde su fundación en 1960, incluso ante situaciones críticas como la Guerra del Golfo o la invasión de Kuwait, pero la salida de Catar puede resultar clave para su futuro de la región.
El pequeño país de Oriente Medio ha anunciado que saldrá de la OPEP el mes que viene con “el objetivo de concentrarse en su producción de gas natural licuado”, tal y como ha declarado su ministro de Energía, Saad Sherida Al-Kaabi, en una rueda de prensa. Lo que no ha mencionado es el marco bajo el que ha tomado esta decisión: las malas relaciones con Arabia Saudí, quien ha encabezado junto a Emiratos Árabes Unidos (EAU) y Egipto un bloqueo contra su país desde junio de 2017.
El movimiento de Catar tiene más de simbolismo político que de pragmatismo económico. Es un termómetro de las crecientes tensiones geopolíticas en el Golfo Pérsico, un aviso de respuesta a Arabia Saudí, Egipto y Emiratos Árabes Unidos», apunta Gonzalo Escribano, del Real Instituto Elcano. Es más, «transmite una señal muy fuerte ya que es el primer país árabe que abandona la OPEP», ahonda.
En la práctica, la salida de Catar de la OPEP no tendrá una gran relevancia en la actividad de la organización. Es el undécimo productor de petróleo de la OPEP por volumen y representa menos del 2% de la producción total. Para hacerse una idea, Catar produce 600.000 barriles diarios frente a los once millones de barriles diarios de Arabia Saudí. “Esto supone un poder de influencia en las decisiones de la OPEP sobre dinámicas de producción muy limitada, por lo que el impacto será muy escaso”, explica Nereida González, analista de mercados de Afi. «En los fundamentales, no afecta nada», incide Gonzalo Escribano.
CATAR, AJENO A LA SUBIDA DEL PETRÓLEO
El petróleo Brent europeo acumulaba este lunes un avance del 3,88%, hasta los 61,77 dólares por barril, después de haber tocado máximos de una semana en los 62,59 dólares. En cuanto al crudo ligero estadounidense (WTI), rebotaba un 4,03%, hasta los 52,98 dólares. Los motivos son varios, y poco tienen que ver con la salida de Catar de la OPEP.
La tregua comercial de tres meses firmada entre Estados Unidos y China ha rebajado las preocupaciones de ralentización de la economía mundial», explica Gonzalo Escribano. De esta manera, hay más confianza en la vuelta a la normalidad, con la que aumenta la demanda de crudo y, por consiguiente, el precio. En el horizonte está también presente la reunión de este jueves en Viena (sede central de la organización). “La posibilidad de un acuerdo para reducir la producción por parte de la OPEP y otros grandes productores (Rusia) podría impulsar los precios del crudo a corto plazo”, indica Nereida González.
Del mismo modo, el mercado también ha digerido la noticia procedente de Alberta. Esta importante región productora en el oeste de Canadá ha ordenado una reducción de la producción a la industria local en un 8,7% ante la imposibilidad que encuentran sus oleoductos de transportar toda la materia prima extraída, apunta Aitor Méndez, Financial Writer de IG.
CATAR, ‘CENTRADO’ EN EL GAS
La creciente concentración en la toma de decisiones entre Arabia Saudita y Rusia dentro de la OPEP está dejando de lado los intereses de los miembros más pequeños. Estos dos países producen casi la mitad de la producción total de petróleo de la organización y tienen la mayor parte de la capacidad de reserva, lo que les permite gestionar el suministro a su voluntad. “Esto podría potencialmente desencadenar una ruptura del cártel”, indican los analistas de Bloomberg. Además, “establece un alarmante precedente para un grupo que se enorgullece de poner los intereses económicos comunes por encima de la política externa”.
A pesar del exceso de oferta de petróleo y las cuotas que aprobó la OPEP para sus miembros, tanto Arabia Saudí como Rusia han aumentado la oferta en más de 1,4 millones de barriles diarios en los últimos meses. Este hecho contribuyó, según el análisis de Bloomberg, al colapso de los precios, lo que ha reducido mucho los ingresos de los miembros más pequeños debido a sus propias limitaciones de capacidad.
Catar es solo el undécimo productor de petróleo de la OPEP, pero el primer exportador mundial de gas natural licuado (GNL). “Para concretar nuestra ambiciosa estrategia sin duda hará falta concentrarse en el esfuerzo, el empeño y la dedicación de mantener y fortalecer la posición de Catar como principal productor de GNL”, ha declarado Al-Kaabi. “Quisiera reafirmar el orgullo de Catar ante su posición internacional a la cabeza de los productores de gas natural y mayor exportador de GNL”, ha ahondado el ministro de Energía catarí.