Madrid Central ha sido la gota que ha colmado el vaso de los conductores de los cerca de 500 autobuses discrecionales que circulan a diario en Madrid. El cierre de la almendra central supone descargar a los turistas muy lejos de sus hoteles de destino y dificultar el traslado de escolares en la capital. Los afectados amenazan con cortar la Gran Vía en diciembre. El 13 y 14 de diciembre -fecha de la protesta- Madrid será un auténtico infierno circulatorio.
Somos el motor de la economía de Madrid», defiende Alfonso Taborda, representante de Direbus. «El Ayuntamiento de Madrid no para de entorpecer nuestra labor y Madrid Central ha supuesto acabar con nuestra paciencia», continúa este afectado por el cierre al tráfico de la almendra central.
Autobuses de la EMT, sí, pero el resto, no. Esta es la premisa que pretende aplicar el consistorio de la capital a la hora de permitir la circulación de este tipo de vehícilos en el centro de Madrid. Ante esta medida, los conductores y empresarios dedicados al transporte discrecional de viajeros planean colapsar la Gran Vía en el mes de diciembre.
«Podemos confirmar que el 13 y 14 de octubre cortaremos la Gran Vía para protestar por la tremenda injusticia que está cometiendo el Ayuntamiento de Madrid con nosotros», afirma Taborda. Como preámbulo, varios autobuses se concentraron este lunes, sin previo aviso, en la Plaza de Cibeles para mostrar su desacuerdo con el consistorio local.
La Policía Municipal recibió el aviso de que varios autobuses se estaban dirigiendo a la plaza de Cibeles para llevar a cabo una concentración que no había sido comunicada ni a ellos ni a la Delegación de Gobierno.
Según explicaron los conductores, el objetivo de la protesta era exigir al Ayuntamiento que facilite a los autobuses la carga y descarga de pasajeros a lo largo de la Gran Vía, que alberga un gran número de hoteles. «Madrid Central no sólo nos afecta a nosotros, también a negocios que dependen de nosotros», explica Taborda.
Por este motivo, el representante de Direbús ya ha comunicado a la Subdelegación de Gobierno las intenciones que tienen distintos conductores y empresarios del sector de manifestarse los días 13 y 14 de diciembre. La manifestación iniciará en el Paseo del Prado a las 10:00 horas de la mañana y terminará en Gran Vía a las 14:00 horas. El final la protesta y el transcurso de la misma (Cibeles y Colón) sembrarán el caos circulatorio en una ciudad como la de Madrid que a esas alturas está en plena ebullición comercial por las compras navideñas.
LOS AUTOBUSES AVISAN DEL CAOS
De hecho, en la propia misiva enviada por Taborda se avisa de esta circunstancia y de la «masificación» que sufrirán los al rededores de las zonas por donde transcurrirá la manifestación. Hasta entonces, el Ayuntamiento de Madrid tiene tiempo para sentarse a negociar con un colectivo que engloba a cerca de 600 empresas. Aunque los precedentes no son buenos. «No han tenido ningún tipo de diálogo con nosotros y tienen un actitud déspota», afirma este afectado.
La realidad es que el cierre de la Gran Vía ocasionará que muchos autobuses contratados por touroperadores tengan que descargar a sus clientes en Plaza de España y no en el hotel de destino. Esto ya ha generado las primeras quejas de los hoteles más céntricos de la capital, según Taborda. «Es un negocio que afecta a todo el turismo de Madrid, no sólo a nosotros», sentencia este afectado.