Desde hace años, el sector aéreo reclama la conexión entre los dos principales aeropuertos españoles (El Prat y Barajas) y el AVE. Hace una semana lo hizo la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) y ahora ha sido Iberia quien ha alzado la voz para calificarlo como una “cuestión de Estado”, que permitiría atraer más turismo. Una solución que puede ayudar a maquillar los datos del sector turístico tras el fin de los récords; pero que despierta el nerviosismo y los piques entre los distintos medios de transporte. Saltan chispas entre Renfe e Iberia y no lo esconden públicamente.
El roce entre las compañías se hecho visible durante la celebración de una de las mesas redondas del ‘Summit Shopping Tourism & Economy’, evento que se celebra en Madrid para medir las fortalezas del turismo de compras en España. A la pregunta del moderador sobre qué se está haciendo mal o qué se podría mejorar, el director de comunicación de Iberia, Juan Cierco, sacó a relucir el recurrente tema de la intermodalidad en la T4.
“No tienen sentido que el aeropuerto y el AVE no estén conectados. Que no puedan conectar de forma fluida los turistas de Valencia a Bogotá es una vergüenza. La intermodalidad es una vez más la asignatura pendiente del sector”, denuncia. Además, Cierco reitera que es la cuarta vez que lo hace en este foro.
Acto seguido, y haciendo caso omiso a otra pregunta distinta, el director general de Estrategia y Desarrollo de Renfe, Manel Villalante, defiende el papel de la compañía ferroviaria en la conexión con el aeropuerto. De hecho, se muestra tan ofendido que critica el interés de Iberia. “Para el ciudadano de Madrid y Barcelona el acceso al aeropuerto está garantizado. Otra cosa es la conexión. Donde tenemos estación AVE también hay vuelo con destino a Barajas. La conexión ferroviaria con Barajas es una obra ferroviaria, pero de interés aéreo”, apuntó.
La réplica no se hace esperar. El tono de Cierco se eleva para contestar directamente a Villalante. “Tú has dicho que solo el 0,8% de los que usan Renfe son turistas internacionales. Si vienen turistas chinos les va a ser más fácil visitar Sevilla, Toledo y otras ciudades si tienen conexiones con AVE. El hub va a poder competir con otros europeos”. De hecho, eleva a cuestión de Estado el asunto. “Llevar el AVE a la T4 no es una apuesta para beneficiar a las compañías aéreas, es una cuestión de Estado”, sentencia.
Y hasta aquí el rifirrafe que se suma a la historia de amistad y enemistad de ambos medios de transporte. En algunas ocasiones aliados, pero en otras rivales. Sus disputas ponen en relieve algunos de los problemas de conexión del sector turístico.
¿POR QUÉ EL AVE NO LLEGA AL AEROPUERTO?
Actualmente, Renfe conecta Madrid con la terminal T4 del aeropuerto Adolfo Suarez Madrid Barajas a través de su red de Cercanías y Barcelona con el aeropuerto de El Prat a través de su red de Rodalies. Pero el AVE no llega a ninguno de estos dos aeropuertos, los más importantes de España por volumen de pasajeros.
En el caso de Barajas, el tren solo llega a la estación que está ubicada en la terminal T4 desde cuatro puntos: Príncipe Pío, Atocha, Chamartín y Nuevos Ministerios. El billete tiene un coste de 2,6 euros; pero es gratuito para los pasajeros que tienen pasaje de AVE y conectan con algún vuelo. Para el resto de terminales (T1, T2 y T3), el aeropuerto pone a disposición un autobús gratuito.
A las compañías aéreas, especialmente a Iberia, les interesa que el AVE llegue al aeropuerto para poder ofrecer a los turistas internacionales la intermodalidad con la alta velocidad. Y más a la T4 que es donde la aerolínea tiene su hub. Un recurso que a la propia compañía ferroviaria estatal le podría venir bien; sin embargo, a Renfe no le hace gracia, ¿por qué?
Principalmente porque tiene la batalla perdida con el transporte aéreo en cuanto a turismo internacional. En 2017, más de 66,6 millones de viajeros extranjeros usaron el avión para entrar en España frente a las 373.662 personas que lo hicieron por tren, según datos de la encuesta de movimientos turísticos en fronteras (Frontur). El resto usaron el transporte terrestre (coche y autobús) o accedieron por el puerto. Renfe es consciente de que franceses, británicos y alemanes prefieren el avión o el coche, por eso “uno de los nichos de mercado es, además de los jóvenes, el turismo transnacional”, afirman desde la compañía estatal.
Además, hacer llegar el AVE al aeropuerto de Madrid y Barcelona supondría una inversión muy alta en infraestructuras que no está contemplada en los planes de Fomento por ahora, que es de donde saldría el dinero para pagar las obras. Actualmente, hay un plan para mejorar Cercanías Madrid con una inversión de más de 6.000 millones de euros en los próximos siete años.
De hecho, el Estado también aprobó un royecto para la ampliación y remodelación de las instalaciones de los aeropuertos Adolfo Suárez Madrid-Barajas y Barcelona-El Prat. Ambos cuentan con una inversión de 2.800 millones de euros. Dos grandes inversiones que dejan claro que esa intermodalidad que pide Iberia aún está lejos de materializarse.
Asimismo, Renfe tiene otros problemas más grandes de los que preocuparse, como la liberalización del transporte nacional ferroviario previsto para 2020. La compañía pública abrirá el mercado a la competencia y dejará de tener el monopolio del tren.
EL ETERNO PIQUE ENTRE AVE E IBERIA
No es primera vez que Renfe e Iberia se enfrentan por cuestiones de transporte. El AVE es el eterno rival del Puente Aéreo de Iberia, el célebre servicio que la aerolínea puso en marcha en 1974 para unir la capital y la Ciudad Condal en tan solo 1 hora y 15 minutos. En 19 de julio del año pasado, la aerolínea relanzó este producto. La oferta de Iberia y Vueling entre Madrid y Barcelona para volar Puente Aéreo alcanza hasta 26 vuelos diarios (diez de ellos operados por Vueling) por sentido en días laborales y hasta 13 en fin de semana, con la posibilidad de reserva previa del asiento.
Justo un año después, la situación no ha variado, sino todo lo contrario: la alta velocidad tiene una cuota de mercado del 66,1%, según datos de este verano. Los usuarios prefieren la alta velocidad. Y eso que las 29 frecuencias de AVE comunican ambas ciudades en un tiempo superior: dos horas y media.
En cuanto a últimos datos nacionales, correspondientes al mes de septiembre, el avión ganó al AVE, pero no al tren en su conjunto en desplazamientos domésticos. El número de viajeros que optó por viajar en avión para desplazarse por el interior del país aumentó un 9% en septiembre respecto al mismo mes de 2017 (hasta los 3,7 millones de viajeros), mientras que los que eligieron los trenes AVE subieron un 3,3% (1,8 millones), según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). El transporte ferroviario fue utilizado por 52,7 millones de viajeros, un 4,1% más.