viernes, 22 noviembre 2024

La banca carga contra Guindos por sus amenazas tras los test de estrés

La banca española no ha encajado bien el golpe que le ha propinado el vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE) y exministro español de Economía, Luis de Guindos, tras conocerse los resultados de las pruebas de resistencia realizadas por la Autoridad Bancaria Europea (EBA, por sus siglas en inglés), que miden la capacidad de las entidades financieras para hacer frente a una nueva recesión. En las plantas nobles de las sedes de los grandes bancos del Ibex 35 se acusa a Guindos de tener un “desmedido afán de protagonismo” por la forma que ha escogido para cuestionar la salud del sistema financiero español cuando lleva tan sólo unos meses en el cargo.

Le encanta salir en los periódicos y en las televisiones, a lo mejor eso explica que haya sido tan duro con nosotros”, explica a MERCA2 un directivo bancario que prefiere mantener el anonimato para evitar represalias del organismo monetario. “Nadie comprende que Guindos nos haya pedido que elevemos el capital porque el mismo sabe que los resultados de los test de estrés se han quedado viejos antes de nacer, ya que se elaboraron con la información disponible al cierre de 2017 y desde entonces los bancos hemos hecho los deberes”, añade el ejecutivo.

La causa de este revuelo se encuentra en la primera comparecencia pública de relevancia del vicepresidente del BCE que tuvo lugar el pasado 5 de noviembre en Bélgica. Durante su discurso Guindos manifestó su preocupación por los bajos índices de capital de la banca española en el escenario adverso que planteaban las pruebas de resistencia de la EBA, fijando en el 9% el ratio mínimo para afrontar una nueva recesión sin suponer una amenaza a la estabilidad del sistema.

Esta declaración sorprendió a los directivos financieros españoles, ya que la EBA no había fijado un umbral para aprobar los test de estrés y el consenso del mercado cifraba el límite en el 5,5% de capital de máxima calidad (el denominado técnicamente CET1fullyloaded). “La cifra del 9% se la ha sacado Guindos de la manga y desconocemos en qué se ha basado para ponerla encima de la mesa”, señalandesde el servicio de estudios de uno de los dos grandes bancos nacionales.

Además, el mensaje de Guindos se comprende aún menos teniendo en cuenta que la Autoridad Bancaria Europea realizó estos exámenes en base a los balances de situación de los bancos a cierre de 2017, aunque se hayan conocido los resultados este otoño. “Durante todo el año hemos intentado explicar a la EBA que no se podían publicar las conclusiones de los test de estrés sin incluir los esfuerzos que hemos realizado en los últimos meses para recapitalizarnos, pero en la institución se han negado a escucharnos y los técnicos han sido un muro infranqueable: no hemos logrado que entren en razón y Guindos tampoco es que haya hecho mucho por ayudarnos, más bien todo lo contrario”, lamentan fuentes de otra gran cotizada del sector financiero español.

Las palabras del ex ministro en su comparecencia golpearon especialmente a dos entidades: BBVA y Sabadell, que no alcanzaron la tasa del 9%, aunque dejaron tocadas también a Caixabank y Santander, que superan el citado umbral por unas pocas décimas. Todo ello si mencionar que la intervención de Guindos también sembró dudas sobre la capacidad de gigantes europeos como Deutsche Bank, Société Générele, Lloyds, Barclays o BNP Paribas para encarar una nueva tormenta perfecta con garantías de supervivencia sin necesidad de un rescate público.

SABADELL HACE LOS DEBERES Y APRUEBA EL TEST

En España, el caso más relevante es el de Banco Sabadell, con un ratio de capital de máxima calidad del 7,58% en el escenario económico más adverso que contempla el simulacro que realiza la EBA. Aunque se trata de una tasa que está por encima de las exigencias regulatorias mínimas Guindos señaló en su intervención que todo aquel que no alcanzara el 9% sería “monitorizado” para “reducir su vulnerabilidad”.

Pero lo que ha ocultado (o ignorado) el vicepresidente del BCE es que en el citado test de estrés la EBA ha incluido costes de la filial británica del banco español (TSB) que ya no se van a soportar de aquí a 2020, y tampoco ha considerado el aumento de capital derivado de la venta de su filial americana United Bank por las plusvalías de la operación y el ahorro de gastos operativos correspondiente.

“Si la EBA hubiera tenido en cuenta estos elementos junto con otros impactos positivos como el incremento de los tipos de interés, la estabilidad de los depósitos, la mejora del entorno macro y las mayores perspectivas de los mercados donde operamos habríamos logrado en los test un ratio de capital del 8,79%”, señalan fuentes del banco que preside Josep Oliu.

Además, en el caso del Sabadell existe otro factor que impulsará su capital en los próximos meses superando el 9% de CET1 fullyloaded: la venta de Solvia, sociedad que gestiona activos inmobiliarios de la antigua Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM) y que tiene carteras por valor de 12.000 millones de euros. El fondo de inversión Cerberus es el mejor posicionado para hacerse con la división inmobiliaria del Sabadell que puso el cartel de “se vende” tras el pasado verano.

BBVA: FG DEJA UN REGALO ENVENENADO A SU SUCESOR

En cuanto a BBVA –el otro gran banco español que tampoco alcanzó el umbral mínimo de capital según la nueva doctrina Guindosdesde el seno de la entidad se apunta que en su examen la Autoridad Bancaria Europea no ha tenido en cuenta los ingresos derivados de la venta de casi el 70% de su filial chilena, que tuvo un impacto positivo en términos de capital de 50 puntos básicos. Como el resultado obtenido en los test de estrés por la entidad española fue de un ratio del 8,8% tan sólo incorporando esta desinversión el capital superaría el 9%.

En el sector existe la sospecha de que Guindos ha fijado el umbral en el citado 9% precisamente para poner en el ojo del huracán a BBVA, debido a la mala relación que tiene con su presidente, Francisco González, desde hace años. La negativa de  BBVA a apoyar al banco público creado por el Gobierno para aglutinar los activos tóxicos (la Sareb) o, más recientemente, la decisión de nombrar a Carlos Torres su sucesor manteniendo una estructura de gobierno corporativo en el que presidente y ejecutivo son la misma persona –contra el criterio del BCE– han sido dos elementos que han distanciado aún más a ambas figuras cuyo enfrentamiento se ha enquistado en los últimos años. González también se negó a apoyar a Bankia en su salida a Bolsa en 2011, algo que tampoco perdona el ex ministro español.

Sin embargo, más allá de cuestiones personales, el presidente de BBVA deja un regalo envenenado a su sucesor, porque existen factores negativos que, si se hubieran tenido en cuenta en los citados test de estrés, habrían puesto al banco español en una situación aún más complicada. La crisis de Turquía, los problemas de Argentina, la debacle italiana y, en las últimas semanas, la amenaza de cambios regulatorios en México –el mercado donde obtiene la mayor parte del beneficio con casi un 40% del total– son factores que pesan como una losa sobre la estrategia de una entidad que lleva años siendo castigada en Bolsa.

La buena noticia para BBVA es que al cierre del tercer trimestre su ratio de capital de máxima calidad era del 11,34%, una tasa que supera ampliamente el mínimo regulatorio y que es más que suficiente para encarar el corto plazo con garantías. No se puede olvidar que el peor escenario del examen del la EBA planteaba una situación apocalíptica con una caída del PIB europeo del 1,2% en 2018 y del 2,2% en 2019, unas estimaciones que están a años luz de la realidad y que son incluso más adversas que las realizadas por el organismo en los test de 2016.


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