Juzgado mercantil número 8 de Barcelona. La sentencia es clara: Joan Font, presidente, no tiene que pagar 530 millones de euros a su hermano Josep Font, vicepresidente, por el 50% de los supermercados Bon Preu. ¿Consecuencia? Josep Font seguirá dando batalla planteando un recurso ante la Audiencia de Barcelona.
El equipo jurídico del vicepresidente lo hará porque el juzgado mercantil no ha tenido en cuenta una declaración del laudo arbitral al que de mutuo acuerdo se habían sometido Bon Preu y Esclat, las empresas que componen la cadena Bon Preu Holding. Es decir, que la parte que representa Josep Font no ha dado por finalizado el derecho de separación, según El Confidencial. Por tanto, su hermano Joan Font no podría iniciar el proceso de escisión que, sin embargo, ya ha comenzado.
¿Por qué se ha llegado a este punto? Las desavenencias más relevantes tienen que ver sobre la retribución y la política de dividendos. Esta última no existe, mientras que Joan no dudó en subirse el variable haciendo caso omiso a la junta de accionistas. Ni corto ni perezoso, Josep hizo lo propio al año siguiente. El choque de trenes estaba servido.
La inclusión de cláusulas de desbloqueo se antoja en este tipo de pactos o protocolos como esencial
“En empresas familiares, o que se ponen en manos de dos socios, es importante que haya un pacto de socios o un protocolo familiar para que no caigan en el recurso del 50%, que es lo que les ha pasado a los hermanos Font porque, en caso de no acuerdo, la compañía se bloquea”, señala Ricard Agustín, fundador y director de Family Business Solutions.
Por tanto, la inclusión de cláusulas de desbloqueo se antoja en este tipo de pactos o protocolos como esencial. De esta manera se evitaría llegar a un enquistamiento como el que vive Bon Preu. “Tener un protocolo familiar que regule las normas de la familia, de la empresa, y de la sociedad no es sinónimo de solucionar problemas, pero si sirve para detectar conflictos cuando los roces no han llegado todavía”, concreta Ricard Agustín.
BON PREU Y LA FALTA DE MECANISMOS PREVENTIVOS
Bon Preu facturó 1.076 millones de euros durante el último ejercicio con un beneficio neto de 37 millones de euros. Josep Font quiere repartir el 35% de dichos beneficios en dividendos. Su hermano Joan se niega.
“Si en un protocolo familiar se abordan temas como salarios o reparto de dividendos acaban actuando de forma preventiva. Si además aborda cómo realizar una separación por parte de los socios, te evitas acabar en los tribunales”, indica el fundador de Family Business Solutions.
Ricard Agustín también pone de manifiesto que, entre sus clientes, no se ha dado una situación similar ya que suelen tener este tipo de protocolos. “Han tenido más herramientas para abordarlos”, añade.
¿Qué puede pasar de aquí en adelante? Si el conflicto ya lleva cinco años a su espalda, por delante puede quedar otro lustro en el mejor de los casos porque, sobre la mesa, está la posibilidad de que acabe en el Tribunal Supremo.
“Que la marca se divida es una posibilidad. Por suerte tiene dos marcas, Bon Preu y Esclat”, señala Ricard Agustín. ¿Decisión salomónica? ¿Una para cada uno? Lo más natural es que acabe produciéndose un reparto por lotes. Joan se lo ha ofertado a Josep. Josep le ha dado calabazas a Joan porque prefiere el dinero. “Ahí entraría en juego la paridad y un posible desacuerdo en los lotes. Por tanto, todavía quedan bastantes capítulos”, concluye. En 2018 las previsiones apuntan a una facturación de 1.200 millones de euros.