Será el próximo 21 de noviembre cuando la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) verá un cambio en su cúpula directiva. Juan Rosell, después de ocho años al frente, dará el relevo a Antonio Garamendi, actual presidente de Cepyme y vicepresidente de CEOE ante la falta de más candidaturas. A su lado, y como hombre fuerte, Juan Pablo Lázaro, hoy presidente de CEIM, según fuentes cercanas a ambos.
Precisamente fue la escisión en la patronal madrileña la que finalmente acabó otorgando el mandato a Juan Rosell en detrimento de Antonio Garamendi en las anteriores elecciones por solo 33 votos (Rosell cosechó el 52,2% frente al 47,2% de Garamendi).
Antonio Garamendi ha definido a Juan Pablo Lázaro como brillante y desde joven siempre tuvo el impulso de ser el mejor
La buena sintonía entre Antonio Garamendi y Juan Pablo Lázaro quedó patente en un almuerzo organizado por Nueva Economía Fórum en el que el futuro presidente de la CEOE presentó a quien se perfila como su mano derecha. “El calificativo con el que lo definiría es el de brillante”, aseguró Garamendi.
No es el único halago. “Desde muy joven siempre tuvo el impulso de querer ser el mejor”, destacó Garamendi. De ahí que se presentase al Premio Joven Empresario de Madrid y quedase segundo. Más adelante, se hizo merecedor del Premio Nacional Joven Empresario (1997).
EXPERIENCIA EN LA CEOE
Juan Pablo Lázaro, como subrayó Antonio Garamendi, lleva sangre empresarial. Ya en el colegio organizaba los viajes de esquí, y también vendía leña a los vecinos. Su primera empresa, ASM Transporte Urgente, la fundó en la década de los 80 del pasado siglo, y la acabó vendiendo a Agbar.
En 2008 creó Sending, otra compañía de paquetería urgente. En la entrada de la misma se puede leer: “Si se cree y se puede, se vende”. Un lema que se parece a la filosofía del cholismo aunque él es madridista. Toda una contradicción, como resaltó bromeando Antonio Garamendi que, asimismo, y a modo de anécdota, dijo que en la CEOE le llaman el extraterrestre, ya que como su empresa la tiene en un polígono, siempre suele decir que va “a la nave”. Una muestra más de su buena sintonía.
Presidente de la Organización Empresarial de Logística y Transporte (UNO), y del Club Financiero Génova (donde suele comer cuando tiene una reunión de trabajo), también es vicepresidente de CEOE, y presidente tanto de la Comisión de Control Presupuestario y Financiero como de la Comisión de Economía y Política Financiera de la patronal.
¿Y cómo piensa Juan Pablo Lázaro? “Subir el salario mínimo sin medidas que mejoren la productividad y la competitividad no es factible”; “No es verdad que la subida de salarios incremente el consumo”; “España tiene unos costes salariales muy altos”; “Hay que trabajar sobre el calendario laboral, el falso absentismo, la formación dual y la temporalidad”; “Subir los impuestos siempre es absurdo porque a partir de cierto nivel se recauda menos”; “El déficit lo acaban pagando los ciudadanos”; o “Las empresas no lo aguantan todo, sólo el 40% de las pymes tiene beneficios”.
Pensamiento que hizo patente en el Foro de la Nueva Economía donde subrayó que “el modelo de horarios que tenemos es endiablado, un modelo laboral que hay que cambiar de acuerdo con los sindicatos”. De conseguirlo, habría más mujeres en puestos directivos.
Por último, Antonio Garamendi, preguntado por su hoja de ruta cuando acceda a la presidencia de la CEOE, destacó que trabajará por “la unidad empresarial, con más participación y más transparencia, así como mantener la independencia desde la moderación y con sentido de Estado”.