Las televisiones al fin han decidido descentralizar la producción de su series y sacar las mismas de los achicharrados platós madrileños para darles un respiro: Atresmedia miró a Galicia y Euskadi para rodar ‘Fariña’ y ‘Presunto culpable’, y Mediaset apostó por Ceuta con ‘El Príncipe’ y lo hará por Soria con ‘El Pueblo’, que pondrá un prisma cómico a la ‘España vacía’.
Ese término acuñado por el escritor Sergio del Molino en una obra imprescindible suele repetirse para referirse a los pueblos olvidados de la Castilla machadiana. La literatura ahora abusa de la despoblación como género, pero ‘La España vacía’ también bebe los vientos de ‘La lluvia amarilla’.
El viaje onírico de Julio Llamazares por las entrañas del último náufrago de un despoblado pirenaico que cae al alimón con sus recuerdos ha sido continuado por Paco Cerdà, que visitó a ‘Los últimos’, o por Manuel Vilas, que está arrasando tras exorcizarse en ‘Ordesa’.
‘EL PUEBLO’ COMO RECLAMO
La frivolidad de la clase política respecto a la España rural está al nivel de su ética. La despoblación sigue sin ser asumida y las únicas apuestas de cara a la galería son intentonas por la fuerza de convertir a los últimos habitantes de pequeñas localidades en ajadas piezas de museo pasto de urbanitas oportunistas, adoradores de Instagram y mirones desagradables.
La falta de profundidad está condicionada porque las políticas ultraliberales miran con desprecio a los entornos rurales, cuyos servicios son más caros de pagar que los que viven en la Colmena.
Desde la izquierda también hay prejuicios sobre la España rural por ser supuestos reductos reaccionarios con la tradición como religión y la doble moral como bandera, véase ‘La España vacía’ y la incultura colectiva basada en tópicos de grandes obras literarias y sucesos pueblerinos.
‘EL PUEBLO’ MIRA A VALDELAVILLA
‘El Pueblo’ quizás sirva como reclamo a la España vacía, retratada en televisión en programas como ‘El Paisano’ o ‘Me vuelvo al pueblo’. No será la primera pieza audiovisual rodada en las inmediaciones, ya que Mercedes Álvarez contó su vuelta a los orígenes en el documental ‘El cielo gira’, rodado en Aldealseñor.
Esta localidad apenas se encuentra a 32 kilómetros de Valdelavilla, aunque las infraestructuras son tercermundistas y cada viaje entre localidades es una odisea. Lo saben muy bien los que trabajan en las furgonetas La Exclusiva, novedosa iniciativa soriana que nutre de comida y bebida a 1.000 familias de pueblos perdidos.
SORIA YA!
La iniciativa Soria Ya!, que reclama lo que le dijo un ministro a Aznar, «que España mire más a Soria que a Siria», aparecerá en ‘El Pueblo’ con sus pegatinas reivindicativas que piden al fin infraestructuras de primera en el siglo XXI.
La serie, que cuenta la desintoxicación tecnológica de un grupo de urbanitas, ayudará a visibilizar los problemas de las Tierras Altas, comarca que disfruta de la sombra del Alcarama, cuyos pueblos, en especial Sarnago, ha restaurado en sus libros Abel Hernández.
Porque Valdelavilla, hoy despoblado, quizás recobre el eco lejano de los niños que llenaron sus escuelas gracias a la visibilidad que le ofrece la serie, ya que la zona, en especial San Pedro Manrique, apenas ocupa un minuto anual en el ‘Telediario’ gracias a que varios mozos siguen saltando sus brasas.
OLVIDO Y SILENCIO
Hoy Sarnago intenta ser repoblado gracias a una iniciativa de una asociación. No es el único pueblo que necesita salir de un largo invierno demográfico que pertenece a la Serranía Celtibérica, capital de la Europa despoblada junto a una Laponia que al menos cuenta con más porcentaje de jóvenes.
Pero siguen sin llegar botes salvavidas: infraestructuras, conexiones con el mundo para que una revolución tecnológica que pueda revertir lo que sucedió hace dos siglos con la revolución industrial, y un políticas fiscales beneficiosas. No es mucho pedir.
La pena es que esta provincia 18 española, hoy pasto de fantasmas, ha sido olvidada por patriotas, nacionalistas periféricos, internacionalistas, federalistas y mediopensionistas. Al menos el rodaje de ‘El Pueblo’ hará revivir por algunos momentos una España que nadie reivindica.