El informe anual de Personality Media evidencia que los españoles tienen una pésima consideración de los programas estrella de Mediaset. Esta encuesta señala que los cinco espacios peor valorados por la audiencia son ‘Sálvame’, ‘Mujeres y hombres y viceversa’, ‘Sábado Deluxe’, ‘Gran Hermano’ y ‘Supervivientes’.
Mientras el público destaca la «calidad», «innovación» y «respeto» de su principal competidor, Telecinco genera rechazo en amplias capas de la sociedad. Pero este hecho parece no importarle a la compañía, maquinaria perfectamente engrasada que reina en audiencias y obtiene grandes beneficios económicos gracias a las sinergias que generan entre sus programas.
La palanca que provoca el efecto dominó de este éxito es un reality-show de éxito. Es por ello que el pasado año la audiencia de Telecinco cayó tras el fracaso de ‘Gran Hermano Revolution’ y esta temporada se ha elevado con el polémico ‘Gran Hermano VIP’.
UNA POLÉMICA QUE POR AHORA NO LE PASA FACTURA
No resulta extraña la pésima valoración que tienen los españoles de ‘Gran Hermano’, formato que el pasado año expulsó a un concursante por una «conducta intolerable», eufemismo detrás del que se escondía, según El Confidencial, una denuncia por «abuso sexual».
Resulta llamativo que Mediaset no interviniera con premura y sacara de la casa de forma inmediata al concursante, que fue expulsado a la mañana siguiente del polémico suceso.
Pero más preocupante es que organismos como la Comisión Nacional de Mercados y Competencia no abriera siquiera un expediente al programa, situación ridícula teniendo en cuenta que este organismo ha sancionado a las cadenas por contenidos inapropiados en series de ficción.
‘GRAN HERMANO VIP’: SITUACIONES LÍMITE
En ‘Gran Hermano’ hay concursantes que parecen actuar al margen del Código Penal. El pasado año en Guadalix se denunció un abuso sexual y esta temporada el concursante Omar incitó a su compañero Asraf a tener relaciones sexuales con Miriam cuando ésta se encontraba en evidente estado de embriaguez.
«Túmbate con ella» o «¿no te gustan las mujeres o qué?» fueron algunas de las frases que salieron de la boca de este joven, que no solo no fue expulsado de forma inmediata, sino que no fue sancionado de oficio. Fue la audiencia la que dio un infantil coscorrón con una nominación. Es decir, el castigo ejemplar pertinente se frivolizó y atenuó para beneficio del show.
Sin embargo, a Telecinco no le está pasando factura la emisión de este tipo de situaciones provocadas por un casting inflamante deliberadamente diseñado para revivir con gasolina un formato que estaba más que amortizado.
Recuerden que ‘Gran Hermano Revolution’ obtuvo los peores números de audiencia de la historia del formato con menos de un millón y medio de seguidores de sus galas y un discreto 14,3% de share. Este patinazo provocó que Teleinco se replanteara su estrategia y cancelase la edición de ‘Gran Hermano VIP’, que no llegó en enero.
Sin embargo, este formato resucitó el pasado mes con un polémico casting repleto de personajes que se encuentran en procesos judiciales (Ángel Garó o Aurah Ruiz) o de famosos que no están pasando por sus mejores momentos vitales (Aramís Fuster, Mónica Hoyos o Miriam Saavedra).
UN GOBIERNO HIPÓCRITA
El Gobierno feminista de Pedro Sánchez utiliza la retórica de la igualdad. Pero parece ser que este mensaje es una estrategia de marketing engañoso, ya que la CNMC no actúa de oficio después de que se encienda la hoguera y se haga apología del abuso sexual en el plató de televisión más famoso de España.
Otros colectivos feministas y medios progresistas que se echan las manos a la cabeza por los supuestos excesos verbales de Bertín Osborne o Pablo Motos ahora escogen prudente silencio. En definitiva, ¿es el feminismo una estrategia de algunos para ganar votos y clicks en vez de utilizarse con honestidad para acabar con la lacra machista que ha provocado en nuestro país casi 1.000 muertes desde 2003? Eso parece.