El Organismo encabezado por Christine Lagarde ha pasado revista a las entidades financieras tras el aniversario de los 10 años de la crisis económica. Ha elaborado un informe donde resalta las bonanzas y debilidades del sector financiero. Alaba que las entidades financieras cuenten con más capital, que se hayan realizado fusiones para consolidar el sector y que estas medidas incrementen su liquidez cuando más lo han necesitado. Sin embargo, insiste en que se sigue manteniendo un nivel excesivo de endeudamiento de los clientes y la caída de su cotización bursátil.
Precisamente los altos niveles de endeudamiento es lo que más preocupa al FMI. Aparecen países con un alto nivel de deuda sobre el PIB y la práctica totalidad de sus emisiones son acaparadas por el sector bancario. A lo que hay que sumar la exposición de estas mismas entidades a activos con poca liquidez y transparencia.
Además de pasar revista a los bancos, el FMI pone su foco en la guerra comercial de Estados Unidos y China, destacando que el principal perjudicado a largo plazo será Estados Unidos, por la reiteración de barreras arancelarias en la que han entrado.
En este sentido, el Fondo estima varios escenarios. El primero, que no se apliquen más aranceles y se queden los ya aprobados por Trump sobre el aluminio y el Acero, principalmente. El segundo, en el que China responde a cada una de las medidas aplicadas por Estados Unidos y se amplíen los actuales aranceles. Que Trump intensifique los aranceles ampliando su impacto a la importación directa de automóviles. Y en último término, el caso más pesimista, que la guerra comercial contagie la inversión empresarial directa e indirectamente su capacidad de financiarse en el mercado, es decir, conseguir créditos o emitir deuda corporativa.
En su previsión macroeconómica, el FMI reduce las perspectivas de crecimiento global, donde antes se estableció un crecimiento del 3,9%, ahora el Fondo estima un crecimiento sostenido para los próximos dos años del 3,7%. Si bien cada país tiene sus propios problemas, las nuevas estimaciones del Organismo mundial muestran a España como el motor de Europa y una de las principales economías avanzadas, sólo por detrás de Estados Unidos. China e India siguen siendo los líderes en previsión de crecimiento, 6,6% y 7,3% respectivamente, muy por encima del 4,7% de crecimiento para las economías emergentes y en desarrollo.
Darío García, analista de XTB