En los distritos con las rentas per cápita más bajas de Madrid -Usera, Aluche y Puente de Vallecas- se han abierto cerca de 40 locales de apuestas, desde el año 2014. La gran mayoría corresponden a los gigantes de este mercado: Sportium, Codere y Luckia. Las casas de apuestas saben que el negocio está en estos barios donde la gente busca ingresos de manera desesperada. El sector ya mueve 650 millones de euros, según la asociación española de empresarios de salones de juego y recreativos.
Jugar sobre seguro. Esto es lo que resulta abrir un local de apuestas en Madrid. El negocio vive su mejor momento, aunque el verdadero despegue de este ‘boom’ coincidió con la crisis económica que asoló a España. En un tiempo donde el trabajo escaseaba y los salarios disminuían irrumpieron con fuerza Sportium, Codere o Luckia. Sus eslóganes y lo atractivo de ganar dinero ‘fácil’ gracias a las apuestas deportivas sedujeron a una población sedienta de ingresos extras para llegar a final de mes.
Ahora, la recesión ya ha desaparecido y España escala poco a poco hacia la cima de la recuperación económica. Con una mejor situación financiera las grandes casas de apuestas han decido repetir fórmula: abrir locales en los lugares mas ‘necesitados’ de la capital de España. Cuanto más pobre, más desesperación y por ende mayor volumen de clientes en los locales.
Lo cierto es que a finales del año 2017, Madrid podía presumir de contar con 318 locales de juego de azar. Una cifra infinitamente superior a los 185 que existían hace tres años. Pero este dato se agrava en los distritos de la capital donde la media de las rentas no superan los 25.000 euros. En esos lugares, las casas de apuestas han pasado de 55 a 133. O lo que es lo mismo han aumentado un 141%. Porcentaje muy alejado del 40% del crecimiento medio de toda la ciudad de Madrid.
«Tenemos clientela siempre. Sea la hora que sea en el local siempre hay gente«, afirma un empleado de una conocida casa de apuestas situado en uno de estos barrios madrileños más desfavorecidos. «La mayoría de los jugadores son jóvenes que ni estudian ni trabajan y que apuestan a cualquier cosa: fútbol, baloncesto e incluso a las carreras de galgo en directo», prosigue este trabajador. «En realidad no realizan grandes apuestas. Todos buscan ganar una gran cantidad de dinero, pero con una inversión mínima«, finaliza.
«Me paso aquí casi todas las mañanas apostando a los perros o haciendo combinadas de fútbol para ver si engancho una buena y pillo 1000 pavos», afirma un joven tripitidor de 18 años que debería de estar en el instituto, en vez de en un local de casa apuestas de un pueblo de la periferia de Madrid. Porque lo cierto es que las casas de apuestas no sólo ven negocio en los barrios de la capital con las rentas más bajas. Los pueblos que rodean a Madrid también son los otros grandes objetivos. Como en el sector inmobiliario se produce el el cambio de tendencia: del huevo frito al donut. Es decir, de aglomerarse todo en el centro a expandirse a la periferia.
Los picos de afluencia de estos locales se producen los fines de semana y los martes y miércoles de Champions League. Este año todo el fútbol europeo es de pago y de esta circunstancia también se aprovechan Sportium, Luckia y Codere. «Cuando juega el Madrid o el Barcelona en la Champions el local está a reventar. La renta de los vecinos no alcanza para tener televisión de pago y esta es una manera ‘económica’ de disfrutar del partido», afirma el mismo empleado. Además, muchas casas de apuestas aprovechan para incentivar la presencia con promociones como una cerveza gratis con la primera apuesta. Porque sí, en la mayoría de los locales también existe bar.
Varón, sin estudios superiores y en paro. Este es el perfil que manejan todas las casas de apuestas presenciales en los barrios pobres de la capital. Son los que han ayudado a que Sportium, Codere o Luckia hayan aumentado su actividad. La presencia de estos locales en los distritos más pobres respecto a otros con más posibilidades como Salamanca o Chamaberí es abismal. De hecho, en concreto en estos dos han descendido su número y cuentan con un local menos, según datos del Ayuntamiento de Madrid. A los ricos no les seduce el dinero ‘fácil’ de las apuestas deportivas.
El modelo de negocio es muy simple y en España se ha visto favorecido por la gran cantidad de ‘stock’ de casas de juego. Porque la realidad es que en otros países como Reino Unido este tipo de locales están diferenciados de las apuestas deportivas, algo que no ocurre aquí. En España, Sportium, Luckia o Codere han aprovechado las casas de juego para instalarse en un córner del local. De esta manera todos ganan, porque el cliente además puede jugar a la ruleta, al bingo, a las tragaperras…
Pero la proliferación de las casas de apuestas es un arma de doble filo y tiene dos enemigos: internet y la masificación de los locales. A pesar de ello, los empresarios del sector afrontan el futuro con optimismo. La mayoría considera que está bien o muy bien, según el último informe -junio de 2018- de la asociación española de empresarios de salones de juego y recreativos. De hecho, el 63,6% planea ampliar su plantilla. Un porcentaje que guarda relación con la masiva apertura de estos locales de Sportium, Codere o Luckia, las tres empresas más potentes.
SIN MIEDO A LA APERTURA DE MÁS LOCALES
El estudio revela otros datos que muestran el optimismo del sector. En el último año, la idea de abrir otros locales ha proliferado. Hasta un 60,7% de los empresarios encuestados tienen como un objetivo abrir otro local. Además, un 60,6% prevé instalar más ruletas o máquinas multipuestos.
Los empresarios mantienen la precaución ante la posible saturación del mercado de salones que se teme que afecte a la rentabilidad de las inversiones. Pese a esta “alerta” las decisiones de las empresas van en dirección a la expansión en capacidad instalada (locales y máquinas de juego) y empleo. Un ejemplo claro son los ocho locales que existen en la calle General Ricardos, en Carabanchel. Los mismos -ocho- que en la castiza calle de Marcelo Usera.
SPORTIUM, CODERE Y LUCKIA TAMBIÉN EN INTERNET
El otro gran enemigo de las casas de apuestas presenciales es internet. Muchos usuarios han migrado a los portales de apuestas online para realizar sus pronósticos. Por este motivo, los empresarios solicitan una mayor publicidad de sus locales. Los dos tercios de los entrevistados por la asociación están de acuerdo en que se debería permitir la publicidad de los establecimientos de juego presencial, en las mismas condiciones e iguales restricciones que el juego online. De todos modos, los tres gigantes -Sportium, Codere y Luckia- también cuentan con presencia en la red de redes, para competir con los otras grandes del sector online como Bet365, Betfair o William Hill.