A río revuelto, ganancia de pescadores. Este popular refrán bien podría aplicárselo Acerinox. Las medidas proteccionistas del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, le está viniendo a las mil maravillas para engordar su caja.
“La tensión comercial está generando mucha volatilidad en los precios del acero. Lo bueno es que los precios están subiendo gracias a las medidas de Trump y la demanda global no se está viendo resentida por el momento”, asegura Felipe López-Gálvez, analista de Self Bank.
Según Bloomberg, el aluminio ha alcanzado su precio más alto desde el mes de junio. Ello se ha debido, entre otras causas, al cierre de una importante refinería de alúmina en Brasil y a las preocupaciones sobre una posible crisis mundial de suministros. A ello hay que añadir las sanciones estadounidenses contra una factoría de óxido de aluminio de Rusia, las tarifas comerciales impuestos por Trump, y las medidas del gobierno chino para limpiar su aire que están limitando la producción industrial (entre ellas, la de alúmina).
Acerinox siempre se quejó de que las importaciones en Estados Unidos eran extraordinariamente baratas
“Es probable que el precio de la alúmina se mantenga volátil a corto plazo con riesgos al alza”, señalan los analistas de Goldman Sachs. Estas declaraciones, recogidas por Bloomberg, también apuntan a que muchas de las fundiciones de aluminio están operando con márgenes negativos, y apuntan a que al final de año el precio de la tonelada podría estar en 2.300 dólares (en la actualidad está en 2.238 dólares).
“Las medidas proteccionistas en Estados Unidos le benefician ya que los productores extranjeros tendrán más complicado exportar al país norteamericano”, añade López-Gálvez. De hecho, su fábrica de Kentucky genera el 50% de las ventas totales de Acerinox.
Conviene recordar que Acerinox siempre ha sido una de las empresas que más críticas había realizado al sistema anterior en el que las importaciones de acero de Estados Unidos eran, según la firma, exageradamente baratas.
LA FORTALEZA DE ACERINOX
Acerinox está mostrando músculo a lo largo del año. Durante el primer semestre, elevó un 5,6% la producción favorecida, entre otras causas, por los ya citados elevados niveles de demanda en Estados Unidos.
En su Capital Markets Day la firma confirmó su estrategia basada en cuatro pilares: diversificación geográfica de sus plantas (repartidas en cuatro continentes), política de inversiones diferenciales, control de costes y fortaleza de balance, con especial hincapié en la generación de caja. De ahí que dijera que “cash is King”.
“Su presencia global está siendo una de las claves de este ejercicio en el que los flujos comerciales se están viendo afectados por la entrada en vigor de las medidas en EEUU y las posteriores medidas de salvaguardia en la UE, que de momento son temporales y que hasta que no se complete la cuota global no está limitando las importaciones”, señalan desde Bankinter.
La entidad financiera también resalta que “la fortaleza de la demanda les permite esperar un buen tercer trimestre en línea con el segundo trimestre, en el que el ebitda alcanzó los 151 millones de euros, con cifras acumuladas del año por encima del 2017”.
Esta fuerte generación de caja les está permitiendo reducir deuda a un ritmo mayor del esperado, lo que se traduce en un ahorro de costes financieros. “Entre enero y junio la redujo en 72 millones de euros, lo que implica un recorte del 12%”, matiza el analista de Self Bank. Así mismo está posibilitando mantener su compromiso de reparto de dividendos.
Las inversiones de Acerinox, unos 170 millones de euros al año, están siendo claves a la hora de aumentar la producción y reducir los costes de energía. “A pesar de ser un negocio cíclico, y de estar en un año especialmente turbulento en el entorno comercial internacional, su distribución geográfica y solidez financiera permiten mantener las buenas perspectivas sobre el valor”, concluyen en Bankinter. Desde principios de julio, la acción se ha revalorizado un 14,1%.