Bankia continúa con el saneamiento de su balance y está preparando la venta de un paquete de activos inmobiliarios problemáticos valorado en 3.500 millones de euros.
La operación se divide en una cartera de 1.500 millones de euros de hipotecas impagadas y una cartera de 2.000 millones de euros de «activos inmobiliarios en propiedad»: residencias embargadas por el banco pero que no se vendieron en subasta, según una fuente de la operación consultada por Bloomberg.
El cuarto banco de España por valor de mercado fue uno de los primeros del país en deshacerse de deuda morosa, y ha vendido carteras desde 2014. Pero desde entonces la competencia se ha puesto al día. En junio, CaixaBank SA acordó vender el 80% de su cartera inmobiliaria de 7.000 millones de euros a Lone Star Funds, mientras que en julio, Banco Sabadell SA vendió activos inmobiliarios valorados en alrededor de 3.900 millones de euros a Cerberus Capital Management.
Los bancos españoles han estado vendiendo activos desde que un exceso de préstamos inmobiliarios empezó a torcerse a partir de 2008. En su punto máximo en 2013, los activos morosos representaban casi el 14% de los préstamos totales del sector.
Los activos netos no rentables de la entidad presidida por José Ignacio Goirigolzarri, estimados en 15.200 millones de euros a finales de junio, representaban alrededor del 5,5% de sus activos totales. La entidad planea recortar la cifra en 2.900 millones de euros al año y reducir la proporción a menos del 3% para 2020. Bankia ha declinado hacer comentarios ante esta información.
Antonio Vanuzzo, Sharon Smyth y Charlie Devereux para Bloomberg.