La investigación, que podría derivar en fuertes multas, se centra en conversaciones técnicas para desarrollar sistemas selectivos de reducción de catalizadores para disminuir las emisiones de óxidos de nitrógeno de los automóviles diésel y filtros de partículas «Otto» para motores de gasolina.
La UE dijo que no tenía conocimiento de que los fabricantes de automóviles coordinaran dispositivos ilegales para trucar las pruebas reglamentarias, o desarrollar otra tecnología, un escándalo más amplio que ha empañado la reputación de VW.
«Estas tecnologías apuntan a hacer que los turismos sean menos dañinos para el medioambiente», dijo la comisionada de Competencia de la UE, Margrethe Vestager, en un comunicado enviado por correo electrónico. «Si se comprueba, esta connivencia puede haber negado a los consumidores la oportunidad de comprar automóviles menos contaminantes, a pesar de que la tecnología esté disponible para los fabricantes».
La investigación representa otro desafío para la industria de automoción alemana, que está lidiando con las consecuencias de las revelaciones de las trampas a diésel de VW y el cambio disruptivo hacia los automóviles eléctricos autodirigidos. Las denuncias surgieron el año pasado en la revista alemana Spiegel, que informó que VW, Daimler y BMW se reunieron a partir de la década de 1990 para coordinar actividades relacionadas con tecnología de vehículos, costes, proveedores y estrategia, así como controles de emisiones de diésel.
WOLKSWAGEN ESTÁ COLABORANDO EN LA INVESTIGACIÓN
Volkswagen ha estado cooperando con la Comisión Europea y continuará haciéndolo. Esta empresa, así como Audi y Porsche, ha estado implicada en la investigación, dijo en un comunicado enviado por correo electrónico.
“Este inicio de actas es un paso normal, conducido por proceso que Volkswagen ha estado esperando”, apuntó el fabricante de automóviles.
En los próximos meses, VW tendrá que lidiar con al menos media docena de acciones judiciales derivadas del uso de software para hacer trampa en las pruebas de emisión de diésel.
Después de reservar unos 32 mil millones de dólares para resolver demandas y pagar daños y perjuicios, VW se enfrenta a más de 10 mil millones en reclamaciones adicionales de inversionistas y clientes descontentos, así como un daño incalculable a su reputación, ya que los altos ejecutivos corren el riesgo de ser llevados ante los tribunales.