Entre trabajos universitarios y tesis doctorales, las cuestiones económicas han quedado relegadas a un segundo plano. Pero ahora llega uno de los negocios en los que el Estado saca tajada y, además, sin mover un dedo. Este viernes arranca la venta de los viajes del Imserso. Se trata de un programa que el Gobierno subvenciona, y por paradójico que parezca, es un negocio redondo que dará un respiro al Ejecutivo de Pedro Sánchez.
El Programa de Turismo del Imserso está subvencionado parcialmente por el Estado. El contrato del Imserso se licitó en 2015 con un presupuesto por temporada de 331 millones: 69,5 millones a modo de subvención pública y 261,5 millones que aportan los pensionistas que realicen los viajes. El programa fue adjudicado durante dos temporadas –con prórroga de otros dos años– a Mundosenior (la UTE de Viajes Halcón y Viajes Barceló que comercializa los paquetes de la costa peninsular) y Mundiplan (formado por Iberia, Alsa, Gowaii y IAG7 y que vende los destinos Baleares y Canarias).
Pero, ¿dónde está el beneficio económico si es un programa subvencionado? En lo que genera de manera indirecta. Los cálculos que se realizaron hace años confirman que por cada euro que el Gobierno invierte en los viajes del Imserso recibe 1,56 euros. Eso quiere decir que no solo rentabiliza el gasto ocasionado, sino que consigue obtener beneficios.
Ese beneficio lo consigue gracias a que los viajes del Imserso favorecen la creación y mantenimiento del empleo en el sector turístico, especialmente en el hotelero. Sin estos viajes, muchos trabajadores de estos establecimientos acabarían en el paro. Por lo que tendrían que cobrar una pensión de desempleo a cargo del Estado. Así, el Estado sigue recaudando el IVA, Impuesto de Sociedades e IRPF y se ahorra el pago del desempleo.
Por lo que el Imserso ayuda a mantener el empleo en un sector, el turístico, marcado por la temporalidad y la precariedad. Y más teniendo en cuenta que en agosto se registró uno de los peores datos de desempleo que se recuerdan en España. En ese mes, el paro ascendió en 47.047 personas, hasta los 3,18 millones de personas.
UN MILLÓN DE VIAJEROS MÁS
Además, estos trayectos son un dinamizador del sector turístico durante la temporada baja, contribuyendo, con ello, a paliar la estacionalidad tan característica en este sector. “Se consigue que los jubilados viajen a un buen precio y ayuda a mejorar los datos turísticos”, apunta el presidente de la Federación Territorial de Asociaciones de Agencias de Viajes (Fetave), César Gutiérrez.
Este año estos viajes vienen muy bien para maquillar la caída del turismo que se reflejó en julio. Ese mes, España recibió 9,98 millones de turistas internacionales, un 4,9% menos que en el mismo mes de 2017. Su mayor descenso en más de ocho años. Las previsiones no son muy halagüeñas para un sector que aporta el 11% del PIB español. Por lo que el millón de plazas en la que participan que oferta el Imserso es un alivio para el turismo internacional; y hasta para el doméstico.
Todo ello se traduce un el éxito más que evidente. Este servicio lleva 33 años en funcionamiento y cada temporada amplía plazas. En el año 1985, el Instituto Nacional de Servicios Sociales, organismo entonces dependiente del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, inició, con carácter experimental, un Programa de Vacaciones financiado parcialmente y destinado a los mayores de 65 años. Ese año arrancó con tan solo 16.000 plazas y dos puntos de destino: Palma de Mallorca y Benidorm. Un total de 16 hoteles y 100 agencias participaron en esta primera prueba de un negocio redondo que año tras año crece.
BENEFICIOS PARA HOTELES Y AEROLÍNEAS
Pero no solo gana el Estado con las vacaciones de los pensionistas. También lo hacen los hoteleros. Las 300 cadenas hoteleras que participan reciben una media 21 euros por persona y día en régimen de pensión completa. No obstante, desde la Comunidad Valenciana llevan años pidiendo un aumento del 20%, hasta los 25 euros por día para tener un mayor beneficio.
En cuanto a las agencias, la rentabilidad no es tan grande. Desde Fetave aseguran que el beneficio es de 12 euros por viaje vendido. “El margen de beneficio del viaje del Imserso es muy bajo. De hecho, algunas agencias minoristas han dejado de venderlos, mientras que otras lo tienen como un complemento”, afirma el presidente.
Y, por último, el sector del transporte es uno de los más beneficiados, sobre todo las aerolíneas con Iberia a la cabeza. Su participación en Mundiplan junto a Alsa para ofertar los viajes más codiciados por los pensionistas, los de las Islas, ayudan a llenar las plazas de sus aviones.
Tan pretendido es este lote que la otra UTE, Mundosenior, ha dado lugar a la confusión entre los jubilados al vender un producto parecido al del Imserso –sin ser subvencionado– bajo el nombre Mundosenior Plus. Maniobra también para hacer la competencia a Mundiplan. Las agencias de viaje consideran que la marca “crea confusión en el público” debido a que “en muchas ocasiones piensa que viaja con la garantía del Estado”.
IRREGULARIDADES EN LOS CONTRATOS
El jugoso pastel económico de los viajes del Imserso siempre ha estado salpicado por irregularidades. Tanto es así que, en 2016 la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC) multó a Halcón Viajes y B the Travel Brand (antigua Viajes Barceló) con 1,84 millones de euros (1,22 millones a la agencia de Globalia y 0,62 millones a la de Barceló) por haberse puesto de acuerdo en sus ofertas para los viajes del Imserso. Esta interpretó que ambas concurrieron conjuntamente a los concursos públicos eliminando así la competencia.
Ese mismo año, el propio Imserso impuso una multa de 1,9 millones de euros a la UTE Mundiplan por incumplimiento de los compromisos asumidos en el contrato público del Programa de Turismo por causas imputables a esa empresa, en concreto, ante la falta de disponibilidad de las plazas hoteleras comprometidas en su oferta.
A raiz de ello, Fetave ha reclamado que los próximos pliegos de licitación de viajes del Imserso sean “lo más consensuados posible” para evitar paralizaciones y retrasos, como ocurrió en el anterior proceso de licitación.