¿Cuándo va a empezar a trabajar el amigo de Pedro Sánchez?». Eso se preguntan algunas voces en Correos tras asistir atónitas al inmovilismo inicial de Juan Manuel Serrano, cuya labor ejecutiva es desconocida hasta la fecha. Frente a la frenética labor de Rosa María Mateo en RTVE, donde se han autorizado una treintena de cambios relevantes, el nuevo presidente de Correos solo ha hecho dos movimientos en el mes largo que lleva al frente de la compañía estatal: fotografiarse con el Padre Ángel para una loable labor social y echar al presidente de la filial Correos Express, Manuel Molins.
¿La razón del despido? El enfado de algunos medios progresistas contra este directivo, que cuenta con un brillante currículum en el sector logístico tras su paso por Seur. Serrano, inexperto en el sector, lo tenía sentenciado desde que algunos digitales afines a Sánchez denunciaron las recomendaciones sobre la vestimenta de Correos Express a sus trabajadores. Se exigía «elegancia» y Comisiones Obreras, que transigía con la anterior dirección por premiar unos cursos de dudosa valía que llenaban sus arcas, estalló por un simple consejo, que no una obligación.
EL GRAN PELOTAZO DE SERRANO
La incomprensible elección de Juan Manuel Serrano fue al menos llamativa por la situación de la empresa estatal: Correos pierde casi 150 millones de euros al año, tiene que devolver al estado 167 millones de euros cobrados indebidamente y tiene un nublado horizonte por su incapacidad de reconvertirse hacia los nuevos tiempos. Hacía falta un gestor y no a un cargo político escogido como compensación afectiva. En Ferraz ya sabían desde hace meses que Pedro Sánchez había dejado de escuchar a Serrano. El líder socialista se había entregado a las tácticas ajedrecísticas de Iván Redondo, spin doctor que había ayudado al PP periférico: Albiol consiguió gracias a sus consejos Badalona pese a la marginalidad popular en Catalunya, Monago había roto la hegemonía socialista en Extremadura y Basagoiti había facilitado la investidura de Patxi López, que desalojó al PNV tras tres décadas poder nacionalista en Euskadi.
Mariano Rajoy sin embargo desechó su incorporación a Madrid y prefirió el viejo librillo de Arriola y Carmen Martínez de Castro, por lo cual Redondo cortejó al PNV, a Podemos y finalmente a Pedro Sánchez, que tras alcanzar el poder lo nombró jefe de Gabinete en Moncloa, situación que dejó en fuera de juego al favorito para ser elegido, Serrano. Pero Pedro no olvida a sus amigos y su ex asesor se llevó un jugoso premio: un cargo por el cual Javier Cuesta Nuin se embolsó 191.053 euros en 2017.
OTOÑO CALIENTE
Comisiones Obreras no se esconde y ha retado en público al Gobierno: habrá otoño caliente con unas huelgas y movilizaciones que podrían prolongarse hasta la primavera electoral. El sindicato mayoritario en Correos pretende un pacto postal que concluya con un plan que refuerce el servicio, exigiendo al ejecutivo una financiación para esta hoja de ruta de 230 millones de euros. Recuperar derechos, eliminar la precariedad (el 22% de los contratos son parciales y el 35% eventuales) y expandir el mercado de la paquetería son las tres líneas maestras que dibuja el secretario general de Comisiones Obreras en Correos, Regino Martín.
Es evidente que al menos el calendario ayuda al Gobierno, consciente de que el 30 de septiembre se celebran unas oposiciones en el servicio estatal en las que se ofertan 2.295 puestos fijos, cifra aun así insuficiente para compensar los 15.000 puestos destruidos en Correos en los últimos ocho años. Para 2019 hay previsto otros concurso con otros 2.000 puestos, pero los sindicatos anuncian que batallarán con la intención de que las oposiciones ofrezcan la recuperación de al menos otros 2.000 contratos extra.
LA ESPAÑA DE PROVINCIAS SE REBELA CONTRA CORREOS
El verano ha sido dramático en varias oficinas provinciales de Correos: el sindicato CSIF ha denunciado la «caótica situación» de la empresa en Ciudad Real, Ciudadanos de Castilla-La Mancha ha tildado el estado de la empresa estatal de «insostenible», el comité de empresa de A Coruña ha explicado que julio y agosto han sido «desastrosos», en La Rioja la transformación de ocho oficinas ha sido acogida con escepticismo («Correos ha convertido estas oficinas en una papelería donde se antepone vender Lotería en vez mejorar la calidad en su servicio tradicional», apuntan fuentes sindicales), y en la provincia de Barcelona los retrasos veraniegos han acabado con una carta enviada por un ciudadano de a pie a El Periódico de Catalunya que se hizo viral porque denunció que le llegó un certificado con retraso, situación que le imposibilitó acudir a que le valorasen su grado de minusvalía.
Al menos algunos servicios puestos en pie por la anterior dirección están dando sus frutos. Correos instaló en varias oficinas de capitales de provincia casi 5.000 dispositivos CityPaq (casilleros automáticos de envío y recogida de paquetes de compras online) y el servicio se ha recibido de forma positiva por el usuario. Otro de los nuevos servicios, Mi Postal, posibilita a través de una aplicación el envío de una foto física a su destinatario en apenas 48 horas. Y por ahora sus resultados están siendo exitosos después de que más de 150.000 personas lo hayan usado en lo que llevamos de año. Pero ambas aplaudidas medidas quedan eclipsadas por el mal funcionamiento del servicio tradicional de la empresa: la Comisión Nacional de Mercados y Competencia ha desvelado en su control de calidad que por tercer año consecutivo se están incumpliendo plazos de entrega y en lo que llevamos de año hay más de 160.000 reclamaciones por esta situación. Muchas tareas tiene por delante el amigo de Pedro Sánchez…y por ahora está ofreciendo escasas respuestas.