Iker Jiménez se atrevió a proseguir la senda iniciada por comunicadores como Antonio José Alés o Fernando Jiménez del Oso y rehabilitó un género en desuso a partir del verano del 2002 con el proyecto ‘Milenio 3’. Este programa de la Cadena SER nos ayudó a conocer a un locutor que se entregaba a la temática que le apasionaba: el mundo sobrenatural.
Y la chispa prendió: la alerta ovni de 2004 congregó a 8.000 personas en el Parque Juan Carlos I, «la nave del misterio» saltó en 2005 a la televisión de la mano de la recién nacida Cuatro, El País superaba el millón de ejemplares vendidos del Libro-DVD del programa, los editores de las revistas se peleaban porque Jiménez les apadrinara una revista milenaria, las webs de sus programas no dejaban de acumular clics, sus libros se vendían como rosquillas, la SER superaba el 60% de share en 2010 en las madrugadas de los sábados, y el podcast de ‘Milenio 3’ sigue en el ránking de lo más escuchado en Ivoox pese a que lleva más de tres años sin emitirse.
¿La clave del éxito? Iker comprendió que no se trataba de vender la mercancía como hacían algunos de sus antecesores, que subrayaban psicofonías y daban pábulo a charlatanes. Y es que en sus programas reclutó a científicos, historiadores e incluso a escépticos. Mientras tanto él guardaba una inteligente equidistancia entre creyentes y detractores, todo ello envuelto en brillantes dramatizaciones y una cuidada selección musical. Es evidente que una temática de este calibre siempre cuenta con críticos que denuncian errores o excesos, pero Jiménez ha sabido capear el temporal y se ha convertido en una de las piezas más mimadas por Mediaset, que no le miraba por encima del hombro como Prisa, incapaz de premiar con un Ondas sus 13 años de entrega al frente de ‘Milenio 3’.
IKER SE REIVINDICA
El comunicador se quejaba amargamente en abril de este año por el tratamiento que le dispensan algunos medios: «Decir que ‘Cuarto Milenio’ es un programa de fenómenos paranormales es como decir que Arguiñano hace un programa de cocina vegana (…) Es un poco el estigma». Este periodista vitoriano también protestó en el cierre de la temporada pasada con por «las campañas en contra, ataques que son tremendos en lo personal, no por parte de ustedes… del sistema, que no gusta que sigamos así, contando lo que contamos y con éxito. Si seguimos siendo libres habrá más campañas en contra, y muchas veces son invenciones. ‘Cuarto Milenio’ es peligroso porque cuenta cosas que a veces no gustan».
Es evidente que en este monólogo desprendía cierto victimismo, pero también es cierto que ha tenido que soportar muchos ataques en los últimos tiempos por sus campañas contra la dictadura de lo políticamente correcto. Fue el caso del silencio mediático contra algunos ataques a mujeres por parte de los refugiados llegados a Colonia o la campaña de defensa de la asesina confesa Ana Julia Quezada. Especialmente enfadado se mostró también contra la campaña del aspirante a dirigir la Seguridad Nacional en el Gabinete de Pedro Sánchez, su colaborador Pedro Baños, que era acusado de simpatizante de Putin y de colaborar «en programas sobre ovnis».
El presentador cargó contra «los mentecatos, ignorantes y zafios que han sacado un dossier para ver qué tenemos de malo de este tipo. Y no habéis encontrado más que eso, para vosotros malo, porque ese es el problema. Vivimos en un mundo donde se hacen este tipo de trabajitos para intentar tirar por tierra a las personas». Iker no se echa por tierra y el pasado domingo estrenó temporada con una audiencia más baja de lo habitual, 6,5% de share, quizás por un adelanto horario que le condenó a competir en pleno primetime.