Durante los dos próximos años la tecnología móvil 5G será la palanca de cambio para los operadores de telefonía. Pero no solo para ellos. Sus proveedores de red, como es el caso de Nokia, también son pieza clave. Aunque por ahora se están encontrando un problema: cierta tacañería a la hora de invertir, pese a que han visto un halo de luz en las últimas horas.
En concreto, Nokia ha alcanzado un acuerdo con T-Mobile que servirá para empujar sus cuentas que en el segundo trimestre del año cayeron un 5,6%. Y es que el proveedor de telecomunicaciones finlandés suministrará a la compañía norteamericana equipos y software de red 5G de extremo a extremo para la construcción de una red nacional en Estados Unidos. El acuerdo está valorado en 3.500 millones de dólares.
Esta acción supone un espaldarazo para Nokia que desde hacía meses lidiaba con un descenso generalizado en la inversión de nuevas redes por parte de los operadores de telefonía. Así, por fin parece que algunas compañías empiezan a firmar sus primeros contratos, como éste que ha sellado con el operador recién fusionado con Sprint.
Y es que las perspectivas de uso de un 5G comercial empiezan a verse, aunque muy lentamente, y eso ha llevado a uno de los grandes operadores mundiales a mover ficha. Por eso, según Nokia, espera que este movimiento represente un cambio de tendencia en el sector y, lo más importante, que represente para ellos un impacto directo en sus cuentas y amplíe su margen de beneficios.
En este sentido, desde Nokia estiman que serán los operadores estadounidenses los que impulsen por ahora todo el negocio relacionado con las redes 5G. Mientras, en Europa, todo parece que va muchos más despacio.
NOKIA CONFÍA POCO EN EUROPA… CON RAZÓN
No le falta razón a Nokia para esperar poco de los operadores europeos. Pese a los fuegos de artífico que, por ejemplo en España, están llevando a cabo todos los operadores, la realidad es bien distinta.
Sin ir más lejos, Telefónica la semana pasada hizo pruebas con 4G aproximado al 5G en la ciudad de Segovia, con casos de uso real, pero con demasiado desarrollo por delante. Lo mismo que Vodafone, que anunció una red precomecial de 5G con interesantes demos, pero sin responder a la gran pregunta: ¿Cómo se va a monetizar todo esto?
Y esa es la clave para la escasa inversión que por ahora están percibiendo los proveedores, como es el caso de Nokia. Nadie quiere meterse de lleno en planes de expansión de red, también porque, al menos en el caso español, ya hay mucho cableado a través del 4G y ahora solo se necesita actualizar el software, y listo.