Aceras levantadas, grafitis en las paredes, restos de botellón, cartones a modo de colchón de personas sin techo… Esta es la situación de los bajos de Azca (acrónimo de Asociación Mixta de Compensación de la Manzana A de la Zona Comercial de Paseo de la Castellana). En este entorno se emplazan algunas de las empresas más importantes del Ibex 35, que viven ajenas a esta deplorable imagen. Sacyr o Deloitte, entre otros, conviven con esta situación.
Corazón financiero de día, lugar de ocio nocturno y de excesos de noche. Movimientos de millones de euros mientras luce el sol, copas y ruido cuando la luna baña el centro de la capital. Esta extraña bipolaridad corresponde a Azca, localizado en mitad del Paseo de la Castellana, entre Nuevos Ministerios y el Santiago Bernabéu.
La combinación de las dos actividades, a priori, resulta perfecta: transacciones de dinero las 24 horas del día. Pero la realidad es que lo único que ha supuesto es el deterioro de una zona que cada día acoge a miles de trabajadores de consultoras, bancos, empresas financieras…
A simple vista, los majestuosos edificios que coronan el cielo de Madrid otorgan a la zona un aspecto señorial, solemne, esplendoroso. Los carteles de grandes inmobiliarias, constructoras y empresas financieras lucen en lo alto de estos edificios para otorgar aún más importancia a la localización de estas compañías -muchos de ellas cotizadas en el Ibex 35-. Además, la presencia de uno de los centros de El Corte Inglés más productivos de España -el de Nuevos Ministerios- añade valor al emplazamiento. Todo está diseñado y enfocado a la actividad ejecutiva, ¿o no?
La superficie y las alturas están controladas. Muchos de los millones que se mueven en el parqué madrileño se cocinan entre las paredes de estos edificios enclavados en un lugar privilegiado de la capital. Pero los bajos son otro mundo, otra dimensión muy distinta. En la penumbra de los pasadizos subterráneos de Azca el retrato guarda más relación con el mundo de la noche y con la pobreza, sobre todo de jueves a domingo.
Las discotecas y los bares de copas son los otros inquilinos del corazón financiero de la capital. En esta zona, los trajes y las corbatas dan paso a un ambiente juvenil de desenfreno cuando cae el sol en Madrid. Los botellones, el ruido y las peleas son los protagonistas de las noches de Azca. De hecho, las protestas vecinales por este asunto se acumulan en las comisarías de la Policía Municipal.
Pero los vecinos no son los únicos afectados por esta situación. Las empresas del Ibex 35 son las otras damnificadas por los excesos nocturnos de estos famosos bajos madrileños. El entorno cada vez sufre más desperfectos y la estampa diurna es deplorable cuando ‘mamá se asoma debajo de la cama’.
Para empezar, el pavimento de muchas zonas de Azca se encuentra en un pésimo estado: levantado, destruido y sucio. Andar por las aceras del surbterráneo en algunas ocasiones se convierte en una verdadera yincana, en una prueba de destreza para no pisar la baldosa en mal estado.
Las paredes de los soportales son otro de los contras del emplazamiento financiero. Los grafitis son los particulares y discutibles cuadros que adornan este lugar cercano a uno de los sitios más visitados de la capital, el estadio Santiago Bernabéu. El olor de algunas zonas tampoco es muy agradable. Muchos jóvenes orinan en las esquinas de los bajos y el hedor se acumula.
AZCA, LUGAR DE DESENFRENO
De todos modos, los jóvenes y universitarios no son los únicos que habitan en las noches madrileñas en estos subterráneos. Las personas sin techo también son unos habituales de la zona por lo resguardado del lugar. En invierno encuentran algo de cobijo para soportar las bajas temperaturas de la capital y en verano es un sitio apartado para los que desgraciadamente duermen al raso.
Al final, lo coexistencia de lo más desfavorecidos y del desenfreno de los jóvenes dibujan un panorama desolador para el entorno. Los cartones, las bolsas de basura y las botellas de alcohol se acumulan debajo de los edificios donde bombea la economía española. Lo cierto es que resulta extraño que todavía no exista un consenso para poner remedio a esta situación y revitalizar unos bajos cada vez más deteriorados. La única que parece que lo intenta es la asociación ‘ProAzca‘, pero en su lista de asociados no aparece ninguna empresa del Ibex 35 y haberlas, las hay.