Una caja fuerte desvalijada, una colección de monedas antiguas y cinco cuadros de Francis Bacon valorados en más de 30 millones de euros es el botín del robo de arte más importante en España en Democracia. Un golpe que se pudo llevar a cabo gracias a la inusitada pericia de los ladrones y que la alarma de Securitas Direct no funcionó durante este robo ni emitió señal alguna a la Central de Alarmas (CRA). Ni siquiera lo hizo en los 12 días siguientes al robo.
La razón de la inoperancia de los dispositivos de seguridad es una de las mayores incógnitas a revelar en este robo. De no ser porque el afectado les avisó, Securitas Direct seguiría en la inopia, como revelan documentos internos de la compañía. La empresa de seguridad explica a MERCA2 que el propietario del piso, José Capelo, nunca informó a la compañía de la existencia de objetos valiosos ni obras de arte en la vivienda que debían proteger.
Cuantificado el desastre, se antoja pírrica la indemnización de 11.000 euros que recibió el propietario por parte del seguro. Una cuantía que está lejos de subsanar el desasosiego que le invadió al llegar a su casa señorial de Madrid, y la ansiedad que provoca que el caso siga coleando en los juzgados y en las calles. Y perder 30 millones de euros en obras de arte.
La investigación avanza lentamente, con detenciones a cuentagotas. Securitas Direct alega en su descargo que el cliente siguió con contrato vigente muchos meses después del robo, lo que podría indicar que no atribuyó a ineficacia de la alarma el robo catastrófico. Por otro lado, informan de su colaboración con las pesquisas policiales y judiciales en actuaciones que siguen siendo secreto de sumario.
El propietario de las obras de Bacon, valoradas en 30 millones de Euros, recibió una indemnización de sólo 11.000 euros.
Sin embargo, la investigación revela cuanto menos anomalías en el sistema de alarma. No ayuda que desde la central de Securitas Direct solo se verifique la comunicación con sus equipos cada veintitrés horas, lo que ha motivado acusaciones de ineficacia de las comunicaciones de sus equipos. Así lo reconocen en general algunos ex trabajadores, y en particular un documento interno al que ha tenido acceso MERCA2.
En las comunicaciones entre alarma y central, a las que ha tenido acceso este diario se revela que las comunicaciones se pierden durante días enteros, sin que se conozca reacción alguna por parte de la compañía de seguridad.
En estos documentos internos se puede apreciar cómo el agente que atendió por teléfono a la víctima del robo recogió uno a uno todos los hechos sucedidos. Paralelamente, los apuntó en varios asientos de manera cronológica.
En su conversación, José Capelo informó a la central de un robo en su casa y de su llamada a la policía. También indicó que acababa de llegar de vacaciones y encontró su casa revuelta. Acusaba la ausencia de varios cuadros e informó que la caja fuerte había sido abierta. Además, se percató de que los ladrones se habían movido por todo el domicilio.
Según expertos en seguridad consultados, la facilidad con que se movieron los ladrones pese al sistema de alarma se pudo deber a una probable manipulación del panel físico de Securitas Direct . Además, para los ladrones es relativamente sencillo interrumpir las transmisiones gracias a un inhibidor de frecuencia. Incluso cuando se trata de su tecnología ATN, en consonancia a lo que desveló hace algún tiempo el Niño Juan, un conocido butronero.
CRONOLOGÍA DEL ROBO
El 22 de junio de 2015, mientras José Capelo estaba de vacaciones fuera de España, los ladrones aprovecharon tanto la ausencia del dueño como de la poca afluencia inmediaciones de la vivienda, situada en Madrid, muy próxima al Senado. Tras pasar inadvertidos por la vigilancia de la zona y no levantar sospechas entre los vecinos ni en el portero, entraron por la puerta principal y anularon la alarma sin que esta emitiera ningún tipo de señal en el momento, ni tampoco en los días posteriores.
No sería hasta el 3 de julio, fecha en la que José Capelo regresó al domicilio, cuando el propietario encontró su casa revuelta. Tras ello, realizó las pertinentes llamadas a la Policía y a su compañía de seguridad, Securitas Direct. Lamentablemente la policía no halló pistas, siquiera en las cámaras de la zona.
La alarma de Securitas Direct ni funcionó durante el robo ni emitió señal alguna los 12 días siguientes.
En medio de una investigación a ciegas, los ladrones no hicieron ningún movimiento que les delatara. Ni siquiera durante la feria de arte ARCO, por lo que la policía siguió investigando con la esperanza de algún ‘chivatazo’. Según los expertos, el círculo de compradores de una obra de este precio y estilo es muy reducido.
No sería hasta 2016 cuando se encontró la primera pista gracias a la huella digital de la cámara digital con la que los presuntos ladrones fotografiaron uno de cuadros para venderlos. La información llegó a manos de la policía gracias a un marchante catalán, Juan Manuel Marce, que notificó la dudosa procedencia de la obra a Art Loss Registrer, registro internacional de arte robado.
Gracias a ello, y al programa informático Picasa, la policía dio con el autor de las fotos, parte activa del presunto entramado del robo.
Por el momento, fuentes próximas a la investigación no descartan siquiera que el entorno de José Capelo estuviera implicado en un golpe ejecutado por profesionales. Y es que según ha trascendido, ni en Hacienda ni en el seguro se tenía constancia de la existencia de los cuadros que José Capelo heredó de Francis Bacon, lo que aumenta la incertidumbre que rodea al afamado robo.
En el transcurso de la investigación hay dudas sobre la homologación de las alarnas. En los próximos días, desde MERCA2, se informará sobre las dudas sobre dicha homologación en los servicios de Securitas Direct.