Fue el pasado dos de junio cuando Pedro Sánchez atravesaba la puerta de La Moncloa como presidente del Gobierno. Se convertía así en el séptimo jefe del Ejecutivo (tras Adolfo Suárez, Leopoldo Calvo Sotelo, Felipe González, José María Aznar, Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy), y el primero tras una moción de censura (Felipe González, Antonio Hernández Mancha y Pablo Iglesias fracasaron anteriormente).
No era la primera vez que traspasaba el umbral del complejo situado a la entrada noroeste de Madrid, a unos seis kilómetros de la Puerta del Sol. Anteriormente lo había hecho como jefe de la oposición y secretario general del PSOE. Pero sí era la primera ocasión en la que podía moverse a sus anchas por los 200.000 metros cuadrados de superficie que tiene La Moncloa, de los que 67.000 metros cuadrados están construidos (lo componen 16 edificios).
Una obra de Joan Miró y otra de Luis Gordillo están presentes en el despacho de Pedro Sánchez
Fue entonces cuando Pedro Sánchez se encontró con verdaderos tesoros que, hasta entonces, nunca antes había visto. Joan Miró, Luis Gordillo, Luis de Morales, tapices de la Real Fábrica… son solo algunos ejemplos.
PEDRO SÁNCHEZ Y GOYA
Fue Adolfo Suárez, allá por 1977, cuando el primer presidente de la democracia española rechazó el Palacio del Pardo, donde vivió Franco, y eligió el Palacio de La Moncloa como vivienda y sede del presidente del Gobierno. La vivienda, de 1.300 metros cuadrados, ocupa la planta superior del palacete.
Ya se ha podido ver a Pedro Sánchez en algunas de las reuniones que ha mantenido, por ejemplo, con los agentes sociales (en la foto) o con el primer ministro de Irlanda, Leo Varadkar, en el Salón Tapies. A su espalda, obras de arte contemporáneo de Esteban Vicente Pérez (Dentro y The rise).
Joan Miró, por su parte, está presente en la decoración del despacho del nuevo presidente. Le Grand Sorcier, de 1968, comparte espacio con el aguafuerte de Luis Gordillo titulado 10 nostalgias y un olvido. Un dato: su antecesor en el cargo, Mariano Rajoy, redecoró La Moncloa con 22 cuadros contemporáneos procedentes del Museo Reina Sofía.
Pero no todo son modernismos en el Palacio de la Moncloa. Siguiendo con las pinturas, Pedro Sánchez se ha encontrado con obras del pintor neoclásico Anton Raphael Mengs, o de su coetáneo Fernando Brambila. También están presentes Luis de Morales y su obra Virgen con el niño (S. XVI); Antonio de Pereda, con dos naturalezas muertas con instrumentos musicales (S. XVII); y un bodegón de la escuela flamenca.
Respecto a los tapices, son originarios de la Real Fábrica Madrileña de Santa Bárbara, creada por Felipe V, destacando los cinco de Francisco de Goya (que paseó por los mismos senderos por lo que hoy corre Pedro Sánchez): La caza de la alondra con mochuelo; Majos en la fuente; Cazador con perro; Cazador cargando la escopeta; y La Merienda.
Como curiosidades, una mesa que Narváez regaló a la Reina Isabel II y que, con el paso del tiempo, el rey Juan Carlos I hizo lo propio con Adolfo Suárez. También hay mobiliario de estilo neoclásico e imperio de la época de Carlos IV y Fernando VII; la lámpara de los pajaritos, del relojero Francois-Louis Godon (S. XVIII); o diferentes relojes en bronce dorado o pavonado.
Auténticos tesoros de los que hoy disfruta Pedro Sánchez y que, algunos de ellos, fueron contemplados por el rey Hussein de Jordania, o los presidentes de Estados Unidos Eisenhower y Nixon en el pasado ya que La Moncloa fue residencial oficial de invitados durante el franquismo.