En El Corte Inglés la realidad acaba por superar la ficción. Hace 1 mes y 10 días que escribí “Falcon Crest en El Corte Inglés”. Pareciera que ha pasado un año.
Los que en aquel entonces me llamaban exagerado por pedir abiertamente que Netflix comprara los derechos, hoy asisten atónitos al devenir de los acontecimientos. Que nadie piense que esto ha terminado con la decisión de ayer, de cesar a Dimas Gimeno como presidente de El Corte Inglés. Tan sólo es el final -anunciado- de la primera temporada. Y, como en cualquier serie que se precie, nos esperan giros inesperados y sorprendentes.
Sea como fuere la primera temporada acaba con el asalto absoluto al poder del clan de la Camorra. Así se conoce, con cierta sorna, a las hijas de Alfonso “el Camorra” y de María José Guil, que posteriormente fueron adoptadas por Isidoro Alvarez. Es decir, las hermanas Marta y Cristina del Rey (que, posteriormente cambiaron el apellido a otro más molón dadas las circunstancias, “Alvarez”).
La farsa del cese de Dimas Gimeno
En el día de ayer se celebró un consejo de El Corte Inglés, que ha sido impugnado por Dimas Gimeno, para materializar su cese. No soy jurista, y desconozco si la impugnación presentada por los abogados de Cremades y Calvo Sotelo tendrá éxito. Imagino que será complicado y en todo caso largo.
Y digo que es una farsa porque es un teatrillo; de verdad el control de El Corte Inglés ya lo habían tomado y escenificado los Camorra hace un año, cuando nombraron a sus dos pupilos como consejeros delegados, dejando la figura del presidente sin carga ejecutiva y sin contenido. Así aglutinaban 4 votos de un consejo, completado por dos octogenarios bajo relativo control, un Jeque que flipa con este tema, y un independiente que no quiere que esto salpique su prestigio.
¿Y por qué no lo hicieron de golpe entonces?
El motivo es sencillo. Con la muerte de Isidoro reciente, a las Camorra, las parecía muy heavy. ¡Y es lo era!
Quedarte la herencia, y a la vez desobedecer las últimas voluntades del ciudadano, es feo. Por mucho odio que haya, hay que guardar un tiempín las apariencias ya que Isidoro nombró a Dimas como presidente. Ante la opinión publica habrían llegado a parecer como las hermanastras de Cenicienta. Y eso es malo.
Pero como la cabra tira al monte, al final ha terminado ocurriendo. El cuento se consuma y reparte los papeles.
Quedarte la herencia, y a la vez desobedecer las últimas voluntades del ciudadano, así, de primeras, queda feo.
Lo que si se con certeza, es que hay un antes y un después de este consejo, y que la victoria es tan absurda como efímera. Nos aguardan años en los tribunales.
Dimas Gimeno será mejor o peor gestor, será el ideal o no para presidir El Corte Ingles. Todo eso puede discutirse, pero este sainete no va de nada de eso, no hay criterios ni alternativas objetivas. Va de vísceras, de egoísmo, maldad, de odio familiar, de gente que apoya al que cree que va ganado y necesidad de reafirmación social tras un pasado de claroscuros. Pasado que, aunque empieza a ser voz populi, se intenta enterrar.
Lo que no puede discutirse, y queda retratado, es que es una vergüenza ABSOLUTA la falta de profesionalidad, la corrupción y los órganos de gestión sin garantías de esta compañía. Por eso pasamos de Cortilandia a Cortijolandia. Una empresa valorada en más de 10.000 millones de valoración, que incumple sistemáticamente la mayoría de códigos de buen gobierno corporativo.
Lo que tampoco admite discusión es que lo de ayer no era más que un teatrillo y una venganza lentamente cocinada. Si Dimas Gimeno ya no era presidente ejecutivo y toda la carga ejecutiva caía sobre Nuño de la Rosa y Víctor del Pozo. ¿Qué aportaba cesarle? ¿Qué cambia ahora?
Absolutamente nada.
Escenificar una victoria conseguida un año atrás. Quitarse la careta. Una paletada de quien pretende teledirigir la empresa desde la Buchinger de Marbella. Mucha suerte, a los empleados, o la empresa sale a bolsa o estamos en una étapa de transición hasta que el Jeque Hammad compre todo a precio de saldillo.
¡Si Isidoro Alvarez levantara la cabeza!
Tan estéril como absurdo, porque van a pasar años y años en los tribunales. La justicia es lenta, pero hay un añadido. Hace 1 mes y pico que se levantó el velo sobre la empresa y se convirtió en tema de actualidad. Antes parecía que El Corte Inglés, como antaño la Casa Real, era inviolable. Con el cese de Gimeno intentan “que no haya tema”, que salga de la actualidad, y les puedo asegurar que va a ocurrir todo lo contrario.
Todo lo que viene desde hoy, van a ser titulares que van a dejar perplejo a más de uno. La fiscalía, ante la gravedad de los hechos que se van a conocer, tendrá que entrar de oficio en este asunto.
El sustituto de Dimas por decisión del consejo ha sido Jesús Nuño de la Rosa. Tras una larga carrera en Viajes El Corte Inglés, y un singular tour en los últimos días por algunos medios de comunicación, afronta ahora una nueva etapa como presidente. Le deseo la mejor de las suertes y espaldas anchas. Las va a necesitar.
Lo único sorprendente del consejo de ayer, fue el voto a favor de Manuel Pizarro, único consejero independiente. Yo esperaba una abstención, que por otro lado no cambiaría nada. Lo esperábamos los ilusos pareciera lo lógico en un consejero independiente. pero, igual ya no lo es tanto.
Es verdad que la votación fue rotunda, y eso se esgrime machaconamente desde El Corte Inglés como argumento de peso. Y tendrían razón, excepto en un detalle, el 50% de los representados eran las hermanas Macorra y los consejeros que ellas han nombrado. Una operación urdida durante más de un año. Control total. Pizarro es la única sorpresa, porque el Jeque no quiere saber nada del tema, los abuelillos (como se les conoce a Florencio Lasaga, y Carlos Martinez Echevarría) están asustados (y deberían estarlo, no es para menos). El otro consejero involucrado, Dimas Gimeno no acudió, ya que no consideraba la cita acorde a derecho.
Total, una nueva etapa en El Corte Inglés con el accionariado tomado al asalto por las hermanas de la Camorra y su séquito. Nunca el 15% de las acciones de una empresa dieron para tanto. La empresa más querida de España para muchos -yo entre ellos-, se convierte en algo diferente a una saga familiar.
Ya ni los Alvárez ni los Areces: llega El Corte Inglés de la Camorra.
Y la nueva temporada se presenta con muchos personajes secundarios que pretenden su minuto de gloria. Y se lo vamos a dar. Las Camorra, El Jeque, Los Abuelillos, el experto en Suiza, los Pepe Gotera y Otilio de la seguridad, el de los yogures, el de los viajes, el enterrador, el de los chorizos… sólo falta la cabra de la legión, y a este ritmo no descarto que aparezca. Ni contratar a Estudio de Comunicación va a impedir que disfruten de su protagonismo.
Preparen sus bates de béisbol; llega El Corte Inglés de la Camorra
Hablaremos largo y tendido de todos ellos -hay historias para no dormir-, y entraremos en más detalle los próximos días.
Denuncia de Dimas Gimeno
En el acta de impugnación del consejo por parte de los abogados de Dimas Gimeno podemos leer este extracto que es especialmente relevante.
En el se hace referencia expresa a delitos muy graves en el seno de la empresa por parte de miembros del consejo de administración. Hablamos de responsabilidades penales.
Olvidamos con demasiada frecuencia la responsabilidad legal que se tiene al ser parte de un consejo de administración, pero intuyo que habrá un antes y un después del caso “El Corte Inglés”.
El escrito de los abogados termina con una serie de preguntas que quedan sin respuesta, pero que los empleados de El Corte Inglés pueden intuir:
Dimas Gimeno lleva años reclamando investigaciones sobre prácticas habituales en la compañía, que podrían ser delictivas. El consejo se niega sistemáticamente a ello. Esa es una de las claves de su cese. Y con ello la Camorra ha cruzado el Rubicón.
Intuyo que una vez cesado, y ante la imposibilidad de confiar en el consejo de administración, lo normal es que acuda a la vía penal, o que la fiscalía, que me consta sigue con preocupación las informaciones publicadas, entre de oficio.
Durante estos años los medios de comunicación hemos sido cómplices silentes. Hemos visto y mirado para otro lado en múltiples prácticas a todas luces irregulares por parte de directivos de los grandes almacenes. Una de las ventajas de ser uno de los principales anunciantes del país, imagino.
No hay mal que por bien no venga. Con la exposición mediática, bajará la marea y veremos quién va desnudo. El problema es que el porcentaje de personas, que en esta empresa se baña en pelotas, es aterrador.