En la pista se están desgañitando dos tenistas. Literal. Gritos de esfuerzo supremo en cada golpe, raquetazos que sueltan proyectiles como pedradas, competición al más alto nivel. El espectáculo por antonomasia. Pero desviemos un momento la mirada. En el Mutua Madrid Open de Madrid pasan muchas cosas fuera de la pista central, la orgullosamente llamada Manolo Santana.
Manuel Santana, al que todo el mundo llama jovialmente Manolo, es ese señor que pasea por allí. Cabeza noble coronada de canas, cuerpo enjuto, andar quedo, mirada inteligente. Una leyenda viva del tenis mundial. Un contraste físico con la deslumbrante María Sharapova, que pasa como una exhalación, mallas negras, camiseta blanca, 1,85 de tenista rubia que acaba de entrenar en una de las pistas auxiliares. Pasa entre el público que, respetuoso y curioso, la observa admirativamente. Sí, en el Mutua Madrid Open, el Masters 1000 de Madrid, pasan muchas cosas fuera de la pista central.
De entrada, hay mucho más tenis. La Caja Mágica tiene casi una docena de pistas en las que no solo se ha desarrollado una parte importante de la competición, sino que son en las que están entrenado las máximas figuras mundiales de la raqueta. Estas pistas no tienen la magnificiencia de la Manolo Santana, pero sí permiten estar a solo unos metros del drive de Rafa Nadal, Djokovic, Garbiñe Muguruza o Simona Halep. Un lujo.
MADRID CAPITAL DEL TENIS
“Madrid capital del tenis” reza un enorme cartel de bienvenida a la Caja Mágica, bajo una silueta de los edificios más significativos de la ciudad. La Puerta de Alcalá, el edificio España, las Torres Kio, Torrespaña… Madrid, tenis, ocio, lujo.
Muchas ciudades del mundo ambicionan un Masters 1000 como el que alberga Madrid. Es el siguiente paso en el olimpo del tenis tras los inamovibles Grand Slam de París, Nueva York, Londres y Melbourne. Además coincide con el torneo “mandatory” de la WTA, masculino y femenino, el único lugar del mundo donde coinciden los dos circuitos con torneos de este nivel, al margen del santo grial del Grand Slam. A la excelencia deportiva hay que acompañarla con un espectáculo al mismo nivel.
La Caja Mágica es una magnífica instalación deportiva proyectada para los frustrados juegos olímpicos que Madrid no recibió. Su particular revestimiento de Malla Finsa (de acero) resguarda un espacio funcional que está enteramente dedicado al deporte y el ocio en las fechas del Mutua Madrid Open.
TENIS, MESA, MANTEL Y MÚSICA
La chavalería rastrea los stands en busca de sorpresas en material deportivo, mientras los adultos empiezan a proyectar en cual de los diversos carros, puestos y restaurantes harán la pausa gastronómica de la jornada. Hamburguesa, jamón, shushi, pizza, tacos, arroces, hasta la castiza tapa tiene lugar a la sombra de la Pista Central.
Hay un espacio especialmente recóndito y exitoso fuera de esta Pista Central Manolo Santana. En la planta baja, entre balas de paja, a una orilla de los remansos que hace el Manzanares depurado, está el espacio de conciertos del Mutua Madrid Open, conciertos que patrocina Estrella Damm. Jalonando el espacio, barras para refrescar la espera o el concierto mismo.
No lejos está la fastuosa Área Vip, toda una hoguera de vanidades atendida por un prestigioso cátering que, en el colmo de los exotismos (para los tiempos que corren) ofrece hasta un bufet de cigarros habanos.
UN FIN DE SEMANA DE MÁXIMO NIVEL EN EL MUTUA MADRID OPEN
La tierna Donna Vekic padece y grita a cada golpe que le devuelve a Garbiñe Muguruza. En la Manolo Santana hay espectáculo y tenis de gran nivel, aliciente más que sobrado para coger el transporte público y acercarse a la Caja Mágica. Ahora afronta un final de semana en que al virtuosismo con la raqueta se une la presión competitiva.
El tenis es un deporte individual, en el que no hay equipos, cada jugador junta un grupo de apoyo, a veces realmente escueto, con el que va recorriendo el mundo. Y así se les ve por los pasillos de la Caja Mágica, de la pista de entrenamiento a las zonas de vestuario o las zonas de esparcimiento, en las que es fácil encontrarse con ellos. Verlos moverse por as instalaciones de la Caja Mágica hace que este sea uno de los pocos deportes en que los asistentes, los espectadores, tienen a menos de un palmo a los grandes protagonistas, verdaderos ídolos mundiales. Éste es el privilegio de acudir al Mutua Madrid Open, el privilegio del que disfruta la ciudad de Madrid. Una Caja Mágica con una pista central llena de pasión, y todo un espectáculo fuera de ella.