Federico Jiménez Losantos celebró los 18 años del Grupo Libertad Digital visitando el programa de su compañero y discípulo Dieter Brandau. El turolense reconoció que decidió lanzar un periódico en internet por miedo a José María Aznar: «Este cabrón nos liquida, pensé». Sus recelos hacia el entonces presidente del Gobierno estaban fundadas, según ha escrito el turolense, porque «nos comenzó a tratar como a parientes pobres». Y esos parientes pobres, de la mano entonces de Intereconomía, lanzó un portal en la red que fue referencia durante años y que ahora sin embargo no se logra colocar en el ránking de los más leídos, quizás porque han antepuesto un gran peso ideológico sobre otros géneros como la investigación.
Después nacería Libertad Digital TV, que murió y renació, y esRadio, tras la caída de Losantos en su eterna batalla dentro de COPE. Pero la emisora va camino de cumplir 9 años y sin embargo no ha sido capaz de «ascender a la primera división» de la radio: en la primera oleada del EGM de 2018 ha cosechado 417.000 oyentes, cifra que marca una cifra de apenas 71.000 seguidores en cuatro años. Queda lejos todavía de la Cadena SER (4,2 millones), COPE (2,9), Onda Cero (2,0) y Radio Nacional de España (1,5). No son cifras para tirar cohetes en Libertad Digital, ya que los ecos de 2016 siguen resintiendo en un grupo que en aquel año no logró completar su ampliación de capital y arrojó unas pérdidas de más de 900.000 euros.
Cierto es que Jiménez Losantos aplica el lema de «economía de guerra hasta ganarla», pero aun así los números siguen sin salir pese al intento de relanzar el Club de amigos de Libertad Digital, capítulo que supone unos ingresos de alrededor de 200.000 euros. Tampoco ayuda que la cifra de oyentes, que sigue sin llegar a medio millón, situación les deja fuera de algunas campañas muy interesantes desde un punto de vista comercial. En el área comercial Libertad Digital destaca que tiene un tirón por encima de lo que marca el EGM, pero sigue siendo alta su dependencia de la conocida como publicidad B (infocomerciales o consultorios de productos homeopáticos).
Los tres principales problemas de esRadio son su falta de postes, en comparación con sus rivales; su alta dependencia de su locutor matinal, sin acompañamientos que proporcionen grandes cantidades de oyentes; y una parrilla que cuenta con demasiados claroscuros: desde compartir el «carrusel» del fin de semana con Radio Marca a contar con demasiados espacios low cost y repeticiones en la parrilla del fin de semana. Pero aun así esRadio ha sobrevivido más de 8 años y Libertad Digital 18, por lo cual el periódico editorializaba sacando pecho: «No les vamos a ocultar que estamos orgullosos del camino que hemos recorrido y de la solidez que muestra nuestro proyecto periodístico y empresarial. Hemos llegado hasta aquí nadando contracorriente, pagando por nuestra independencia un precio altísimo y sin renunciar a nuestros principios: la defensa de la libertad, de la propiedad, de la libre empresa, de las víctimas del terrorismo y, por supuesto, de la unidad de España en un sociedad de ciudadanos libres e iguales».
Javier Somalo, director de esRadio, explicaba en El Mundo (con el que Libertad Digital ha llegado a un potente acuerdo), que sigue estando pendiente de emitir en algunas Comunidades Autónomas: «Hemos puesto siempre la vista en el País Vasco y Cataluña por los nacionalismos y nos hemos olvidado de Andalucía, un régimen cerrado y decano para los medios capitaneado por Canal Sur. Lo que no es Canal Sur son cadenas municipales adeptas al régimen y lo que no es ninguna de esas dos pertenece a Prisa». En Barcelona han logrado sortear a la Generalitat gracias a emitir en DAB (radio digital), pero aun así esta tecnología está en pañales y apenas proporciona unos oyentes cada día más necesarios para un grupo que no pasa por sus mejores momentos.