Cuando los tres grandes operadores de telefonía, Movistar, Orange y Vodafone, vean este titular, su primer impulso será ponerse en contacto con MERCA2 para pedir explicaciones por esta aseveración. «¿Quién dice que vamos a subir los precios?». No llamarán. Ya no quieren pillarse los dedos. Saben perfectamente que antes de que termine 2018, o como muy tarde en la próxima primavera, los precios de sus paquetes convergentes costarán más.
Será en el formato «more-for-more» que tanto menciona el presidente de Telefónica, José María Álvarez-Pallete. Es decir, los operadores añaden más servicios a la factura: líneas de móviles adicionales, megas para navegar por internet, velocidad, canales de televisión, música… y a cambio de todo eso (que nadie ha solicitado) la factura se incrementa entre 2 y 5 euros. De modo silencioso, mirando para otro lado. Todo ello con un mensaje -obligatorio- de que el usuario puede irse de la compañía sin penalización; o mudarse a otras tarifas.
Y todo esto va a suceder por dos motivos. En primer lugar por pura necesidad. En España, por ejemplo, hay más líneas móviles que personas. Y pese a que estamos en momentos de récords en cuando a portabilidad (cambio de una compañía a otro), lo que no hay son nuevas altas.
Lo mismo sucede con el segmento fijo residencial. Las ofertas paquetizadas están saturadas. El año pasado estos tres grandes operadores, Movistar, Orange y Vodafone, apenas tuvieron saldo neto positivo en la captación de clientes. Es decir, se roban un puñado de clientes unos a otros, y poco más. Por eso necesitan generar una cartera de clientes con algo de valor añadido, como dirían sus directivos. Aunque la traducción precisa es: clientes con las facturas cada vez más altas.
Eso solo pasa por ofrecer servicios con un coste marginal para las compañías, como más canales en la Tv o megas para navegar; a cambio de una subida en el precio. Y para que eso suceda ya están abonando el terreno.
CÓMO PREPARAN MOVISTAR, ORANGE Y VODAFONE LA SUBIDA
«Estos cambios no tendrán coste para el cliente». «La mejora de los servicios será gratis». ¿Imaginan estar en la carnicería y que de buenas a primeras les regalen 1 kilo de chuletas «porque sí»? Cuesta creerlo, ¿verdad? Pues con los servicios de telefonía sucede lo mismo.
Orange fue el primero en tirar la casa por la ventana. Duplicaba la velocidad de conexión de fibra a todos sus clientes. Los que tienen 50 Mb/s, ahora navegarán a 100 Mb/s. ¿El coste? Ninguno. La filial francesa quiere que sus usuarios tengan la mejor conexión.
Movistar vio esto, y no se quedó atrás. Más velocidad, también, para todos sus clientes. Sin coste. Nada se notará en la factura. Por su parte, Vodafone, se fue al segmento móvil. Ampliación de sus servicios de «tarifa plana», mejora en las condiciones, y eso no se refleja en el precio final.
Y así, de manera milagrosa y sin cobrar más a nadie, los operadores ya han abonado el terreno. Cuando a finales de año revisen sus paquetes convergentes para añadir pequeños cambios, argumentarán las «brutales» mejoras que ha habido en los servicios. Conexiones a 600 Mb/s ¿para ver ‘marca.com’ y el correo?, decenas de gigas y líneas adicionales para mandar los memes del día. Si Netflix funciona con una conexión de fibra a 50 Mb/s, ¿para que se necesitan 500 Mb/s?
Y no son los únicos que llevan a cabo este tipo de prácticas. Yoigo es el mejor ejemplo de las triquiñuelas para elevar las facturas con la oferta de servicios que no son necesarios. Hace unas semanas lanzó al mercado la primera tarifa móvil con megas infinitos. Con esto ha provocado, a su vez, que los megas para navegar no tengan valor para nadie. El truco es añadirlo, como han hecho, a una tarifa convergente con un elevado precio y, desde ahí, incrementar el coste a cambio de algo «brutal».
EL CASO DE MÁSMÓVIL
Al margen de Movistar, Orange y Vodafone, el otro que también está jugando con los precios es MásMóvil. El único matiz es que a su actual base de clientes, muy pequeña en comparación con el resto, no les sube el precio.
El truco que emplea el consejero delegado de los amarillos, Meinrad Spenger, es que ellos no van a subir nunca el precio a sus usuarios. Este mensaje lleva de manera implícita una trampa: la anteriormente citada cartera de clientes. No necesita desagradar a los que ya confían en ellos, sin embrago la compañía lleva meses retocando sus tarifas al alza para nuevas altas. De hecho, esos megas infinitos para navegar por el móvil, supone una subida de precios tácita para quienes quieren la tarifa más premium de la compañía. Y no ha sido la única revisión.
Por lo tanto, MásMóvil también se ha unido a la fiesta. No obstante, de momento es la que puede sujetar los precios. Acaba de llegar y necesita crecer; por lo tanto, debe mostrar una cara amable y no puede salir todos los días en la prensa con revisiones de tarifas y «more-for-more.
Por lo que respecta a Movistar, Orange y Vodafone, que nadie tenga dudas: antes de final de año habrán subido los precios a sus tarifas convergentes con fibra. Les honra que ya no son tozudos como hace un par de años. En las últimas comparecencias públicas sus directivos reconocen abiertamente que al ofrecer mejores servicios, lógicamente, deben incrementar algo la factura. Al menos, siempre ofrecen la posibilidad al cliente de hacer acciones administrativas para volver a pagar menos con su tarifa anterior. Si no, a pasar por caja…