Las ventas de las cadenas de distribución no terminan de despegar en España ya que un 60% de los consumidores españoles prefieren comprar alimentos frescos en los establecimientos físicos, especialmente en un mercado donde las tiendas de proximidad están en auge, según el II Estudio sobre la Evolución del Comercio Online en Alimentación en España presentado por Asedas.
“Seguimos queriendo comprar los productos frescos en las tiendas de proximidad”, apunta María Puelles, doctora en la Facultad de Económicas y Empresariales de la Universidad Complutense, quien destaca que en la carne y el pescado hay mayor desconfianza para comprar de forma online.
El estudio también revela que se consolida que el consumidor percibe comprar menos por impulso en el canal online. El 50% afirma no comprar por internet productos que no ha visto previamente en la tienda física, frente al 40% que afirma “sentirse atraído” por las novedades y el 30% que se manifiesta inclinado a probar nuevos productos por este canal.
Si bien es cierto, una de las claves del comercio online es su facilidad de adaptación a las circunstancias laborales del consumidor actual. Un 80% de los usuarios realiza la compra online de lunes a viernes en horario de mañana o mediodía durante el trabajo, y, si se añade el horario laboral de tarde, se alcanza el 75% de la muestra. Además, el 75% lo hace desde el ordenador, aunque avanza el uso de dispositivos móviles.
“Los momentos de descanso en el trabajo son sacrificados para hacer la compra por conveniencia y para ahorrar tiempo para el ocio de la tarde”, asegura Puelles. Además, los usuarios que hacen la compra online ahorran una hora de su tiempo en cada compra.
De hecho, la mayoría de los compradores combina los supermercados físicos con canal online y con los operadores puramente digitales. Sólo el 1% usa en exclusiva este último canal, según la patronal Asedas, que representa a supermercados Mercadona, DIA o Ahorra Más.
A pesar de ello, ese 1% –que representa a plataformas como Amazon– “están perdiendo atractivo porque ofrecen menos confianza que establecimientos que ya se conocen y que sí tienen presencia física», apuntan desde la UCM.
La escasa rentabilidad de un negocio
En España, el comercio online de los supermercados solo llega a 1% de cuota. Al problema de la desconfianza en la venta de los frescos, se une unos sobrecostes que hacen que esta parte del negocio sea difícil de tener una rentabilidad económica para las grandes cadenas de alimentación.
“Creemos que el canal online va a crecer, pero el reto es que sea sostenible”, asegura Ignacio García Magarzo, director general de Asedas. No solo en términos medioambientales y saludables, sino en económicos “por los costes de entrega a domicilio”, muchos de los cuales no se cubren con las ventas online.