Contenedores quemados, coches de policía apedreados, adoquines levantados, barricadas, insultos contra los cuerpos de seguridad y seis detenidos (españoles todos). Este es el balance de una de las noches más negras del madrileño barrio de Lavapiés. El desencadenante de esta guerra callejera vivida este jueves fue la muerte de un senegalés, Mame Mbaye Ndiaye, a causa de un paro cardiaco. La policía municipal fue acusada de haber provocado el infarto, porque algunos supuestos testigos afirmaban que Mbaye huía de los agentes al haber sido sorprendido ejerciendo la venta ambulante. Pero la realidad es que el fallecimiento fue por causas naturales, no se produjo tal persecución y los policías sólo intentaron reanimar al sujeto que yacía en el suelo. Mbaye tenía este mismo viernes una citación de un juicio por tráfico de drogas, según fuentes policiales.
Todo comenzó con una confusión y una información sin contrastar en las redes sociales. Una persecución de un ‘mantero’ en las inmediaciones de sol, que acabó con una mujer herida en el suelo, y el fallecimiento de Mbaye en Lavapiés. Estos dos hechos, totalmente independientes el uno del otro en tiempo y hora, fueron considerados uno sólo por algunos supuestos testigos de la persecución. Estos mismos fueron los encargados de correr la voz a través de las redes sociales y de la mensajería instantánea para convocar concentraciones en el barrio de Lavapiés, según fuentes policiales.
«No fueron los manteros lo que iniciaron esta batalla. Los antisistema aprovecharon la ocasión para armar trifulca y los que encendieron la situación», afirma uno de los agentes municipales trasladado hasta el lugar de los hechos. De hecho, otro policía afirma que la situación estaba controlada, pero fueron las proclamas contra los cuerpos de seguridad y la confusión por las dos intervenciones -en Sol y en Lavapiés- la que incendiaron los ánimos.
Según la versión de la Policía Municipal, Name Mbaye no huía de un control cuando sufrió un paro cardíaco, sino que la operación contra el ‘top manta’ se desarrolló con anterioridad en la Puerta del Sol, lo que contrasta con la versión de algunos vecinos y los compatriotas del joven senegales.
Al final, una intervención en la que supuestamente dos agentes intentaron salvar la vida a un hombre se convirtió en un ataque indiscriminado hacia la Policía Municipal de Madrid, que más tarde se extendió al Samur y a los Bomberos de la capital. Las imágenes muestran coches apedreados, contenedores quemados, señales tiradas… La situación tuvo que ser controlada por la UIP de la Policía Nacional, que tuvo que hacer acto de presencia para reducir a los alborotadores.
«Ya no quiero ser Policía»
«Compañeros de la Policía Nacional nos dijeron que no apareciésemos por el barrio porque la guerra iba contra nosotros», afirma un policía municipal, que lamenta haber escuchado proclamas contra el cuerpo de seguridad local: «Vamos a matar a los policías municipales». Por este motivo, los agentes locales desaparecieron de la escena. De hecho, los antidisturbios municipales (UAS) no pudieron dar cobertura a sus homólogos de la Nacional y optaron por proteger la comisaría de la calle Montera ante posibles represalias.
De todos modos, la reyerta no hubiera tenido lugar si la persona que acompañaba a Mbaye en el momento de su desfallecimiento hubiera testificado, como era esa su intención. Pero una llamada de última hora dio un giro radical a los acontecimientos. «El sujeto fue acompañado a comisaría para que compareciera y contara lo sucedido, pero su móvil sonó y de repente se negó a testificar», afirma un agente municipal.
Cámaras de seguridad en Lavapiés
Por su parte, el Ayuntamiento ha reconocido que Mbaye no murió tras ser perseguido por la Policía Municipal, pero aún así ha abierto una investigación para esclarecer los hechos. La propia Manuela Carmena, alcaldesa de la ciudad, ha suspendido su estancia en París y regresará de inmediato. Jorge García Castaño, concejal de Ahora Madrid, ha afirmado que se trata de una muerte fruto del sistema capitalista, porque el fallecido se encontraba 15 minutos antes en un actuación policial contra la venta ambulante ilegal.
Varios agentes de la Policía Municipal han deslizado la posibilidad de que se revisen las cámaras de seguridad de las calles aledañas al lugar del fallecimiento, para comprobar si existe la supuesta persecución policial que alegan los amigos de la víctima. «Nosotros somos los primeros que queremos las cámaras para que nadie pueda poner en entredicho las actuaciones policiales», relata un policía municipal.
Espinar, demandado
Las medias tintas del Ayuntamiento de Madrid a la hora de defender a la Policía Municipal y la presencia de Javier Barbero, concejal de Seguridad, y Rommy Arce, concejala de Tetuán, en el lugar de los hechos han enfadado a la Policía Municipal de Madrid. Los agentes no sienten el respaldo del consistorio madrileño y se muestran indignados por la investigación abierta a los dos agentes implicados. «Ya no quiere ser Policía», afirma con rabia un policía municipal.
Todos los sindicatos policiales y asociaciones han salido en defensa del cuerpo de seguridad local. De hecho, APMU (Asociación Policías Municipales) ya ha anunciado medidas legales contra el diputado de Podemos en la Asamblea de Madrid, Ramón Espinar, por un ‘tuit’ donde calificaba la muerte de un mantero en el barrio madrileño de Lavapiés como un «fracaso como democracia».
<blockquote class=»twitter-tweet» data-lang=»es»><p lang=»es» dir=»ltr»>Los derechos son para todos pero su tutela se tiene que ejercer, precisamente, sobre quienes lo necesitan.<br><br>Hoy es un día triste en España. No hemos estado a la altura de los Derechos Humanos. Hemos fracasado como democracia.<br><br>Que la tierra le sea leve.<a href=»https://t.co/FWD9J0Me83″>https://t.co/FWD9J0Me83</a></p>— Ramón Espinar (@RamonEspinar) <a href=»https://twitter.com/RamonEspinar/status/974369345169248256?ref_src=twsrc%5Etfw»>15 de marzo de 2018</a></blockquote>
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Por su parte, CSIT unión profesional lamentan la muerte de un ciudadano, después que intentaran salvarle la vida varios Policías y el SAMUR. «Condenamos enérgicamente que algunas personas distorsionaran la realidad de lo sucedido, y por ello se crearán desordenes de orden público».