lunes, 25 noviembre 2024

¿Quo Vadis BBVA?

1 de enero de 2002. La historia en España no era como en la ruleta de un casino pero casi. El rojo o negro era más bien rojo o azul. La historia paralela entre dos bancos que dividían el corazón -y el bolsillo- de los españoles. Eras de Santander o de BBVA.

Hasta esa fecha la trayectoria de ambas entidades era paralela. Igualmente, su valoración en bolsa. La rivalidad era máxima. Desde ese punto de paridad extrema han pasado 16 años y se han tomado caminos diferentes. El resultado deja en evidencia la gestión del BBVA. Hoy el Banco Santander casi duplica en capitalización a su otrora rival.

Ambas entidades crecieron apalancadas en España, lideraron operaciones corporativas y salieron al exterior. Evidentemente con desigual fortuna.

Hoy el primer mercado por beneficio del Banco de Santander es Brasil (26%), el segundo El Reino Unido (16%) y el tercero España (15%). El mix del BBVA muy distinto, una enorme dependencia de México (+40%), después España (17%) y Turquía (15%). La exposición del BBVA a México y, en general a mercados menos menos estables lastra su cotización.

Aquella rivalidad hoy apenas existe, ya que el BBVA, incapaz de competir, ha arrojado la cuchara en la pugna con el Banco de Santander y juega en otra liga. Es LaLiga Santander (lo siento, me lo han puesto a huevo).

La etapa de Francisco González al frente de la entidad no se puede medir sólo por la evolución de la cotización, eso es cierto. Tiene luces y sombras. Las luces la singular apuesta por la tecnología que ha convertido al BBVA en un banco distinto. Las sombras numerosas, pero sobre todo relativas a la falta de estrategia corporativa, la falta de apetito por crecer inorgánicamente y extremada prudencia en las oportunidades de operaciones corporativas.

Sea como fuere, es una etapa conclusa, y alargarla sólo genera inacción, falta de un nuevo plan estratégico (no tiene sentido a la espera de un nuevo timonel) y decenas de rumores. El último de ellos situaba en la órbita del BBVA a Manuel Pizarro cómo el tapado de consenso para sustituir al actual presidente. No es, ni mucho menos el único que suena. Cabe destacar que desde el seno de la entidad muchos, en petit comité añoran a Goirigolzarri, pero este, aún sin rencor, tiene muy fresco aún en su mente como fue el final de su etapa en el BBVA.

En este momento, al BBVA habría que aplicarle la canción de Belén Arjona, “O te mueves o caducas”. ¡Tiene que tomar decisiones estratégicas!

Ha habido oportunidad de dar un golpe de efecto para crecer más allá de lo orgánico, de la búsqueda de la innovación y el desarrollo de proyectos tecnológicos. Mientras el BBVA se preocupaba en pensar en la banca de dentro de 5 o 10 años, y de prepararse para ella, sus competidores crecían HOY por medio de operaciones corporativas.

La innovación con epicentro en el corto y medio plazo es fundamental, pero no nacerá generalmente dentro bancos sino de forma externa. Pretender hallarla desde el seno de estas entidades, por mucho que inviertan en ello es una quimera. Por poner un burdo ejemplo, Amazon no busca crear las soluciones tecnológicas del futuro del ecommerce: las pescará, tiene recursos para comprar la tecnología ganadora cuando sea necesario. Si eres una entidad sistémica y enorme, como el BBVA, y si tienes un presupuesto que te lo puede permitir, mejor centrarte en el crecimiento actual, sabiendo adquirirás las mejores tecnologías del mañana. Un excesivo foco en la innovación es meter todos los huevos en la misma cesta, y es una estrategia que, hoy se ha demostrado errónea.

El Banco de Santander durante años ha pensado en el negocio tradicional, y utilizó Banesto como una filial donde jugar con la tecnología y hacer experimentos, controlados y con gaseosa. Los pocos que salían bien se aplicaban a la matriz. Eso hacía que el foco de la entidad con sede en Boadilla siguiera siendo crecer en el corto y medio plazo.

BBVA SantanderIgual por eso el Santander vale hoy 90.000 millones de euros y el BBVA apenas 47.000 millones. En el año 2000 ambas entidades valían 50.000 millones. Una ha duplicado, otra vale exactamente lo que valía hace 18 años.

Este es el desglose del beneficio de ambas entidades:

Banco Santander: Beneficio 6.619 millones

Brasil -> 2.544 (26%)

Reino Unido -> 1.498 (16%)

España -> 1.443 (15%) de los cuales 263 pertenecen a beneficios del Banco Popular

Santander Consumer Finance -> 1.254 (13%)

México -> 710 (7%)

Chile -> 586 (6%)

Portugal -> 440 (5%)

Estados Unidos -> 408 (4%)

Argentina -> 359 (4%)

Polonia -> 300 (3%)

BBVA: beneficio 3.519 millones

México -> (40,3)

España -> (16,4%)

América del Sur -> (16%)

Turquía -> (15,4%)

Estados Unidos -> (9,5%)

Euroasia -> (2,3%)

Banco de Santander vale hoy 90.000 millones de euros y el BBVA apenas 47.000 millones. en el año 2000 VALÍAN lo mismo

Si en un par de años hay una tecnología disruptiva que hay que aplicar y utilizar, no nacerá en el seno del BBVA y el Santander se hará con ella como el resto de entidades. La ventaja conseguida en ese aspecto por BBVA tiende a cero.

Lo que no vale como resultado de una gestión es lamentarse. Hace algunos días el BBVA reconocía por escrito que, si “hubiera dispuesto de información suficiente para analizar la operación, habría estado interesado».

Ha sido un error de libro no haber ofertado y competido por la compra del Banco Popular. El Santander ofertó 1 Euro, pero estaba dispuesto a pagar 1.000 millones. Sólo la falta de competencia le permitió quedárselo en una operación de activo por pasivo. Hoy un BBVA con Popular integrado sería una empresa con mucho más músculo en España, menor dependencia de México, y una mayor capitalización que habría penalizado a su otrora rival con sede en Boadilla del Monte. Como decía antes no puede haber lamentaciones. Sólo hay dos opciones; mala visión estratégica o ocultación de información en beneficio del Santander por parte del Ministerio de económica de Luis de Guindos. No se cual es la correcta, pero por favor, no obvien la segunda opción por surrealista que les parezca.

El futuro del BBVA

Para mirar con cierto optimismo al futuro, y que el banco esté “en la pomada” hacen falta 3 componentes.

El primero un presidente con recorrido, sin legacy, con capacidad de diseñar un plan estratégico que defina claramente hacía donde debe caminar el banco.

El segundo una operación corporativa. Ahí, en mayúsculas aparece el nombre de Bankia. Si la entidad que preside Goirigolzarri tiene que terminar fusionándose, la opción más lógica y sinérgica es CaixaBank, pero condicionantes políticos la desaconsejarían. En ese escenario sería una doble e interesante oportunidad para BBVA. Por un lado, de crecimiento, por otro, entonces de esta forma tal vez sí, de jubilación de un Francisco Gonzalez que dejaría paso a su a Goirigolzarri. Seria la cuadratura del círculo.

Goiri difícilmente abandonará Bankia hacía la inhóspita Vela del BBVA, otra cosa diferente sería presidir la suma de ambas entidades. De hecho, se trataría de una dulce venganza.  Una integración compleja, es cierto, pero que podría satisfacer al gobierno, metería de nuevo a “jugar el partido” al BBVA, concluiría el ciclo de rescate de Bankia, y terminaría el dilema de la sucesión del segundo banco de España con la llegada de un rara avis; un perfil de prestigio, y conocedor de ambas casas. Una operación lógica, que se cocina entre bambalinas a fuego lento, y deseada por muchos.

El tercer y último punto un plan estratégico, sin contradicciones del pasado y que incluya desinversiones en activos no estratégicos así como un crecimiento internacional con único foco de fortalecer al accionista.

Para que suceda, como en el chiste, más de uno va a tener que ponerse de perfil y dejar salir antes de entrar.


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