El líder de Ciudadanos ha tomado una drástica decisión: a partir de ahora, y salvo cuestiones muy puntuales que tengan que ver con asuntos de Estado, Ciudadanos no volverá a apoyar al PP en el Congreso. Eso significa dejar al Gobierno de Mariano Rajoy sólo, sin posibilidad real de poder gobernar en lo que queda de legislatura, y desde luego viéndose obligado a prorrogar los Presupuestos Generales del Estado.
El Ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, tenía previsto –y así lo ha anunciado- llevar los Presupuestos de 2018 al Congreso antes de Semana Santa, con el fin de intentar aprobarlos antes de junio, al igual que hiciera el año pasado con los de 2017. Sin embargo, no va a ser posible que salgan adelante porque Ciudadanos ha optado por no volver a dar su apoyo al Ejecutivo. Y sólo con los votos del PNV no dan los números para aprobar las cuentas de este año.
Los nacionalistas vascos confiaban en que Ciudadano negociara, porque de ese modo podrían volver a vender caro su voto favorable como ya ocurriera con los de 2017 y la negociación del cupo. Pero la negativa del partido naranja deja también al PNV en una situación de desventaja, un hecho del que Ciudadanos también quiere obtener rédito electoral. Y es que el partido de Rivera ya fue muy crítico con el acuerdo sobre el cupo vasco.
¿Por qué esta actitud de Ciudadanos? Según fuentes de la formación naranja, los sondeos internos apuntan a que situarse en el papel de oposición clara al Gobierno de Mariano Rajoy le está aportando muchos nuevos votantes al partido de Albert Rivera. Y no solo votantes del PP, sino también del PSOE e, incluso, de Podemos. Y ni siquiera lleva al rechazo de los posibles votantes del PP que pudieran pasarse a Ciudadanos.
La razón no es otra que el descontento generalizado con la gestión del Gobierno de Rajoy, especialmente entre sus propias filas. En el partido de Rivera ya vienen observando que una actitud dura con el Gobierno es bien recibida por el votante del PP que se ha pasado a Ciudadanos, y que incluso atrae más votos del partido de Rajoy. Y tampoco hay temor a que se visualice a Ciudadanos como un partido de la derecha, porque eso lo compensa la fuga de votantes de la izquierda a sus filas.