«Tres puñales, he comprado tres puñales para que me des la muerte«, escribía el poeta Rafael de León a principios de los años 30 con el acompañamiento musical del maestro Juan Solano para dar vida a una de las coplas más desgarradoras que se hayan escrito jamás. ¿Quién podía imaginar que en Casa Real, casi ocho década después, el rey Juan Carlos las hubiera recibido de quien menos esperaba?
La publicación del libro ‘El Rey ante el espejo’ de Ana Romero no ha hecho más que levantar ampollas en el círculo más íntimo de Casa Real. Por parte de la institución, reina el silencio como escudo a este sinfín de truculentas historias que la escritora gaditana ha podido confirmar; y que en el uso y derecho de su libertad ha publicado en una valiente obra que sorprende en cada página.
4El mensaje desde Casa Real directo a Nueva York
2 de junio de 2014. Palacio de la Zarzuela, Madrid. La decisión está tomada. Juan Carlos I da un paso al frente y asume una derrota que lejos de ser una decisión tomada a la ligera, es fruto de una reflexión madurada, consultada y pactada con los responsables (y víctimas) directas de la determinación más seria de su vida: la abdicación.
«El Rey coge su iPhone«, comenta Ana Romero, «es uno de los pocos que lleva móvil en ese despacho y escribe un mensaje que su destinataria no lee. En Nueva York son las cinco de la madrugada y Corinna duerme un sueño de cinco estrellas en la habitación 1107 del hotel The Mark». Lejos de dibujar a un Juan Carlos cascarrabias, mandón y tirano, la autora dibuja a un Rey indefenso en las garras de una mujer ambiciosa capaz de todo por dinero, y sobre todo, status social. Cuando la no-princesa lee el mensaje del Rey, reacciona con una mezcla que abarca desde el disgusto hasta el desprecio: «Acaba de cometer el mayor error de su vida. Ha firmado su sentencia de muerte. Pasará el resto de sus días en una jaula de oro«.