Vicent Sanchís ha vivido estos últimos meses al límite pero sin esconderse, ya que dio la cara por el posicionamiento político de TV3 en algunas entrevistas concedidas a varias televisiones nacionales. El director de la cadena autonómica catalana ahora barrunta un hecho que removerá los cimientos de la Corporació Catalana de Mitjans Audiovisuals (CCMA): el Ministerio de Hacienda les reclama 167 millones de euros en los tribunales por sus deducciones en el IVA en los ejercicios 2015, 2016 y 2017.
Algunos caricaturizan la situación como una venganza de Moncloa a través de Cristóbal Montoro por la politización de TV3, pero cierto es que el fisco reclama más de 400 millones al resto de cadenas autonómicas.
Este tenebroso calendario marcado por Hacienda provocaría que TV3 tuviese que pagar 24 millones de euros extraordinarios en junio. Y las consecuencias para anticiparse a esta situación se van a notar desde esta semana: este viernes dice adiós el magazine vespertino ‘Tarda oberta’, que se había hecho un hueco con unos estimables números en torno al 13% de share.
A partir del lunes 5 de febrero TV3 relevará a este espacio por un espacio similar, ‘Tot es mou’, que producirá la propia autonómica con sus recursos en vez de facturarlo Jaume Roures.
El magnate de Mediapro ya ha avisado a través de una entrevista concedida a ‘El Temps’: «No doy por hecho el cierre del programa y estoy dispuesto a llegar a instancias judiciales si TV3 persiste con su voluntad. Hay 30 personas que trabajan y no se irán a la calle porque a alguien de la Corporació se le han cruzado los cables y no tiene soluciones».
Sanchís ha afirmado que comprende la posición de la productora, pero señala que TV3 simplemente vela por sus intereses. Unos intereses que para comprenderlos en profundidad hay que mirar los números: la Corporación cuenta con 2.300 empleados (el doble de Mediaset), lo que supone que más de la mitad de los 300 millones de euros de presupuesto anual se vayan en esta partida fija. Es decir, toca rebajar los gastos variables.
En en este campo destacan los de las productoras privadas. En especial Minoría absoluta, de Toni Soler, que se encarga de dos de los formatos estrella de la cadena ‘Polònia’ y ‘Està passant’ a cambio de 6,8 millones de euros anuales. Ambos espacios podrían caerse de la parrilla antes de finalizar el año. De menos tiempo podría disponer ‘Com si fos ahir’, culebrón diario que podría desaparecer en junio. Y la ficción también se duele tras el final de ‘Merlí’, que no cuenta con sustituto por una precariedad económica agravada por los 7,1 millones de euros de déficit que la CCMA cerró 2017 y por la previsión de una caída de ingresos publicitarios para 2018 de 18 millones de euros por un supuesto boicot insinuado por Sanchís, que en el espacio radiofónico ‘El Món a RAC1’ reconocía la semana pasada que habría barajado dimitir en varias ocasiones.
Eso sí, antes Sanchís pretende sacar adelante con el Comité d’Empresa y el Consell profesional un plan de contención que podría evitarse de contar con una aportación extraordinaria por parte de un Govern que ni siquiera se ha constituido todavía, o por un acuerdo in extremis entre la FORTA y Montoro.
El citado plan de contención contempla que se suprimirán, además de los citados ‘Tarda oberta’, ‘Com si fos ahir’, ‘Pòlonia’ y ‘Està passant’, los programas ‘El Foraster’ y ‘Joc de cartes, que triunfan en el horario de máxima audiencia. También se dejarían de renovar los derechos deportivos del canal temático Esport 3, se suprimirían las corresponsalías en Pekín, Moscú y Latinoamérica, y se recortaría la compra de documentales para los contenedores ‘Sense ficció’ y ’30 Minuts’.