sábado, 23 noviembre 2024

Las claves ocultas del recorte de sueldo que sufrirá Belén Esteban

En 2013 Belén Esteban dejaba atrás su etapa de adicciones y 2015 lo arrancó con sobreexposición mediática con su presencia en ‘Gran Hermano VIP’. Ese año lo terminaría con ruptura laboral con Toño Sanchís, cuyo culebrón común por las controvertidas cuentas del manager no obtuvo los números esperados de audiencia para el universo ‘Sálvame’. Este es una de las claves para entender el creciente desinterés de la audiencia hacia Belén, relevada por temas más novedosos como el triángulo María Lapiedra-Gustavo González-Mark Hamilton.

Tras participar en el especial de Nochevieja de Telecinco, Belén desapareció y Lecturas dio las claves: vacaciones y negociación a la baja por parte de La Fábrica de la tele. La relación de la tertuliana con Miguel, alérgico a la televisión, la decisión de su hija Andrea de huir de las cámaras, la salida de su amigo y protector Raúl Prieto de la dirección de ‘Sálvame’ y la negativa de Jesulín de Ubrique y María José Campanario a conceder entrevistas en televisión han ayudado a que «los belenazos» despierten menos interés y hayan dejado de ser la bala estrella de ‘Sábado Deluxe’.

Belén parece ser que también tiene planteado dejar la televisión y tampoco ha ayudado a cambiarla de opinión el intento de ‘Sálvame’ de reciclarla desde un personaje a tertuliana, con munición informativa tras las cámaras o secciones irrelevantes de presentaciones de vídeos. Belén no sirve para presentar, se atasca con el prompter, no da información al nivel de Kiko Hernández y su entorno familiar le recomienda que deje de ser el personaje más mediático del país.

Más interés en ‘Sálvame’ despierta María Lapiedra, recién fichada como tertuliana. Mila Ximénez dio hace unos días su opinión sobre el culebrón: «El premio a la historia que más juego nos está dando es sin duda la del triángulo Lapiedra-González-Hamilton. No sé cómo va a terminar, pero de lo que no tengo duda es que viven sus mentiras como verdades absolutas, y sus distancias, sin desenredarse el uno del otro. Me muevo en un escenario donde cabe todo tipo de personaje. La mayoría son aspirantes eternos a ser protagonistas de cualquier trama. Pero lo cierto es que solo pueden permanecer aquellos que sean capaces de sobrevivir después de la bajada del telón».

Más relajado parece Jorge Javier Vázquez, que tras estrenar ayer obra teatral ha hecho balance sobre su vida madrileña: «Veintidós años ya en Madrid y estreno mi segunda función en la Gran Vía. Si cuando estaba viviendo en Badalona me llegan a decir que mi vida iba a ser así jamás lo hubiera creído. Soñaba con vivir en Madrid y poder mantenerme con mi trabajo. Ya con eso me contentaba. Pero la cosa se fue liando de tal manera que hasta presento programas de televisión (hecho que considero milagroso)».

El presentador está en una etapa en la que pretende recuperar la ilusión perdida: «A veces dejamos de conseguir cosas porque somos nosotros mismos los que decidimos que no están hechas para nosotros. Que no las merecemos. Nos convertimos en los censores de nuestros propios sueños. Creo que hoy estoy un poco tontorrón por esta noche de Reyes que tantas alegrías trajo a nuestra casa. Era la noche más esperada del año, la que vivíamos con más intensidad. Cuando era adolescente y conocía ya de qué iba el asunto me daba pena pensar que, pese a todo, había gente mayor que no celebraba estas fiestas. Lo que es la vida: hoy yo soy parte de esa gente mayor. Mañana por la mañana, mientras en montones de hogares estarán poniéndose ciegos a roscones, yo estaré en la sala de ensayos haciendo dos pases de mi función».


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