Quien no corre, vuela. Esta premisa bien podría aplicarse al mundo financiero, en general, y a la banca, en particular, cuando se trata de hablar de transformación digital. Un cambio que se antoja imprescindible para todos los actores que tienen algo que decir, ya sean clásicos (como BBVA y CaixaBank), o ya sean más noveles (llámese Fintech).
“Companías como Google y Facebook están invirtiendo y trabajando en motores de procesamiento del lenguaje natural con el objetivo de que estas herramientas sean capaces de entender cada vez mejor y de manera exponencial de qué habla la gente”, asegura David García, director ejecutivo de Everis.
¿Y eso cómo afecta a la banca? “Permitirá ofrecer a los clientes asistentes virtuales que les ofrezcan lo que necesiten cuando lo necesiten. Sería casi como ir siempre acompañados de un asesor económico”, matiza David García.
La razón de ser Fintech es ofrecer una nueva gama de productos aportando al consumidor diferentes recomendaciones en cualquier ámbito financiero
Eso solo un ejemplo de cómo los tiempos están cambiando. Al mismo, habría que añadir la competencia de un sector que está madurando y que quiere participar en la misma carrera que BBVA o CaixaBank: las denominadas como Fintech. España ya es el sexto país del mundo en la utilización de estos servicios.
En España hay 238 empresas Fintech y 63 Insurtech, según Finanbest. Y ello supone un crecimiento del 300% durante el último año. Entre 2016 y 2017, se espera un crecimiento del 123,8%, y del 91,3% entre 2017 y 2018. Son previsiones del Observatorio Sectorial de DBK.
La razón de ser Fintech es ofrecer una nueva gama de productos, aportando al consumidor diferentes recomendaciones en cualquier ámbito financiero. También ofrecen idénticos productos que la banca tradicional, pero a un coste menor. Eso es posible gracias a la eliminación de comisiones ocultas, de apertura y de cancelación. Y la gestión es personalizada, adaptándose a los clientes, y no al revés.
Ante la que se avecina, las entidades financieras ‘de toda la vida’ se han puesto las pilas para que tecnología y clientes vayan de la mano: más productos digitales, cambios en las estructuras, y un uso más frecuente de los dispositivos digitales y móviles. Y no dudan en ponerse las oportunas medallas cada vez que consiguen un logro o un reconocimiento. ¿Recuerdan al mago Andreu? Cada vez que acababa un truco de magia, se ponía una medalla. BBVA y CaixaBank son alumnos aventajados.
CaixaBank líder internacional
Recientemente, la entidad presidida por Francisco González recibía el siguiente reconocimiento de Forrester Research: BBVA España líder en servicios de banca online en Europa. Ese mismo día, el banco presidido por Jordi Gual hacía lo propio con un estudio de posicionamiento digital elaborado por Comscore: CaixaBank, líder internacional en banca digital. ¡Bienvenidos a la espectacular carrera por alcanzar lo más alto del podio!
Ni más ni menos que 21,5 millones de clientes se relacionan con BBVA a través de los canales digitales. De esa cantidad, 16,5 millones lo hacen a través de dispositivos móviles. Y, por si fuera poco, las ventas digitales del Grupo BBVA ya están en el 25,4% del total a finales de septiembre. ¿Mucho o poco? Un año antes se situaban en el 16,8%.
Cambiemos de tercio. CaixaBank tiene en la actualidad 5,6 millones de clientes de banca online. ¿Cuántos operan mediante el teléfono móvil? 4,1 millones. A simple vista, y en esta particular competición, BBVA gana. Y por goleada. ¿Por qué? Por la mayor expansión internacional.
Ahí BBVA saca pecho: en seis de los once países en los que opera, más del 50% de los clientes son digitales: España, Estados Unidos, Turquía, Argentina, Chile y Venezuela. Pero CaixaBank no se arredra, y se aferra a los datos de Comscore: entidad financiera con mayor número de usuarios de servicios financieros digitales web y móvil de España.
La penetración de Caixabank en banca por internet es del 31,1% y del 30,8% en banca móvil en el tercer trimestre del 2017. Y pone el dedo en la llaga en su nota de prensa: la segunda entidad (eso sí, según Comscore) se sitúa “a casi diez puntos de distancia, con un 22,6% de cuota en banca online y un 21,4% de cuota en banca móvil”.
Estos datos se pueden considerar como un aperitivo para la entidad, ya que el plato principal abarca el mundo mundial: primera entidad del mundo por cuota de penetración en su mercado en banca por internet, y la segunda en banca móvil. En el primer caso, por delante de JP Morgan y, en el segundo, por detrás de La Banque Postal, y por delante de Lloyds Bank.
¿Tocado y hundido BBVA? No. Según Forrester Research, sus servicios de banca web en España alcanzaron 90 puntos sobre 100, quince por encima de la media europea. “BBVA es el primer banco en alcanzar una calificación de 90 puntos, lo que supone un máximo histórico en la categoría online”, subrayan en la entidad.
“En BBVA estamos completamente centrados en construir las mejores plataformas de banca en todo el mundo, y los premios que estamos recibiendo, unidos a la creciente adopción digital por parte de los clientes, muestra que estamos en el camino correcto y que tenemos el conocimiento necesario para cumplir con las expectativas de los usuarios”, sostiene Peio Belausteguigoitia, director de Desarrollo de Negocio de BBVA España.
Hablando de premios. BBVA ha obtenido recientemente dos de la revista The Banker: uno para BBVA Bancomer y otro para Garanti, su marca en Turquía. “Garanti ha invertido en innovación tecnológica y se concentra activamente en canales digitales. La app móvil de Garanti incluye innovaciones como la identificación por reconocimiento de iris o reintegros un código QR”, apuntaron como fundamentos para el galardón desde la revista.
¿CaixaBanK? La misma publicación les otorgó el premio al Mejor Proyecto Tecnológico del Año. Y la revista Global Finance, Mejor Banco Digital de Europa Occidental y Mejor Banco del Mundo en Social Media.
Como puede apreciarse, tanto CaixaBank como BBVA siguen la estela del mago Andreu. Una pugna, por ser líderes en el ámbito digital, que promete ser la mar de interesante y en la que puede (y debe) haber un claro triunfador: el cliente.