Mercadona es una de las principales cadenas de distribución del país. En el último año ha conseguido unos beneficios de 636 millones y facturaba cerca de 21.600 millones de euros.
Su historia es la historia del éxito más completo. De hecho ya superan en facturación y beneficio a gigantes históricos como El Corte Inglés. Un éxito rápido y apoteósico que choca con una cierta prepotencia empresarial a la hora de asumir fallos y errores y rectificarlos. Generalmente esto sucede de forma lenta.
Al éxito de los productos Hacendado le hacen sombra sus secciones de frescos, especialmente la lamentable charcutería y la floja carnicería. Pero aun a la frutería y la pescadería les queda mucho por mejorar.
No es oro todo lo que reluce. Ha sido una historia de grandes aciertos, pero también de sonoros tropiezos que recogemos a continuación. Estos son los fallos y polémicas que pusieron en riesgo una historia de éxito en España. Algunas están en vías de resolverse, otras parecen haberse enrocado y no tener -por ahora- una solución clara pese a las reclamaciones de los usuarios y consumidores.
5La retirada de cremas de Mercadona
Quizá sea uno de los mayores desafíos a los que ha tenido que hacer frente Mercadona en su historia. La retirada, de manera voluntaria, de once cremas de sus marcas Deliplus y Solcare en 2012 tras un cambio de normativa y pese a que los análisis que se realizaron de las cremas demostraron que no tenían ningún riesgo para la salud, como así especificó el Ministerio de Sanidad.
Los dos componentes que no podía incluir en sus cremas eran la trietanolamina y el bronopol. Su combinación puede producir nitrosamina, que se trata de una sustancia que puede producir tumores cancerígenos. Sin embargo, análisis posteriores demostraron que -en esos productos- no se producía. La compañía, tras el cambio de norma, optó por reformular la composición del producto, para evitar diferir con la Agencia Española del Medicamento.
A favor de la empresa se puede decir que su reacción, rectificación y solución a estos problemas generalmente ha sido muy rápida y eficiente, llegando a retirar productos de forma voluntaria aun no habiendo pedido sanidad.