Mercadona es una de las principales cadenas de distribución del país. En el último año ha conseguido unos beneficios de 636 millones y facturaba cerca de 21.600 millones de euros.
Su historia es la historia del éxito más completo. De hecho ya superan en facturación y beneficio a gigantes históricos como El Corte Inglés. Un éxito rápido y apoteósico que choca con una cierta prepotencia empresarial a la hora de asumir fallos y errores y rectificarlos. Generalmente esto sucede de forma lenta.
Al éxito de los productos Hacendado le hacen sombra sus secciones de frescos, especialmente la lamentable charcutería y la floja carnicería. Pero aun a la frutería y la pescadería les queda mucho por mejorar.
No es oro todo lo que reluce. Ha sido una historia de grandes aciertos, pero también de sonoros tropiezos que recogemos a continuación. Estos son los fallos y polémicas que pusieron en riesgo una historia de éxito en España. Algunas están en vías de resolverse, otras parecen haberse enrocado y no tener -por ahora- una solución clara pese a las reclamaciones de los usuarios y consumidores.
2Pescado en Mercadona
Ha sido otro de los grandes cambios de Mercadona en los últimos años. Hasta 2014 el punto fuerte de la venta estaba en el bandolero. Así se servía buena parte del producto de mar de la compañía. Sin embargo, desde entonces las cosas han cambiado y se ha potencia de producto fresco en todos los centros. De hecho, el precio varía durante el mismo día, algo muy poco habitual en otros establecimientos.
Cómo sería, que el propio Juan Roig llegó a decir que les «iba tan bien que intentamos inventar las ruedas cuadradas”. Especialmente porque, como reconocen desde la compañía, es más fácil transportar producto envasado que fresco. De ahí que intentaran envasar lo fresco. Ahora la cadena trabaja con más de 1.000 pescadores, prácticamente todos ellos españoles. Atrás quedan los tiempos de la importación masiva de pescado.
Aun queda trabajo por hacer. Por ejemplo zonas costeras con abundancia a marisco, sólo lo venden por precio y congelado y no se compra en las lonjas de la zona lo que hace difícil competir con otros especialistas en esa materia. En determinadas zonas comprar marisco congelado no tiene sentido alguno por el fácil acceso a otro tipo de producto, de más calidad y a un precio asumible en la mayoría de meses del año.