domingo, 24 noviembre 2024

Pilar Eyre y los 40 años de presiones de Zarzuela a la prensa 

En el libro ‘La prensa que se vendió’ de Luis Santos se incluyen documentos que prueban algunas sugerencias de Zarzuela en plena Transición sobre la publicidad que insertaban algunos ministerios en medios poco proclives a la monarquía. La controvertida imagen del Rey Juan Carlos I en los inicios de su reinado, marcados por la poca estima que se le tenía en el búnker y por las suspicacias que provocaba entre los partidos que habían sufrido el exilio, se revitalizó en la mitificada noche del 23-F, cuyos agujeros negros solo se reabrieron tres décadas después.

En los ochenta y noventa la imagen del monarca fue prácticamente intocable y solo Pedro J. Ramírez, entre junio y agosto del año 92, se atrevió a poner en duda su imagen. El 22 de junio El Mundo abría en portada con «el capricho sexual» de Juan Carlos I, que le habría llevado a no firmar una Ley publicada en el BOE por un inconveniente viaje a Suiza que según la revista italiana Oggi se debía a su entrañable amistad con Marta Gayá.

Durante alrededor de dos meses Pedrojota lideró una campaña informativa sobre Juan Carlos I, que terminaría con llamadas entre Zarzuela e Italia para frenarla. Según el propio periodista, el Rey lo convocó a Palacio y le preguntó: «¿Amigos o enemigos», eufemismo que podría encerrar una presión que según varios testimonios habría concluido con la revelación del riojano de su fuente en la Casa, Sabino Fernández Campo, que abandonaría la misma algunos meses después.

Hasta el año 97 el silencio volvería a reinar, pero el supuesto robo del CESID a Bárbara Rey abrió de nuevo el melón. La vedette anunció en ‘Tómbola’ que había dado «cariño a alguien que lo necesitaba», pero una semana después la presencia de la totanera en el plató de Canal 9 se suspendió a última hora, tal y como recogieron la mayoría de periódicos nacionales.

En 1999 Jesús Cacho publicó ‘El negocio de la libertad’, ensayo en el que insinuó que el Rey cobraba un porcentaje del crudo que entraba en la piel de toro a través de Manolo Prado y Colón de Carvajal. Y al año siguiente la izquierda abertzale apadrinaba la obra ‘Un rey golpe a golpe’, en el cual se analizaba el accidente que acabó con la vida del hermano de Juan Carlos I o el papel de éste en la noche del 23-F. Con el cambio de siglo las supuestas presiones de Zarzuela se mantuvieron, tal y como denunció el consejero delegado de Mediaset Paolo Vasile en una entrevista concedida a El Mundo: «Sí, se han quejado de Dios para abajo». El CEO italiano insinuó tiempo después que la cancelación del programa ‘Pecado Original’ se debió a las quejas de la Casa Borbón.

Tiempo después la imagen del Rey se agrietó, en especial tras la crisis de 2008. Poco tiempo después medios como El Mundo y las revistas del corazón se atrevieron contra Juan Carlos I, y varias editoriales publicarían varios libros críticos sobre la monarquía: ‘El precio del trono’ de Pilar Urbano (2011), ‘La soledad de la Reina’ de Pilar Eyre (2012), ‘Adiós Princesa’ de David Rocasolano (2013).

Lo que no faltó

Tampoco faltó ‘Fin de partida’ (2015), en el que Ana Romero desmenuza la fúnebre abdicación del monarca: «Solo, sentado sobre un sofá vacío frente a una tele. Solo, sin el sonido de los flashes y las bromas impostadas, junto a un teléfono que más que un móvil era su cordón umbilical con un mundo del que se había aislado. «Poco a poco, le fueron quitando todo: el poder, la mujer que amaba, su capacidad para disfrutar de la vida. No le dejaron nada, excepto la soledad de un viejo león que se retira solo a morir», señala una persona que supo de esos días trágicos de Juan Carlos I durante parte del año 2013. Según esa misma persona, a partir de enero de 2013, y sobre todo en el terrible mes de marzo, el rey fue sometido a un «confinamiento en régimen de incomunicación».

Una de las autoras de aquellos libros, Pilar Eyre, denunció en La Otra Crónica de El Mundo que la publicación de la obra le costó su trabajo en Mediaset: «Después de la entrevista que me hicieron en ‘El programa de Ana Rosa’, que lleva 1.735 días liderando las audiencias, no solamente se ha vetado toda la información sobre mi libro en Telecinco, cadena en la que colaboro desde hace 20 años, sino mi misma persona. Así se me comunicó el jueves, el día antes de mi intervención en la mesa de debate de ‘Sálvame Deluxe’ hablando del tema Urdangarín y tres días antes de la presentación de mi libro en ‘Sálvame diario'».

Ahora la periodista, de nuevo en Mediaset, se ha atrevido a especular sobre el supuesto hijo secreto de Juan Carlos, que en 2017 vio atónito como medios como OK Diario publicaban sus conversaciones secretas sobre Marta Gayá y un documento que probaría el pago con fondos de reptiles a Bárbara Rey a cambio de su silencio. Un placentero silencio que ahora ha heredado Felipe VI, el nuevo intocable para la prensa española.


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