El presidente del Gobierno y líder del PP, Mariano Rajoy, ha decidido pasar buena parte de las próximas siete semanas en Cataluña, apoyando la campaña de Xabier García Albiol a las elecciones del 21-D. O, casi mejor, habría que decir que la intención de Rajoy es protagonizar esa campaña como si realmente fuera él el candidato en lugar del presidente catalán del PP. Y es que el presidente del Gobierno sabe lo mucho que se juega en estas elecciones.
Las encuestas conocidas hasta ahora, hechas antes de que la mitad del Govern catalán entrara en la cárcel con Oriol Junqueras al frente, y la otra mitad fuera declarada en busca y captura en Bélgica, dicen que aunque el constitucionalismo mejora sus resultados en Cataluña, se queda muy lejos de la mayoría absoluta, y que volvería a ser el independentismo el que sumara casi esa mayoría. Son encuestas, pero es el único dato analizable.
Los datos de que dispone el PP, vienen a decir lo mismo: que Ciudadanos sigue siendo segunda fuerza y sube, que también sube el PSC de Montilla, pero que el PP de Albiol se mantiene o, incluso, baja un poco. El Gobierno se jugaba mucho aplicando el 155 y, al mismo tiempo, adelantando elecciones al 21 de diciembre, porque subido a la ola de las últimas manifestaciones anti separatistas de Barcelona, necesita un buen resultado.
Eso se traduce en que aunque el constitucionalismo no logre la mayoría para gobernar, sume los suficientes apoyos como para que tampoco el independentismo logre la ansiada mayoría absoluta. ¿Porqué? Pues porque eso conduciría a un escenario de pactos en el que lo primero a lo que habría que renunciar es a la independencia de Cataluña. Y para eso es necesario que también el PP obtenga un buen resultado el 21-D.
Y es aquí donde el PP falla. La urgencia de las elecciones impidió que el partido de Rajoy abriera la puerta a que fuera otro candidato –se hablaba de Dolors Montserrat y ella se dejaba querer- quien encabezara la lista, y tuvo que volver a elegir a Xabier García Albiol. Pero el ex alcalde de Badalona no consigue despegar en las encuestas y, lejos de atraer el voto que se ha escapado a Ciudadanos, parece que sigue perdiendo mas. Y eso sangría la quiere frenar Rajoy.