Mientras algunos se empeñan en demostrar la ruina que sería una república catalana; otros se empecinan en explicar (mentir) el cielo en la tierra que sería una Cataluña independiente. Entretanto unos se reúnen para declarar la independencia, otros lo hacen para aplicar medidas de respuesta. Con la obra teatral en su momento álgido, otros pocos ajenos al país o sus intereses ganan dinero con el burlesco espectáculo.
Los mercados financieros están concebidos para hacer negocios sobre cualquier escenario posible. Se puede ganar dinero apostando por un resultado, o por el contrario. El que acierta gana y el que falla pierde, en lo que parece una inmensa ruleta de casino. Obviamente, la tensión entre España y Cataluña no se ha quedado al margen y las apuestas ya están en marcha. Su principal acicate, el señor supremo de los fondos de inversión: BlackRock.
Se trata de un gigantesco fondo de inversión, que por patrimonio sería la cuarta economía del mundo con 4,2 billones de euros de activos. Cuatro veces más grande que España, incluso más que Alemania.
BlackRock ha decidido que la pugna entre Gobierno y Generalitat, con el país como rehén, es un buen momento para hacer negocio. Y está apostando fuerte. Así lo reconoce el subdirector de Inversiones en el fondo, Scott Thiel, al señalar que el fondo “está reforzando la compra de bonos de España” ahora que su rentabilidad ha crecido. Es importante resaltar, que los vehículos de inversión que mueve Thiel se mueven en torno a los 10.000 millones de dólares.
¿Por qué BlackRock tira a la deuda soberana?
En realidad, no solo es deuda soberana lo que interesa a BlackRock u otros fondos que han olido la sangre. Muchos se han posicionado en empresas del Ibex, principalmente catalanas, que una vez resuelto el problema esperan que suban como la espuma.
Esa es la apuesta del fondo, según pudo explicar Thiel a periodistas en Londres: “sin entrar en las cuestiones de política doméstica, nuestro escenario central y el que vemos probable que suceda es el mantenimiento de la unidad de España”. En definitiva, que el fondo espera que la situación vaya a mejor y la rentabilidad del bono español baje y les de importantes beneficios.
El modo de proceder para obtener los beneficios es muy sencillo. Lo primero, es que estalle alguna tensión que dispare la prima de riesgo, pese a que está domesticada por el BCE, a niveles anormalmente altos. El caso de Cataluña es buen ejemplo, en apenas un mes se ha disparado cerca de un 30%, pasando de 100 puntos básicos a 130. Si la situación, como ellos esperan, vuelve a la normalidad la prima de riesgo se desinfla a su nivel normal de 100 puntos básicos y los bonos que han adquirido suben de valor. Negocio redondo.
Obviamente, el gigante BlackRock no es el único que ha apostado por este escenario. Según explica Althea Spinozzi, sales trader de Saxo Bank, “los inversores de bonos siguen siendo claramente optimistas con España y no están tomando en serio las amenazas de Cataluña”.
Como cualquier activo financiero, un bono se revaloriza porque su precio sube. En las acciones es al aumentar su valor, en los bonos de deuda soberana ocurre cuando la rentabilidad del bono cae. Si se ha comprado un bono con rentabilidad del 7%, y después cae al 5%, su valor se ha incrementado. Los bonos se entienden cualquier préstamo este paga unos flujos –como sería la letra de una hipoteca- al tenedor del bono. Obviamente, aquellos que tiene mayor rentabilidad serán más caros, tendrá más valor, al tener derecho a remuneraciones más altas. Por ello, estos momentos de picos son siempre aprovechados por los fondos.
Al final, no todo son malas noticias. Para la élite financiera mundial, el caricaturesco episodio no es más que otro día más en la oficina para hacer dinero.