viernes, 22 noviembre 2024

La sumisión de Prisa a Mercadona: para El País “los mercadonos” son los Medici

Si ha habido un medio de comunicación por excelencia en la transición y primeros años de democracia en España, ese es El País. Durante dos décadas fue un medio imprescindible sin el que no se podría entender nuestra historia reciente. Ese prestigio se ha ido marchitándose, lenta e inexorablemente frente al espejo en la última década.

Hoy, el citado periódico, no tiene el vigor, no tiene la calidad, ni tiene la penetración de antaño. Sobrevive desde sus huesos al terremoto de la gestión de Juan Luis Cebrián al frente de su matriz, el Grupo Prisa. El desastre es tal que en una década ha llevado al mayor grupo de comunicación español a una crisis sin precedentes, arrastrando una deuda delirante por la que se ve obligado a vender y malvender sus activos más valiosos año tras año.

El grupo Prisa no tiene como fundamental patrimonio a sus lectores, ni como principal orgullo a sus periodistas y sus cabeceras. Su principal activo son sus anunciantes y es para ellos para quién realmente trabaja. Uno de ellos, Telefónica, incluso ha tenido que comprar activos y tomar significativas participaciones accionariales del Grupo Prisa para poder garantizar su supervivencia. Sin la mano de César Alierta que compró Digital +, y además, adquirió un 13% de las acciones del grupo de medios de comunicación, PRISA no existiría y habría sucumbido engullido por su propia deuda.

Pero el auténtico drama no es la pérdida de poder, ni de audiencia, ni de peso social. El auténtico drama, y este era evitable, es la pérdida de prestigio. En especial la pérdida de prestigio de El País.

Uno de los episodios más vergonzantes tuvo lugar hace unos días. Para explicar que Juan Roig y su mujer, Hortensia Herrero, habían adquirido una escultura de Manolo Valdés para donarla a la ciudad de Valencia, El País titulaba: “Los dueños de Mercadona, los Médici de Valencia”. Así, sin ruborizarse. Así, sin más.

El auténtico drama no es la pérdida de poder, ni de audiencia, ni de peso social. El auténtico drama, y este era evitable, es la pérdida de prestigio

Reconozco que me froté los ojos ante la comparación. Lamentable y servil. Seguí leyendo. Igual le habían cambiado el titular al periodista y la información luego era más sutil. No era un error, a lo largo y ancho del artículo publirreportaje citaban y comparaban de nuevo, y hasta en 3 ocasiones a “los Mercadonos” con “los Medici”. Si no diera tanta vergüenza, daría hasta la risa.

Me parece perfecto que Juan y Hortensia donen una escultura a su ciudad. ¡Faltaría más! No son los primeros ni los únicos. Ojalá lo haga más gente. De hecho, les alabo el gusto, aunque la elección no fue suya. Manolo Valdés es uno de mis artistas favoritos y ya quisiera yo poder donar una de sus obras a mi ciudad. Juan Roig y Hortensia Herrero tienen una fortuna estimada de 8.000 millones de Euros. La escultura de Valdés tiene un precio de 1,7 millones y anuncian que el año que viene compraran otra de otro artista. Correcto, esa es la noticia. Pero, ¿Los Medici? ¿Es simple y llano desconocimiento de la historia o la máxima expresión de la sumisión, del que otrora fue un gran medio de comunicación crítico?

Lo primero que me vino a la mente fue una vieja historia en la que el expresidente del Real Madrid Lorenzo Sanz donó a la ciudad de Marbella una enorme escultura de Dalí, “Rinoceronte vestido con puntillas”. Eran otros tiempos, exactamente el 2004, pero nadie hizo la sandez de compararle con los Medici y si se hubiera hecho, nos hubiéramos muerto de la risa (o de la vergüenza). Para ser un Medici de pura cepa hay que manejar un gran presupuesto de publicidad. De hecho, no fue una donación, pero aún recuerdo cuando el Alcalde de Alcobendas compró una Menina de Manolo Valdés por unos 600.000 Euros y se le tiraron al cuello otros partidos políticos. El País lo narró de manera seria y objetiva, muy alejada de la actual. Era otro periódico. Eran otros tiempos (1.999).

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Rinoceronte con Puntillas, de Salvador Dalí. Donado a Marbella por Lorenzo Sanz

Todo el mundo conoce el servilismo de 5 Días y El País hacía Mercadona en esta última década. Los continuos publirreportajes hacia la firma y su gran patrón sonrojan a sus propios periodistas, que lo critican en privado, y, sin duda, deben añorar otros tiempos en los que existía el periodismo de verdad, y no el de baño y masaje.

Mercadona es un importante apoyo económico para el Grupo Prisa, aunque eso no se ve en forma de anuncios ni patrocinios… y por eso hay acuerdos publicitarios que se firman confidencialmente, y sin luz ni taquígrafos, y que cada uno entienda lo que quiera sobre este punto. El apoyo económico a un gran medio, que no sirve única y directamente para adquirir publicidad, parece funcionar, para vergüenza de todos, para exaltar la figura del gran líder. Hasta el punto poder convertirse en “los nuevos Medici”. Un insulto a cualquier amante del arte y la historia. Un ridículo periodístico tan vergonzoso como cierto.

La situación actual en PRISA

Hace unos días El Confidencial anunciaba que César Alierta intenta comprar a Telefónica el 13% que el operador tiene de PRISA por 25 millones de Euros. Esa venta terminaría con una situación anormal en la que la primera empresa del país posee un porcentaje de control sobre el mayor grupo de medios en España. Es algo más propio de una República bananera que propio de una de las principales economías del mundo. No creo que eso pueda parecerle sano a nadie, igual que hoy a nadie le parece sano el control que en su día el Banesto de Mario Conde, tenía sobre diversos medios de comunicación.

«Los mercadonos» tienen un patrimonio de 8.000 millones de Euros. Donaran a Valencia una escultura de 1,7 millones. Para El País se convierten en «los Medici» de Valencia

No me cabe duda de que José María Alvarez-Pallete, actual presidente de Telefónica, acabará vendiendo la participación a su anterior jefe. Igual hacen un teatrillo y discuten un poco sobre el precio. Igual ni llegan a eso, y se la envuelven para regalo. De hecho, hace algunos días el operador ya incluyó, y no es casual, como “activo disponible para venta” su participación en PRISA al presentar las cuentas semestrales. Es evidente que la operación se hará salvo puja mayor, que difícilmente llegará.

¿Es mucho 25 millones por un 13% del Grupo Prisa? Esa participación tendría un valor actual de 31 millones, dada la cotización del valor y la caída en picado del grupo de medios, pero Telefónica gasto muchísimo más adquirirla. Aunque no está claro cuál es el importe total de la inversión puesto que se compraron paquetes accionariales en varios tramos. Tan sólo en el rescate de 2012 se hablaba de más de 100 millones de euros en efectivo por un 6%. Eso nos hace pensar que la inversión total aprobada por César Alierta fue aterradora, seguramente el doble. La paradoja, es que el ahora expresidente pretende recomprarla por 25 millones de Euros. Otra operación gloriosa con dinero de la telco, y van…

Sea como fuere la operación será bienvenida si sirve para que El País recupere algo de independencia, prestigio y dignidad. Y un empresario de raza como Alierta podría dárselo.

Mientras tanto, dejemos a los mayores mecenas de la historia descansar tranquilos de una vez por todas. Así no tendremos que sonrojarnos. ¡Ah! Y me refiero a los Medici, no a los Roig.


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