El Grupo Intereconomía lleva un lustro sufriendo una grave crisis económica interna que provocó el despido de centenares de trabajadores, un concurso voluntario de acreedores, el cierre de la edición en papel de La Gaceta y la desaparición de la TDT nacional de Intereconomía TV, que sobrevive hoy en día emitiéndose a través de algunas licencias locales de televisión y en las plataformas de pago.
En la actualidad Gonzalo Bans lidera ‘El Gato al agua’, tertulia que en la segunda legislatura de Zapatero llegó a ser referente informativo para el centro-derecha político. De hecho, muchos de los ministros del primer ejecutivo de Rajoy habían sido colaboradores de una tertulia dirigida por Antonio Jiménez primero y por Javier Algarra más adelante.
Hoy en día la tertulia carece de la fuerza de antaño y en los últimos meses se convirtió en altavoz para personajes tan controvertidos como Mario Conde, Luis Pinedo o Miguel Bernard, amén de formaciones extraparlamentarias como VOX.
De la parrilla de la cadena del toro se cayó ‘Punto Pelota’, programa llevado a la fama por Josep Pedrerol, que hace unos meses ganó una demanda a Ariza por la cual el empresario navarro le debe abonar más de medio millón de euros.
Las deudas de Intereconomía
Pero esta no ha sido la única deuda que tiene que afrontar Intereconomía, que reconoce una deuda de más de 10 millones de euros con Hacienda. En la parrilla actual de Intereconomía destaca el espacio satírico ‘Gracias por nada’, que ha saltado a la fama en los últimos días por animar al dictador de Corea del Norte a bombardear Barcelona, por emitir un corte en el que se ve al locutor Eduardo García Serrano haciendo el saludo fascista o por elaborar un sketch que decía que habían encontrado un escáner que detectaba a los homosexuales.
Podemos llevó este asunto a los tribunales porque «puede apreciase como se procede a mantener una actitud de burla hacia la orientación afectivo sexual no heteronormativa, constituyendo una manifestación realizada con publicidad con difusión a través de redes sociales y canal de difusión de la propia cadena.
A nadie se le escapa que los problemas de Intereconomía se agudizaron después de que Julio Ariza escribiera una carta en La Gaceta en la que responsabilizaba en parte de la situación del grupo a Mariano Rajoy. Uno de los mayores defensores del Presidente, Francisco Marhuenda, acusaba en 2014 a Ariza de haber gestionado muy mal el grupo y de haberlo quebrado. Ariza salía al paso en Es Radio admitiendo que habían tenido que hacer «un gran ajuste que nos ha llevado al despido de 700 personas. Hemos podido conservar 200 puestos de trabajo». El presidente del grupo del toro acusaba de paso a La Razón de «ha perdido desde 2009 más de 22 millones de euros. En 2009, 8,5 millones; en 2010, 3,7 millones; 2011, 4,8 millones; 2012, 4,1 millones…. Se han tenido que hacer aportaciones por encima de los 30 millones de euros. No han quebrado su compañía, pero la han empobrecido, han construido un producto con enormes pérdidas que solo se sujeta por los motivos que usted y yo conocemos».
Pero no es la única polémica en la que se ha visto afectado Ariza, que en mayo de este año entró en ‘Al rojo vivo’ para desmentir que hubiera chantajeado a Rajoy con una cinta de audio comprometida: «Existe una cinta en la que hablan dos personas, y una le cuenta a la otra que él va a Génova y entraba en el despacho de Álvaro Lapuerta y le pedían dinero. Pero no está Lapuerta en la cinta, ni pueden demostrar nada. Xavier Horcajo llamó a un empresario bilbaíno y le preguntó si era él, y el señor dijo que no. Y olvídate. Si tienes vídeo es más difícil que alguien lo niegue, pero con una cinta de audio…Yo escuché la cinta en el periódico La Gaceta e intentamos confirmarla, y después se la quedó un periodista que usted conoce», en clara referencia a Eduardo Inda.
En los últimos meses Intereconomía también ha sido señalada como benefactora de la publicidad institucional de la Comunidad de Madrid en la época de Esperanza Aguirre. Ahora el grupo, aferrándose en especial a su división radiofónica y digital, negocios que están en números negros, e intenta resurgir con algunos golpes de efecto como los sketches de ‘Gracias por nada’ o el fichaje estrella de Alfredo Urdaci como videobloguero estrella de La Gaceta.