Carlos Herrera presentó ayer la nueva temporada de su programa radiofónico en Sevilla, como es habitual. Acompañado por un sinfín de autoridades, entre las que se encontraba la presidenta de la Junta, Susana Díaz, el locutor estrella de COPE lanzó un órdago a la emisora para sorpresa del presidente y consejero delegado de la emisora, Fernando Giménez Barriocanal, presente también en el acto.
La sorpresa llegó cuando Herrera utilizó un acto, en el que se suelen repartir sonrisas y abrazos, para lanzar un órdago en público a la que es su casa: «Yo estoy en este estrado porque es el tercer año de mi contrato y después de aquí uno nunca sabe. Ya les digo que mi idea, con la edad que tengo, es que yo tengo que pasar a la reserva». Recuerden que hace unos meses Herrera también señaló que estaba cada vez más cerca su retirada, que podría ser paulatina.
Estos dardos evidenciarían lo que es un secreto a voces: la «reserva» es un eufemismo con el que el locutor quiere rebajar su asfixiante presencia delante del micrófono. Porque la emisora episcopal tiene una alarmante «Herreradependencia», por la cual mantiene el programa del andaluz durante siete horas en parrilla, siendo éste el más largo de la radiodifusión comercial matinal.
Tampoco ha pasado inadvertida otra de sus perlas: «La casa no me ha mostrado si tiene interés en que siga o no siga, si un día me lo muestra haré por escucharles porque si no me dedico a esto no sé a que dedicarme». Por el mismo camino anduvo hace unos días en una entrevista concedida a ‘El Partidazo’: «Yo estoy a disposición de la casa. Lo que pasa que aun no me ha dicho ‘oye, ¿quieres o no renovar?’. Entonces yo estoy aquí, pobre de mí, decídmelo con tiempo para que yo me pueda buscar la vida».
Lo más doloroso de Carlos Herrera
Pero quizás el dardo más doloroso para Barriocanal es en el que Herrera tiró de ironía para señalar que COPE depende de él y no al revés: «Yo no sé si la COPE me necesita a mi pero yo sí sé que necesito a la COPE. Ha sido volver a casa en la que he estado en dos ocasiones». ¿Ha sido el acto sevillano de Herrera una demostración de poderío del locutor? Es evidente que sí, ya que en COPE reina el miedo y el nerviosismo porque su negocio depende de la presencia en parrilla de su estrella.
Recuerden que Barriocanal vio con sufrimiento como el grupo radiofónico encadenaba pérdidas entre 2010 y 2015. Tan solo han vuelto a los números negros en 2016, ya con Herrera como estrella. A nadie se le escapa que los nubarrones volverían para COPE en 2018 si no se ata cuanto antes la renovación, ya que los números sin el director de ‘Herrera en COPE’ podrían convertirse en pérdidas millonarias de oyentes y facturación.
Barriocanal por su parte prefirió tirar balones fuera y evitar polémicas, señalando que Herrera «ha entrado por la puerta grande, consiguiendo lo que nadie en la radio española había hecho» y cree que «todavía le quedan muchas tardes de gloria» ahora que está «en su mejor momento profesional». Eso sí, el directivo ha dejado claro que no piensa más allá de esta temporada: «Lo único que nos preguntamos es cómo pasará a la historia en esta tercera temporada».
¿Es lo único que se preguntan? ¿No se preguntan en cerrar un contrato para la cuarta o quinta? La relación entre Barriocanal y el locutor no podría pasar por sus mejores momentos. Porque recuerden que el mandamás de COPE, empeñado en rescatar a 13 TV, asumió la presidencia de la cadena televisiva y bajo su efímero mandato se anunció a bombo y platillo la presencia estelar del periodista en su parrilla…que solo duró una entrega. Porque a Herrera parece ser que le gustan más otras cadenas de la competencia, como es el caso de TVE. Con la cadena pública ha admitido estar en negociaciones: «No está claro. Una productora de un buen amigo tiene un proyecto de entretenimiento para el fin de semana. ¿Te atreverías a hacerlo?, me dijo. Le contesté que me dejase ver el piloto, el día y ahí estamos estudiándolo». También estudiará Herrera los números del EGM tras haber perdido en julio 153.000 oyentes y haber logrado sus peores números en 7 años. Con este palo COPE enterró el discurso del asalto al liderazgo de la SER, por lo cual el lema actual es que tienen a los líderes de opinión, que no de oyentes.