Las principales aerolíneas estadounidenses no pasan por un buen momento. En su país tuvieron que bajar su precios y en el extranjero están amenazadas por el crecimiento de las low cost.
Las tarifas trasatlánticas de American Airlines han caído 9,1%, en lo que ha sido su mayor descenso desde finales de la recesión en 2009. La baja ha sido causada por una mayor oferta de vuelos a bajo costo, ofrecidos por líneas aéreas europeas como Norwegian Air.
Esta es una buena noticia para los cazadores de gangas, pero un gran golpe para las aerolíneas tradicionales. Delta Air también ha tenido que bajar sus precios, aunque United Continental los ha podido aumentar muy levemente.
Las aerolíneas tradicionales están en riesgo
Al incrementar sus reservas y forzarlos a bajas su tarifas, las low cost europeas perjudican significativamente los ingresos de las grandes aerolíneas estadounidenses, según lo ha dicho Michael Bentley, consultor de la firma Revenue Analytics.
American Airlines ha sido la primera víctima y ha reportado que sus precios promedio han bajado en el segundo trimestre de este año. Delta, por su parte, ha decidido culpar a las tarifas con descuento de su caída de 7,1%.
Las low cost europeas perjudican los ingresos de las aerolíneas estadounidenses.
Lo cierto es que desde el segundo trimestre de 2016, los rendimientos de las dos mayores compañía aéreas estadounidenses han venido en caída libre. El único incremento en todo este tiempo ha venido de parte de United, que ha aumentando su beneficio en 0,7%.
“El Atlántico es un reto. Los fundamentos son un reto”, ha comentado Don Casey, jefe de la Administración de Ganancias de American Airlines, en una llamada en conferencia hecha el mes pasado para discutir los ingresos de la compañía. “Hay un exceso de capacidad en el mercado, que está siendo conducido por las aerolíneas de bajo costo”, ha asegurado.
Savanthi Syth, analista de Raymond James Financial, prevé que las compañías americanas contraataquen y ofrezcan en sus viajes transatlánticos los mismos “precios básicos” que en sus vuelos domésticos. Con estos billetes, los pasajeros no pueden seleccionar su asiento, mejorar la opción escogida y tienen bastantes limitaciones con respecto al equipaje que pueden transportar.
Una oportunidad de recuperarse
Syth cree que las aerolíneas americanas lograrán resolver el problema de alguna manera. “Actualmente están igualando de la manera agresiva” los precios de las compañía europeas, ha ejemplificado.
La economía de mercado le da la posibilidad a las líneas aéreas tradicionales de cubrir las demanda de tarifas bajas, sin la necesidad de ofrecer precios más baratos. También les permite convencer a los clientes de adquirir billetes más caros al advertirles que al pagar menos sus beneficios disminuyen.
Las aerolíneas tradicionales no necesitan bajar sus precios para competir con las low cost.
Delta ya ofrece tarifas básicas económicas en Canadá y planea expandirlas a otros mercados internacionales. American las ha estado brindando en todo Estados Unidos, pero aún no ha dicho que planee internacionalizarlas. United ha informado que la opción estará disponible en Latinoamérica para finales de año y que ha estado evaluando su uso en vuelos de larga distancia internacional.
American y Delta se han negado a hacer comentarios sobre el mercado transoceánico para este artículo de Bloomberg. Mientras que United ha dicho que está complacida con su desempeño en este lado del Atlántico.
Expansión low cost
El número de asientos en vuelos trasatlánticos ha crecido 29% en los últimos cinco años. Dos tercios de este crecimiento ha venido de líneas aéreas de bajo costo, ha mencionado Samuel Engel, jefe de la sección de aviación en la consultora ICF International.
Norwegian Air es una de las low cost europeas más activas. Opera 46 rutas entre los Estados Unidos y Europa, al tiempo que planear abrir una docena más. “Este año se verá el crecimiento más grande de esta aerolínea en los EEUU”, con tarifas de hasta 84 euros en algunos vuelos, ha asegurado Anders Lindstrom, vocero de la compañía noruega Fornebu.
Norwegian Air opera 46 rutas entre Estados Unidos y Europa.
Pero ésta no es la única aerolínea de bajo costo incrementando sus servicios en el país norteamericano. Wow Air, de Islandia, vuela a ocho ciudades americanas y ha añadido seis nuevos destinos en los últimos meses. Primera Travel Group, otra aerolínea islandesa, ha anunciado que el próximo año comenzará a volar desde tres ciudades europeas hasta Boston y Nueva York, por sólo 84 euros.
Entre las grandes líneas aéreas, Air France ha considerado agregar una unidad de tarifa reducida. Lufthansa quiere incluir planes de larga distancia con descuentos, mientras que Level, una low cost hermana de British Airways, ofrece cinco vuelos semanales desde Estados Unidos hasta Barcelona.
Viajes de negocio
Por ahora, las aerolíneas estadounidenses confían en imponerse ante la irrupción sufrida en su mercado. La razón: Tendrán más facilidades que las low cost para hacerle frente al alza en los precios de los combustibles.
Además, tienen a los viajes de negocio como otra opción para aislar a las compañías de bajo de costo. Los viajeros corporativos están dispuestos a pagar más para acceder a mayores beneficios, ha comentado Alan Bender, profesor de la Universidad de Aeronáutica Embry-Riddle. Incluso, las tres aerolíneas principales de Estados Unidos han reportado un aumento en la demanda corporativa.
“Leemos sobre mucho sobre el incremento en los viajes de negocios europeos y lo estamos viendo desde y hacia Europa”, ha precisado el presidente de Delta, Glen Hauenstein, en una llamada en conferencia realizada el mes pasado.
Dejando un lado estos factores, las grandes aerolíneas no pueden ignorar el crecimiento de las low cost en el mercado de los vuelos transatlánticos. De hecho, aún se recuerda vivamente cómo, en el 2015, la expansión de Southwest Airlines y Spirit Airlines disparó una guerra de tarifas en Estados Unidos. “Lo hemos visto una vez cada tanto”, ha recordado Bentley, consultor de Revenue Analytics.