sábado, 23 noviembre 2024

Soplar las velitas de la tarta de cumpleaños puede transmitirte de todo y más

Puedo identificar el momento exacto en que mi relación con la tarta de cumpleaños cambió para siempre, y fue la semana pasada, cuando leí un estudio titulado “Bacterial Transfer Associated with Blowing Out Candles on a Birthday Cake.” (Transferencia bacteriana asociada con soplar velas en un pastel de cumpleaños).

Por supuesto, los más cautelosos (los que padecen de bacteriofobia o germenfobia) entre nosotros ya han pensado en ello en detalles horripilantes. Una conocida mía bacterióloga dijo que raspa la capa superior helada, un hábito que repentinamente le encontré el sentido pero que, por alguna razón, nunca antes había considerado. Había estado viviendo en una felicidad ignorante y salivada.

Intelectualmente, sabía que estaba bien. He consumido cantidades ingentes de tarta finamente mezcladas con saliva y no he sufrido consecuencias particulares, y, sin embargo, la idea de comer otra tarta ahora me da un repelús visceral por todo el cuerpo.

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Así que ahondé más en el texto de Paul Dawson, profesor de seguridad alimentaria en la Universidad de Clemson y uno de los autores de este estudio, para encontrar sentido a que alguien quiera arruinar las fiestas de cumpleaños.

Dawson ha afirmado que la idea para el estudio vino de su hija adolescente. Pero también ha llevado a cabo una serie de estudios sobre preguntas comunes en seguridad alimentaria con sus estudiantes de pregrado, como una forma de involucrarlos en la investigación científica original. Estas preguntas son, a menudo, las mismas que su amigo germófobo obsesionado, incluyendo la validez de la regla de los cinco segundos, así como con la forma en que las bacterias se propagan con doble inmersión (mucho), compartiendo palomitas (muy poco) y una jarra de cerveza, para esta, sobran las preguntas.

Para simplificar las cosas, para el estudio, Dawson y sus estudiantes usaban un pastel real y helaban un pedazo de papel de aluminio encima de una base de espuma de poliestireno. Sus estudiantes introdujeron las velas, las encendieron y soplaron. ¡Oh!, en realidad, hicieron algo antes de soplar las velas: comieron pizza. «También queríamos simular una fiesta de cumpleaños», dice Dawson. «Pensamos que podría ayudar a las glándulas salivales a ponerse en marcha

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Luego vino el recuento de las bacterias. El equipo diluyó el glaseado con agua estéril y lo extendió en placas de agar para facilitar el crecimiento de las bacterias. Cada colonia que terminó creciendo en el agar representaba una célula bacteriana original del glaseado. (No todas las bacterias crecen en placas de agar, y ahora hay maneras sofisticadas y costosas de contar las células bacterianas de manera más completa, pero este es un método clásico que da una línea de base para la comparación con estudios anteriores).

Había, por supuesto, muchas bacterias. Pero lo que sorprendió a Dawson fue cuánto parecía variar de un caso a otro. En promedio, soplando las velas aumentó la cantidad de bacterias en el glaseado unas 14 veces. Pero en un caso, aumentó la cantidad de bacterias en más de 120 veces. «Algunas personas soplan en la tarta y no transfieren ninguna bacteria. Mientras que puedes haber invitado a una o dos personas que realmente por cualquier razón… pueden transferir un montón de bacterias», dice Dawson.»

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Sin embargo, Dawson afirma, que no hay que arruinar las fiestas de cumpleaños, «No es un gran problema de salud según mi perspectiva«, dice. «En realidad, si lo hicieran 100.000 veces, la probabilidad de enfermar probablemente sería ínfima«. Nuestras bocas están llenas de bacterias, la mayoría no dañinas. Si las tartas de cumpleaños contribuyeran significativamente a la propagación de enfermedades mortales, sería obvio que se eliminaría la práctica. Dawson dice que probablemente evitaría el pastel si el soplador estuviera claramente enfermo, pero eso es de sentido común.

Desde que hizo este estudio, ha escuchado de personas que han pensado bastante profundamente sobre la transferencia de bacterias en el proceso del soplado de las velas de cumpleaños. Una de las ideas que se ha dado, y que se patentado es un «sistema sanitario con cubierta para la vela de la tarta de cumpleaños», que consiste en un contenedor para la tarta cubierto con los agujeros para las velas.

Por supuesto, también corre el riesgo de parecer ridículo. Las formas socialmente aceptables de compartir la saliva se alinean con los vínculos existentes de confianza. Si está soplando las velas del cumpleaños o compartiendo una taza o los actos más íntimos, tales acciones usualmente evocan repugnancia cuando involucran a extraños. Puedo estar tranquilo con un amigo que sopla sus velas de cumpleaños. Sin embargo, no con un extraño y enfermo.


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