jueves, 12 diciembre 2024

El administrador concursal de Isolux está «convencido» de que habrá acercamiento con los acreedores

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Francisco Vera, administrador concursal de Isolux

Francisco Vera empieza a adaptarse al que será nuevo ritmo de trabajo en los próximos meses. Jornadas maratonianas encerrado en la sede central de Isolux, cuyo concurso de acreedores tiene que capitanear para intentar que la nave de la constructora llegue al mejor puerto posible. Así que responde a la llamada de Merca2 en un hueco que le deja su agenda, y después de varios días intentado cuadrar las horas disponibles.

No tiene un reto fácil, pues hablamos de una compañía que cuenta con una deuda de 1.270 millones de euros y un patrimonio neto negativo de algo más de 800 millones, según datos de la propia Isolux el pasado mes de abril. Una situación ante la que Vera reclama “tranquilidad” porque ahora lo importante es “estabilizar la situación para comenzar a tomar decisiones” lo antes posible. Pero siempre sin precipitarse, asegura.

Empiezan a correr los tiempos

A partir de hoy los acreedores tienen un mes para comunicar sus deudas. 405 millones están asociadas a los proveedores. 1.270 millones corresponden a la banca; y aquí va a estar el hueso más duro de roer. Caixabank, Santander y Bankia son los principales acreedores financieros, pero es la entidad de Ana Botín la que se muestra más reacia a seguir dando pasos adelante para permitir la viabilidad de la constructora. De hecho, su NO a aportar más dinero fue lo que provocó que el ex presidente, Nemesio Fernández- Cuesta optara por solicitar el concurso de acreedores.

Tras la dimisión del último Consejo, la troika bancaria decidió nombrar un equipo de administradores que se ocupan del día a día de la compañía. Son ellos los que, junto a Vera, deberán decidir cuál es el futuro de Isolux. “Aún es pronto para saber qué ocurrirá. Cualquiera que se atreva a decir algo es que no es profesional. Ahora lo que hay que hacer es conocer la situación, entender la compañía y los proyectos y empezar a tomar medidas. Todo lo demás está fuera de lugar”, sentencia el administrador concursal.

Lo que sí reconoce Vera es que en las próximas semanas el equipo gestor comenzará los contactos con los acreedores. Caixabank, Santander y Bankia jugarán un papel esencial, por lo que cree que “deben valorar el nuevo escenario que se abre, y estoy convencido de que en los próximos días habrá acercamientos y entendimientos”.

Parece, por tanto, que todavía resulta complicado saber si Isolux continuará operando por sí misma; o si, por el contrario, se opta por la liquidación y venta de algunas unidades de negocio (tal y como estaba previsto en el plan de la anterior dirección).

Tiempo, prudencia y, sobre todo, mucha tranquilidad es lo que pide Vera porque es un proceso largo y complejo. De hecho, de las decisiones que se adopten en las próximas semanas depende el futuro de los cerca de 2.000 trabajadores de la constructora. Y eso que Francisco Vera ya cuenta con experiencia en concursos de acreedores más o menos complicados como el de Banco Madrid o Fiesta.

La figura del concurso

Una experiencia que le permite reflexionar también sobre la figura del concurso de acreedores en España. A su juicio todavía “no hay tradición” de acogerse a esta figura si se compara con lo que ocurre con otros países de nuestro entorno como Francia o Alemania en donde proporcionalmente hay un número mucho mayor.

Para Vera poco a poco iremos viendo un repunte de esta figura “porque se demuestra que el sistema jurídico dota de garantías” para terminar con éxito un proceso que no siempre tiene por qué acabar con la liquidación y cierre de la empresa. Sin embargo, asume que es necesario también “destinar recursos a los juzgados de lo mercantil para que puedan gestionar con agilidad todos los procesos; así como de un órgano rector de la administración concursal que vaya acorde con las necesidades empresariales”.

Eso sí, reconoce que “no es una figura fácil para nadie”. Para el empresario, porque nadie quiere verse abocado a ello. A los trabajadores tampoco les convence “porque les genera incertidumbre”, explica. De ahí que sea importante que el trabajo que se efectúe “busque la tranquilidad de todas las partes implicadas” para que se pueda culminar con éxito.


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