Prisa celebra este viernes Junta de Accionistas y parece que va a venir cargada de movimientos. Los críticos con el presidente Juan Luis Cebrián han acrecentado en las últimas horas su ataque contra él, y podrían ganarle la partida. Tanto es así, que ya se especula con la posibilidad con que Manuel Mirat será el nuevo consejero delegado, y asumirá todas las funciones ejecutivas. Nadie confirma ni desmiente nada, pero todo apunta a que terminará ocurriendo.
Eso será si Amber logra el apoyo necesario para el cambio, algo que tiene muy complicado; sin embargo, no es descabellado pensar que pueda ocurrir. Un culebrón que arrancaba el pasado mes de febrero, tras conocer los resultados de 2016. Así que como todas las puertas están abiertas, hemos pensado en hacer una pequeña guía para que no te pierdas en este Juego de Tronos de Prisa.
La evolución del negocio
No es una novedad que el mundo editorial no pasa por su mejor momento. Las cuentas del 1T reflejan unos beneficios de 22 millones de euros; sin embargo, la única unidad rentable es la de educación (Santillana). La radio también mejoró, pero El País sigue con la sangría de lectores y, también, de dinero -pese a que ha mejorado la recaudación diigital. Ahora bien, el año pasado Prisa cerró con 69 millones de euros en pérdidas.
Sin embargo, el verdadero problema de Prisa es la factura que lleva en la mochila: 1.600 millones de euros en deudas en manos de fondos, que no están dispuestos a perdonar un sólo euro. De ellos, 950 millones vencen en 2018 y, en este momento, no hay posición de liquidez para poder hacer frente a los vencimientos. Y, desde luego, ningún interés por parte de los acreedores en acudir a una refinanciación.
La caída en bolsa
Según datos de Bloomberg Prisa ha tenido el peor comportamiento en bolsa desde el año 2000 de todos los grupos de comunicación. Ha perdido cerca del 200% de su valor. Algo que, evidentemente, no convence ni a los accionistas históricos (encabezados por la familia Polanco) ni mucho menos por los actuales (con el fondo Amber Capital al frente) que buscan recuperar el dinero de sus inversiones.
De hecho, es el representante de Amber Capital (accionista mayoritario), Joseph Oughourlian, la que lidera la revolución contra el presidente de Prisa, Juan Luis Cebrián, quien trata de defenderse como gato panza arriba.
La fallida venta de Santillana
Era la gran esperanza de Cebrián para conseguir calmar las aguas de rebelión que arrancaron el pasado mes de febrero. Poner a la venta la gallina de los huevos de oro para reducir deuda, Santillana, que estaba valorada en algo más de 1.500 millones de euros. Sin embargo, las ofertas presentadas eran sensiblemente más bajas. Sin embargo, el presidente optó por llevar al Consejo del pasado mes de mayo la venta de la unidad editorial; opción que fue rechazada de plano.
Un mes después, y a falta de poco más de 24 horas para que llegue la Junta de Accionistas, no es descartable que Juan Luis Cebrián logre su objetivo con la venta de Media Capital, su filial en Portugal. Ingresaría poco más de 450 millones y le daría tiempo al presidente para encontrar el resto del dinero que necesita para los 918 que tendrá que refinanciar el año que viene. Está por ver todavía si logra convencer a Altice para presentar una oferta vinculante, porque hasta el momento tanto Prisa como el grupo holandés tan sólo han reconocido que hay conversaciones muy incipientes.
La división del Consejo
Hay serias dudas sobre la correcta gestión de Cebrián al frente del grupo Prisa. No sólo por la cuestión económica. También por la parte del Gobierno Corporativo. Basta con fijarse en lo ocurrido con el último informe de remuneraciones, en el que cuatro consejeros independientes optaron por la abstención al considerar que no contaban con base suficiente para emitir su voto.
En concreto, les chirriaba que después de 68 millones de euros de números rojos el año anterior; el presidente Cebrián, el vicepresidente Polanco y el consejero delegado José Luis Sainz, se hubieran repartido un bonus de 1,4 millones de euros. Pero es que su salarios alcanzaron los tres millones de euros. De hecho, este viernes, los accionistas tendrán que volver a votar -a petición de Amber- el salario del equipo directivo.
La división de los accionistas
Como decimos, el consejo está fragmentado; reflejo también de la división accionarial que existe en este momento. Amber Capital (19,2%) es el más beligerante contra Cebrián. Exige su cese inmediato. Sin embargo, necesita contrarrestar el poder del presidente que cuenta con el respaldo de la familia Polanco (17,5%) junto al del grupo mexicano Herradura (8,9%) y del catarí Al Thani (8,1%).
Para lograrlo, Amber tiene que convencer al resto de los accionistas. Sin embargo, no parece que todos estén por la labor. El que más dispuesto está a apoyarle es la Fundación La Caixa (4,9%); mientras que Santander y HSBC (que controlan el 10,6% entre los dos) permanecen indecisos. Todo ello por no hablar de Telefónica. La operadora de José María Álvarez-Pallete que tiene el 13% ha dado un cambio radical en los últimos meses. De querer cargarse a Cebrián a ponerse de perfil -tal y como dejó entrever el propio Pallete en la entrevista concedida a El País hace unas semanas-. ¿Y qué pasa con Abante? Tiene oso un tres por ciento, pero puede ser un actor decisivo. Además, tiene su gracia el mero hecho de que en sus informes se haya mostrado muy crítico con la gestión de Cebrián, cuando es la empresa encargada de gestionar la SICAV de los Polanco.
El papel de Alierta
El presidente de la Fundación Telefónica, César Alierta, era hasta hace unas semanas el principal impulsor para defenestrar a Polanco. De hecho, estuvo a un tris de comunicar que continuaba en el consejo de Telefónica sólo para poder liderar Prisa en el futuro. Necesitaba apoyos ante lo que se presumía como una batalla campal frente a Cebrián. Pero el cambio de actitud llegó cuando -como ya hemos contado- Pallete le dijo que no tenía interés ninguno en juegos políticos y, mucho menos, en controlar el Grupo Prisa. Vamos, que se podía ir olvidando de tener respaldo en una eventual batalla.
Así que, visto lo visto, Alierta optó por dejar el Consejo de Telefónica; y dejó vía libre a Pallete para ponerse de perfil en todo lo que ocurre en el Grupo Prisa. Ahora bien, según ha publicado estos días Hispanidad, parece que el aragonés podría haber encontrado otro respaldo en su intento: el del Grupo Heraldo, que ya trató en su momento comprar el diario Cinco Días. Sin embargo, la operación resultaría un poco más compleja; habida cuenta de que -por el momento- no tiene presencia en el accionariado de la compañía.
Cebrián enrocado
El mantra del presidente de Prisa es, desde hace meses, que él se irá en 2018 una vez que haya solventado el tema de la deuda. Y no parece dispuesto a dar su brazo a torcer. Así que fuentes del consejo no descartan que -al margen de la venta de Media Capital- intente calmar las aguas con un cambio de consejero delegado. Es decir, sacrificar al leal José Luis Sainz, para salvarse él. Sin embargo, los críticos podrían haberle tomado la delantera. Se especula con la posibilidad de que sea Manuel Mirat, el actual director general de Prisa Noticias, el que tome las riendas como CEO. Algo que apaciguaría las aguas del Consejo de Administración, y apartaría del día a día ejecutivo al actual presidente. Fuentes oficiales de Prisa ni confirman ni desmienten, hablan de «rumores»; el mutismo es absoluto. Y ya se sabe que cuando el río suena…