Se pensaba que si este atípico matrimonio aguantaría todo tras haber soportado hace dos décadas el famoso escándalo del vídeo sexual. Pero por sorpresa le pilló a Ágatha que Pedro J. Ramírez tras un clásico “tenemos que hablar” le anunciase que dejaba la casa en la que vivían para instalarse junto a la reivindicativa abogada Cruz Sánchez de Lara, que hace unos años reconoció en público que fue maltratada por su primer marido.
Pero Ramírez acordó un divorcio y Ágatha estalló en la prensa: «No hay vuelta atrás. Estoy indignada y desde luego que no intuía que pudiera suceder. Es una putada». Tras treinta años juntos, dos hijos en común y un patrimonio conjunto con varios apartamentos y chalés, Ramírez cambiaba a la diseñadora por su Cruz, que le acompañará en su nueva etapa profesional con ‘El Español’. Si les pareció fuerte lo que la diseñadora dijo en aquel momento, no pierdan detalle de las demoledoras declaraciones que la aristócrata ha hecho para la prestigiosa revista ‘¡HOLA!’
4El mítico «tenemos que hablar»
Explica Ágatha que una noche, al regresar de la ópera y al ver a su marido en el despacho «me metí en mi cuarto y eché el pestillo porque me notaba un poco intranquila. Llevaba dos noches encontrándome la puerta del portal semiabierta al bajar a los perros de madrugada y no fuera a ser que alguien tuviese planeado entrar».
No obstante, esa noche Ágatha durmió de una forma demasiado placentera. Acostumbrada a despertarse cada día a las cinco y media o seis de la madrugada, Pedro llamó a su puerta y le dije que le llevaría el desayuno: «Alarmada le pregunté qué hora era. Cuando me dijo que eran las diez, aluciné. Acto seguido va y me dice que ha pensado que se quiere separar».