Risto Mejide no está acostumbrado a estar en el centro de las críticas. Él irrumpió en televisión linchando a los «triunfitos» ante el aplauso y expectación generalizadas. Él se recicló como escritor con éxito de crítica y público. Él maduró televisivamente con el jaleado ‘Chester’. Pero ahora los aplausos se han acabado para él por una razón sencilla. el amor. Su amor con Laura Escanes, 22 años menor que el publicista. No sabemos qué parte de críticas se deben al excesivo y repetitivo almíbar que proyecta Risto desde las redes sociales, pero un hecho está claro: el presentador no ha dejado de recibir golpes, la mayoría injustos, desde que diese a conocer su relación con la modelo. La joven parece no querer entrar al trapo, pese a lo cual su ex, Ferrán Reñaga, no deja de mandarle mensajes desde Instagram. Hace unos meses subía una foto junto a la hoy mujer de Mejide al lado del siguiente texto: «Hacer previsiones es jodido; sobre todo si tienen que ver con el futuro». Más cruel ha sido Ferrán esta semana al subir una fotografía junto a la colonia que regaló Laura a los invitados de su boda: «¿Pensabáis que no iba a tener una?? Dadle las gracias a Laura (mencionándola) por enviármelo con tanta celeridad. Aunque en su piel perdura mi olor».
Risto por ahora no contesta a Ferrán, pero sí lo hizo con Buenafuente, que criticó en ‘Late Motiv’ los fastos de su enlace días antes de que ‘Homo Zapping’ utilizase la diferencia de edad de la pareja para hacer un sketch. El publicista no se corta y hace unos días le escribía una misiva señalando que no le importaba, aunque al leerla se evidencia todo lo contrario: «Buenafuente, ríete. De mí para empezar, porque sabes que no me importa, porque sabes que al revés, me encanta y no sólo lo llevo bien, sino que seguramente lo merezco y hasta lo disfruto. Cada vez que un humorista, cómico o similar, te dedica un chiste o parodia te está haciendo un homenaje, un regalo (…) Buenafuente, ríete. Empezando por el tema. Un tema que has elegido tú: la diferencia de edad entre los miembros de una pareja. Un tema que para mí es inconcebible, y no porque me interese defenderlo ahora, sino porque siempre he pensado que lo que ocurriera entre dos seres humanos mayores de edad y de mutuo consentimiento, era, es y siempre será sagrado. Han sido varios los chistes y comentarios sobre mi relación en programas producidos por ti, que no voy a reproducir aquí porque no hace ni falta. Tú sabes perfectamente cuáles, cuándo y tú sabrás el porqué. Pero por mí no te preocupes, repito que en nuestro caso estamos más que bien, gracias».
Risto Mejide no ha dudado a la hora de cargar contra Buenafuente
Tras animarle a la risa, utiliza testimonios anónimos de sufridas parejas con diferencia de edad y le pide que sea consciente de «el daño al que estás contribuyendo tú y la gente como tú haciendo mofa de una pareja por su diferencia de edad en los medios de comunicación. Mucho ha tenido que pasar para que en este país no esté bien visto criticar públicamente a parejas del mismo sexo, o de distinto color de piel. Enseguida son tachados de homófobos o de racistas. A que sí. Sin embargo, parece que todavía quedan ‘edadistas’ que no entienden que el mismo derecho a vivir su amor como les dé la gana lo tienen las parejas de distinta edad. Vamos, Buenafuente, ríete. Que a mí no me vas a hacer daño. No a mí». Buenafuente le replicó ayer desde su página web con un perdón a medias: «Lo primero que pensé al leer tu artículo es que se trataba de una broma. Eso debe de ser deformación profesional. Como soy cómico (casi veinticuatro horas al día) creo que todo el mundo está siempre de cachondeo cosa que, por cierto, sería fantástica aunque utópica. Pensé que no podía ir en serio que una persona tan lista como tú, tan conocedora de los medios, sus claves, sus repercusiones, tan inmersa en ellos y que lleva tanto tiempo navegando bajo los focos, se apuntara también a limitar el humor. No puede ser y seguramente no sea así (…) No puedo estar de acuerdo, porque yo no hacía bromas sobre ellas, no las conozco. Hacía broma con lo tuyo. Hacía broma sobre ese señor con gafas llegado de la publicidad que irrumpió como un ciclón en la tele, siempre enfadado y con malos modos. El señor que luego aclaró sus gafas, derivó hacia la autoayuda negándola, luego pasó a entrevistador y ahora regenta un programa sobre el amor (o no). Es decir: EL PERSONAJE. Nada personal, como los negocios».