La sede de José Ortega y Gasset vivirá este jueves una jornada histórica: la entrada, por primera vez, de los nuevos propietarios: el Banco Santander. Hasta allí se va a desplazar su nuevo presidente, José García Cantera; junto a los máximos responsables de Santander en España: Rami Aboukhair y Rodrigo Echenique. El objetivo será reunirse con más de un centenar de directivos del Banco Popular; aquellos que llevan el día a día, para explicarles cuáles son los primeros movimientos que se van a producir e ir empapándoles de la filosofía del banco cántabro.
Será un primer contacto con los que son realmente los gestores del negocio que, como dice Ana Botín, «son quienes han traído hasta aquí a la entidad, con una posición relevante en el segmento de pymes». Será un encuentro para trasladar ideas pero, sobre todo, escuchar cómo ven el negocio los directivos del Popular. Cita que debe servir también para tranquilizar a los trabajadores de la entidad con quienes, por cierto, se reúnen a las 13.00 horas.
Santander estima los ahorros en sinergias en 500 millones de euros anuales
A partir de ahí comenzarán las decisiones; aunque antes habrá otro encuentro -mañana- con los principales responsables territoriales, que son quienes están en contacto con las oficinas y los clientes. El objetivo principal será transmitir que nada va a cambiar, y que los depósitos no corren ningún tipo de riesgo.
Todo mientras el nuevo Consejo de Administración va tomando decisiones. El presidente será Gonzalo Cantera; y habrá cuatro consejeros más: Javier García-Carraza; Gonzalo Tejuca; José Doncel y Pedro Pablo Villasante. Está por ver si se incorpora alguno más o si, por el contrario, hay alguna salida y entrada de otra persona.
Serán ellos quienes tengan que capitanear el proceso de análisis interno para empezar a conocer los números ‘finos’ del nuevo negocio del Banco Santander. Lo más importante será conocer a cuánto asciende el agujero de la entidad. De momento sabemos que las pérdidas del año pasado fueron de 3.000 millones; que cuenta con 36.000 millones de euros en inmobiliario tóxico. Unos 20.000 millones en créditos morosos y con 16.000 millones en activos problemáticos, según los últimos datos del Banco de España. Las provisiones para estos temas ronda los 17.000 millones de euros.
Además, es importante también saber cuántos depósitos han abandonado realmente el Popular en los últimos años. Según los anteriores gestores, liderados por Emilio Saracho, no eran movimientos preocupantes; sin embargo, algunas fuentes hablan de algo más de 18.000 millones de euros de los 79.000 millones que tiene en balance el ‘Popu’.
Ese proceso será el que sirva para comprobar que el Santander no necesita aumentar la ampliación de capital. Esos 7.000 millones que la entidad cántabra va a pedir al mercado con suscripción preferente para sus accionistas. Un dinero que tardará en llegar un mes; es decir, que nos vamos a ir hasta mediados del mes de julio, aproximadamente. El objetivo es lograr que las coberturas en activos problemáticos sean del 69% para el Grupo; para ello destinará 7.200 millones el inmobiliario y otros 700 millones para el resto. Es decir, que pondrá encima de la mesa 7.900 ‘kilos’.
Comienzan las sinergias
¿Y después? Pues todavía es pronto para decirlo. La intención de Ana Botín es que, poco a poco, las sinergias entre Popular y Banco Santander sean mayores. Se calcula que los ahorros pueden llegar a los 500 millones de euros anuales a partir del 2020. Es decir, que el período de integración puede durar todo ese tiempo. No hay que olvidar que se trata de un proceso muy complicado técnica y tecnológicamente.
El primer paso será la actualización tecnológica en servicios centrales y oficinas. Es decir, el empleo de una plataforma unificada que permita la atención unificada de todos los clientes. Un proceso en el que Santander confía en ahorrar 210 millones de euros; a continuación es el turno de los departamentos transversales. Aquellos que pueden servir a todo el grupo como puede ser Administración; Recursos Humanos, Marketing, Comunicación, etc. 160 millones de euros que pueden ahorrarse.
La primera reunión con los trabajadores de Popular se producirá este jueves
El último proceso será el de la integración de las oficinas, en el que además tendrá que estudiarse la posible duplicidad que pueda surgir en algunas zonas. Es decir, que seguramente habrá cierre de oficinas, en el que se confía un ahorro de algoá s mide 130 millones de euros.
Está por ver, también, qué ocurrirá con la nueva sede del Popular en la carretera de Barcelona, a la que está previsto que se traslade antes de que termine el año. Más que nada, porque hay una duplicidad con la «Ciudad Financiera del Santander».
¿Habrá despidos?
Por ultimo, y no menos importante, será el análisis de cuántas personas deben abandonar la nueva entidad. El grupo contará a partir de ahora con 25.000 personas; por lo que es probable que -en línea con el adelgazamiento del sector- veamos algunos despidos. Los sindicatos del ‘Popu’ temen que pueda afectar a más de la mitad de su plantilla (1.500); sin embargo, desde Santander recuerdan que aún no hay nada decidido.
Todo ello con una orientación clara, la integración definitiva del Popular en el Santander. Es decir, que como ocurrió con Banesto, la franquicia que -en unos meses- cumpliría 92 años, terminará desapareciendo para lucir la enseña del banco rojo. ¿Cuánto durará el proceso? No duden que no más de tres años.
Y entretanto, el ‘nuevo’ Popular tendrá que descontar las horas para comprobar cuántas demandas le llegan de minoritarios afectados. Se habla de ‘expropiación’, así que los despachos de abogados ya se preparan para un aluvión.