Vientos de cambio los que se preparan en Deoleo en los próximos meses. La compañía que ahora preside Pierluigi Tosato, quiere eliminar a los intermediarios a la hora de comprar aceite. O lo que es lo mismo, quiere prescindir de las cooperativas, y acudir directamente a los agricultores. Un proceso de desintermediación que le permitirá reducir los gastos y, al mismo tiempo dice, extraer todo el potencial del producto.
Y es que ése es uno de los males que el flamante presidente de la aceitera española por excelencia achaca al mercado del aceite. El exceso de actores; sobre todo, porque los agricultores productores venden directamente –a través de cooperativas- a las marcas blancas de las distribuidoras. De este modo, las embotelladoras como Deoleo quedan al margen, pese a que –supuestamente- son ellas quienes invierten en I+D.
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Así que la intención de Deoleo es tratar de comprar directamente en el campo, olvidando intermediarios. Se trata, en definitiva, de intentar reducir costes de compra. Obvio. Es la única opción que les queda para meter ahorros en una compañía que ha padecido de septiembre aquí dos ERE; y ha visto cómo su capacidad productiva quedaba mermada tras la venta de su planta en Antequera y el alquiler de la Inveruno.
Una capacidad con la que se pretende atender a toda la demanda del mercado, pero que también debe servir para revertir las cuentas de la compañía. Los británicos de CVC se han cansado de que la aceitera pierda dinero y, a partir de ahora, todo vale para empezar a ganar. ¿Y qué se necesita para eso? Que haya ingresos, que desaparezcan los 351 millones de euros de números rojos y que el valor en bolsa empiece a subir.
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Será por eso que la propuesta del Consejo de Administración a sus accionistas establecía un bonus a los directivos ligado a la acción. Es decir, cuanto más suban los títulos más dinero se llevarán los Ejecutivos dado que el bonus dependerá de que se logre a final de año un precio por acción de 0,39 euros. Ojo, porque ahora mismo están a 0,17. Una revalorización del 130%. Ahí es nada.
En definitiva, que lo importante a partir de ahora será generar valor para el accionista. Es decir, para CVC (los minoritarios aquí poco importan) que podrá empezar a salir de la aceitera. Y para ello no es descartable que puedan empezar las ventas de algunos activos (marcas) que puedan tener atractivo en el mercado y generar pingües beneficios.
Veremos si en los próximos meses vuelve la guerra por la principal aceitera de nuestro país. Ya la vivimos en 2014 cuando CVC se enfrentó a Dcoop por el control de la compañía. Sin embargo, en aquel entonces la cooperativa vio cómo los bancos prefirieron el dinero contante y sonante al proyecto industrial. Ahora, casi tres años después, las cuentas de Deoleo no sólo no han mejorado, sino que han empeorado.