Se supone que ser político es una cuestión vocacional. En el fondo, tiene mucho de altruista. La realidad, desafortunadamente en muchas ocasiones, es todo lo contrario. Alguien que crece, evoluciona y llega a la cima de la política suele tener no solo la vida resuelta sino un sinfín de comodidades y luces verdes allá donde va que más que basadas en el poder económico están vinculadas a las influencias. Ya saben aquello de las puertas…
Muchas de nuestras famosas han saboreado las mieles del éxito al lado de grandes hombres, no solo del mundo de la política sino también de la Monarquía. Hoy haremos un repaso por todas estas Cenicientas que un día pudieron quedarse hasta más tarde de las 12 de la noche y encontraron a su príncipe, aunque no siempre, y atención a lo que les digo, era un príncipe azul…
7ANA GARCÍA OBREGÓN
Mariángel Alcázar no tiene pelos en la lengua ni temblores en los dedos cuando escribe esto sobre la relación entre Ana Obregón y Alberto de Mónaco: «De lo único que puede presumir realmente Ana Obregón es de haber emparentado con la familia real, pero no de haber ligado con Alberto de Mónaco. Ana Obregón ha explotado hasta la saciedad unas fotos que se hizo con Alberto de Mónaco pero fue ella la que se acercó a él y no al revés. La actriz y presentadora acudió a Mónaco invitada por una firma que patrocinaba un torneo de golf en el que participaba Severiano Ballesteros».
Insiste la escritora y continúa… «Ana se pegó, cual lapa, al campeón de golf y logró entrar con él en el Sporting Club de Montecarlo donde se celebraba la cena de gala. Simulando ser la pareja de Ballesteros, que no daba crédito, logró ser presentada al príncipe Rainiero y, literalmente, se le colgó del brazo, hasta que este, todo un caballero, se la traspasó a su hijo Alberto. Ana aprovechó su momento y también el fotógrafo que seguía sus andanzas».