La radio no volvió a escuchar las atronadoras guerras mediáticas de García y De la Morena en los noventa. Y es cierto que se barruntaba tras el éxodo de setenta profesionales desde la SER a la COPE en 2010, el llamado «Pacogate». Pero la guerra de las ondas no llegó al río porque los contratos televisivos limaban asperezas entre competidores radiofónicos. Y es que las dos principales emisoras de radio privadas cedían sus locutores a Mediaset, en la que éstos eran compañeros en programas y retransmisiones. Pero algo ocurrió este verano para que la sintonía entre ambas escuderías saltase por los aires: en junio Paco González se negaba por primera vez a narrar la Eurocopa para Telecinco, en septiembre un portal señalaba que Manu Carreño y Manolo Lama no se dirigían la palabra tras el fichaje del primero por la SER y ese mismo mes el segundo era fulminado por sorpresa.
Desde entonces Carreño, que ve como Castaño se le acerca peligrosamente en las noches radiofónicas, se ha quedado como estrella deportiva de Mediaset en solitario en ‘Deportes Cuatro’ y en los eventos deportivos que emite su grupo. Algunas voces apuntan a que dos claves por las que el vallisoletano le ganó su pulso a Lama eran por su posición de accionista de la productora de Mediaset que se encarga de los espacios deportivos y también las crecientes simpatías del vallisoletano hacia Florentino Pérez, íntimo amigo de un habitual del palco del Bernabéu: Paolo Vasile, consejero delegado del principal grupo de comunicación español.
Carreño y Castaño no compartieron retransmisión por primera vez en Mediaset
Este sábado Telecinco emitió la final de la Copa del Rey y la cadena informó en nota de prensa el equipo de gala para cubrir el evento: Manu Carreño en la narración, José Mari Bakero y Jordi Cruyff en los comentarios técnicos, David Bernabéu y Ricardo Reyes a ras de césped y Matías Prats en el palco de autoridades. En esa nota faltaba un nombre: el de Juanma Castaño, que no había fallado a un gran evento desde la adquisición de Cuatro por parte de Mediaset. Sobre el partido algunos tuiteros criticaron el silencio de Carreño sobre los pitos vascos y catalanes al himno español, y otras voces miran atónitos como el encuentro fue visto por «solo» 5,5 millones de espectadores, cifra más baja de la final copera desde 2007. ¿Su share? El 36,2%, dato más bajo de la historia.
Con este revolcón de audiencias se saldó la defenestración de Castaño por parte de Carreño, que ejerce de facto de jefe de deportes del grupo junto a JJ Santos. No es la primera vez que se evidencia la falta de sintonía entre las estrellas radiofónicas y televisivas. Tras el despido de Lama fueron llamativas las palabras de Juanma en GQ sobre Carreño: «Era un comentarista de la casa. Llegado un momento, es cierto que barajé hacer con él el programa de la noche, pero no existió esa traición de la que se habló. Sencillamente consideró otra oferta mejor? Y hay que decirlo: Manu no forma parte de la familia histórica. Nuestra foto de los últimos 20 años no incluía a Manu, así que no tenía ninguna obligación moral de continuar con nosotros. No es como yo, que no entiendo la radio sin Paco, sin Pepe y sin Lama. Él sí, porque ha hecho radio en solitario y le ha ido bien, así que es entendible que aceptara la oferta de la SER». El asturiano se puso sin duda del lado de Lama: «No tengo ni idea de lo que ha podido pasar, lo único que digo siempre es que nos genera un vacío imposible de llenar en Deportes Cuatro, porque Lama es huracán diario y otro como él no lo van a encontrar en ningún sitio. ‘El Lama’ lo tenemos nosotros aquí en en la Cope».
La falta de sintonía entre Castaño y Carreño es evidente
Esta guerra soterrada la evidenció Pepe Domingo Castaño desde los micrófonos de COPE al cargar subrepticiamente contra Carreño porque ni siquiera mencionó a Lama tras su despido: «Vi ayer Los Manolos para ver si los presentadores se acordaban de un compañero que ha presentado el programa durante los últimos 10 años. (…) No dijeron ninguna palabra, de un compañero que ha estado contigo 10 años lo único que se merece es que digan algo, por ejemplo: Hoy no está Lama por lo que sea, un saludo para él. Así está la vida. Así está la profesión. Así nos queremos unos a otros. Viva la valentía». Lama quiso quitar hierro al asunto y matizó las palabras de su compañero: «La verdad es que no sé lo que pasó. Nunca me lo dijeron. Me comunicaron que no continuaba. Y a partir de ahí uno tiene que acatar, aunque no compartas la decisión. Así es este juego. Y no sé si alguien sabrá lo que pasa. Mi relación con Manu Carreño siempre fue buena y sigue siendo buena. Es falso que no me hablara con él. Y puedes hablar con él y seguramente te lo puede confirmar. Yo solo voy a guardar un buen recuerdo de él, de Julio Pulido y de toda la gente que se ha quedado en Cuatro. Los Manolos no se rompieron por Manu o por mí. Se rompieron por decisiones ejecutivas de la dirección».
Y añadió: «Yo me llevo muy bien con Manu y no es verdad que tuviera malas relaciones con él y que me echaran por eso. Seguimos llevándonos bien». Y sobre su silencio explicó que comprendía «a toda la gente y entiendo todas las posturas. Cada uno es como es y cada uno se comporta como quiere. A mi lo que me interesa es saber el sentimiento mutuo que tenemos. Y si Manu en ese momento no tuvo ningún detalle conmigo, pues no lo sé… Será porque no pudo, porque no le salió o porque la empresa le pidió que no lo dijera. Tampoco entiendo por qué. Pero yo no se lo tuve en cuenta».